Algunos anuncios de cosméticos prometen mucho más de lo que sus productos realmente ofrecen
De hecho, algunas de estas promesas sugieren que los cosméticos actuarían como fármacos, lo cual sería directamente ilegal
¡Vivir arruga! y lo mejor es asumirlo para aprender a hacerlo más llevadero
¿O que active un gen como afirma una marca en
su página web?
La Tecnología Sirtuin facilita a la piel el tiempo crítico que necesita
para mejorar sus funciones naturales de restauración. La tecnología
SIRT-1 potencia la activación natural del gen de la longevidad, el
SIRT-1, de forma que otorga a las células un tiempo extra para llevar a
cabo sus funciones de reparación. Su efecto visible es que la piel
adquiere un aspecto más radiante con el paso del tiempo.”
Efectivamente la sirtuina se postula como una nueva vía para retrasar
el envejecimiento, al menos así parece demostrarlo las investigaciones
realizadas en
levaduras y ratones,
pero usted no es ni lo uno ni lo otro, en humanos solamente hay
hipótesis muy complejas sobre su posible papel en los mecanismos
hipotalámicos relacionados con dietas restrictivas, algo que como pueden
imaginar tiene muy poco que ver con la piel.
¿Y Qué les parece este texto de un
blog de belleza de un conocido
periódico?:
“La teoría es que las células de la piel, para regenerarse, dependen de
señales eléctricas. Tras años de investigación, los científicos de Roc
han descubierto la tecnología “e-pulse” (protegida por 10 patentes) que
actúa como minibaterías que impulsan la bioelectricidad natural de la
piel. Y esto hace que las células se vuelvan más activas y por tanto,
produzcan más colágeno y elastina.”
La verdad es que la bioelectricidad existe y tiene un papel importante en la
cicatrización de heridas. Pero como los
estudios
afirman “el medicamento transdermal debe ser suministrado con técnicas
de energía térmica, ultrasonido, energía de radio frecuencia y
electroforesis”. Y está es una de las trampas mas comunes de este
gremio, atribuirle a sus “pociones” propiedades de fármacos, hecho que,
por un lado está prohibido y por otro es un fraude ya que la única
revisión existente sobre el tema habla de que las diferentes formas de
uso conllevan la aplicación de microcorrientes. Y que sepamos la cremita
en cuestión no lleva ningún aparato de descargas eléctricas incorporado
¿verdad?
Y por cierto no se engañen, también podría
estar registrada con cien patentes, o con mil, después de todo para ello
solo hay que ir y patentarlo y que nadie lo haya hecho antes claro,
pero la oficina de patentes no le va a pedir que les demuestre que su
invento sirva para nada.
Aunque el Nobel Magufo
de este artículo se lo lleva la “neurocosmética”, que pretende a través
de un potingue penetrar hasta los “neuromediadores”, de ahí a los
neurotrasmisores y estimular la producción de endorfinas. Ni más ni
menos. Lean si no el párrafo siguiente:
La cosmética sensorial
pretende conseguir la eliminación de las arrugas mediante activos que
relajan los signos cutáneos y estimulan la felicidad. La ciencia ha
comprobado que la piel y el sistema nerviosos están íntimamente
relacionados, tal y como asegura el saber popular, y se encuentran en
continua interacción a través de unas sustancias que liberan las fibras
nerviosas: los neuromediadores… …El daño producido por cualquier tipo
de estrés en el ADN cutáneo causa procesos de inflamación y libera
mediadores inflamatorios que, a su vez, dañan también el ADN…
La neurocosmética pretende influir en los neurotransmisores, relajando
los centros de dolor y estimulando la producción de endorfinas (hormonas
del placer). Sin estrés, es más difícil que aparezca la arruga.
Analicemos algunas de estas frases. “la piel y el sistema nerviosos
están íntimamente relacionados”. Si, efectivamente, y es aplicable por
igual a cualquier órgano y el sistema nervioso, dado que si no
dejaríamos de funcionar... y de ahí saltamos de manera pseudo-científica
a que las cremitas funcionan produciéndonos placer al estimular la
liberación de endorfinas. Otro nombre parece más adecuado para todo
esto: neuro-morro.
