Una investigación de la Universidad del Sur de California, en Estados Unidos, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS), asocia una ayuda económica destinada a ancianos con pocos ingresos a mejoras concretas y medibles en la salud de estas personas.
Un anciano. / shawn1 |
Los investigadores analizaron el bienestar de los ancianos de 70 años y mayores antes de que se pusiera en marcha el programa de ayudas y seis meses después y los cambios fueron significativos. Además, también compararon los datos con los de ancianos de la localidad de Motul, donde aún no se había introducido este apoyo económico y que, por lo tanto, actuaron como grupo de control.
Emma Aguila, responsable del estudio, explica que “en México se estima que entre los años 2000 y 2050 el porcentaje de personas con más de 65 años de edad se va a cuadruplicar”, pasando del 5 al 22%. Asimismo, “la pobreza en la tercera edad ha aumentado en parte porque no existe cobertura universal de seguridad social”.
Como México, muchos países en vías de desarrollo están poniendo en marcha subsidios para combatir la pobreza en la tercera edad. “Es importante entender los efectos de estos programas gubernamentales en el bienestar de las personas de la tercera edad para mejorar el diseño de políticas públicas relacionadas con la vejez”, afirma la experta, que lleva trabajando en esta línea de investigación durante los últimos siete años.
El estudio publicado en PNAS indica que, al mejorar sus ingresos, la población adulta mayor disminuye los niveles de pobreza y aumenta su nivel de salud incluso a corto plazo, lo que se refleja al comparar a los participantes en el estudio de Valladolid tras los primeros meses de subsidio y quienes residían en Motul y no habían tenido acceso a la ayuda. “Encontramos resultados significativos en cuanto a una disminución en la proporción de adultos mayores que reportan condiciones de hambruna y falta de comida durante todo el día, aumento en el uso de servicios de salud y mayor capacidad para comprar medicinas”.
Mejoras en la memoria
Los datos que recopiló el estudio fueron muy variados, incluyendo un paseo cronometrado y pruebas de equilibrio. Asimismo, “encontramos una mejora en la memoria de corto y largo plazo”, destaca Emma Aguila.
Además el equipo de la Universidad del Sur de California también está midiendo el impacto de este tipo de programas en otros familiares que cohabitan con el adulto mayor, entre otros temas.
Los investigadores llaman la atención sobre la escasez de estudios de este tipo en todo el mundo a pesar de la importancia que tendrían para muchos países en vías de desarrollo. El gran aumento de la población anciana en todo el planeta aconseja prestar atención a este tipo de cuestiones y esta investigación muestra cómo un programa para completar los ingresos de la población anciana tiene beneficios medibles.
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