Otra frase, “ El daño producido por cualquier tipo de estrés en el ADN cutáneo”. El daño en el ADN,
hasta dónde sabemos, se llama sobre todo “mutación” y las consecuencias
son bastante peores que el envejecimiento o la inflamación, algo a lo
que estamos irremediablemente abocados. Y la fuente principal del daño
en el ADN cutáneo y causa de los melanomas es la luz del sol,
concretamente en la parte ultravioleta del espectro. Este texto pseudo-científico
está mezclando la inflamación (respuesta inmune) con el daño en el ADN
(mutación), usando el ADN como palabra clave y de marketing, aunque lo
que se esté diciendo carezca de sentido.
Existe otro efecto en el ADN,
la metilación,
la cual inhibe la expresión de genes concretos y puede estar causada
por estrés ambiental, efectivamente. Esta forma de epigenética puede ser
o no perjudicial, y de hecho resulta con frecuencia una respuesta
beneficiosa del organismo, siendo en gran medida adaptativa y
disminuyendo por tanto la mortalidad o el envejecimiento prematuro del
organismo. De hecho, existe un nivel óptimo de tasa de metilaciones
dónde el riesgo de enfermedades es mínimo. Por tanto, no se puede
considerar que la metilación, en sentido general, esté “dañando el ADN”
ni que sea en absoluto perjudicial.
Y finalmente, una droga para eliminar el dolor... ¿de verdad nos creemos que eso es un cosmético?
A los próximos 100 estresados que me lleguen a la consulta les voy a embadurnar la cara
a ver si se les pasa, esto sí que sería un experimento en toda regla,
pero ya les digo de antemano que tengo serias dudas de que funcione más
allá del placebo. Sí es verdad que muchos pacientes con patología
psicológica presentan sintomatología dermatológica, y que cuando remite
el cuadro psicológico mejora el estado de la piel, pero el efecto
contrario… no parece plausible. Un cosmético nunca les va a quitar un
cuadro ansioso-depresivo (entendiendo cosmético sin drogas de por medio,
claro está). Pero el reclamo suena estupendamente cuando se mezclan
conceptos como estrés oxidativo, inflamaciones y neurotrasmisores.
Pero ni ADNs, ni impulsos eléctricos, ni neuroleches.
¡Les están tomando el pelo!
Un cosmético según la
legislación española
es toda sustancia o preparado destinado a ser puesto en contacto con
las diversas partes superficiales del cuerpo humano (epidermis, sistema
piloso y capilar, uñas, labios y órganos genitales externos) o con los
dientes y las mucosas bucales, con el fin exclusivo o principal de
limpiarlos, perfumarlos, modificar su aspecto y/o corregir los olores
corporales y/o protegerlos o mantenerlos en buen estado. Sin más. Todo
lo que pase de ahí debe ser considerado fármaco, y como tal cumplir una
severa serie de requisitos.
¿Qué tienen en común la
mayoría de estos productos? Primero un marketing brillante, anuncios en
los que además de mujeres perfectas vemos laboratorios dignos de la NASA
y señores con inconfundible uniforme de científicos, un lenguaje
ininteligible para quien no haya estudiado biología molecular o similar y
un precio estratosférico, tan estratosférico que puede llegar a los 8000 euros el kilo.
Hace relativamente poco tiempo, en un estudio de comparación de una
conocida asociación de consumidores el resultado encontrado fue que
el mejor cosmético para la cara era una crema de supermercado. “
Sus limitados efectos hacen que no haya ninguna crema de resultados
espectaculares. Lo espectacular es la conclusión: nuestro análisis
demuestra que la mejor de las analizadas
es una crema que cuesta apenas 3 euros… mientras que otras que cuestan
30 veces más son menos eficaces.”
De todas maneras no tienen por qué fiarse de mí pero…¿Qué les parecería que lo admitieran directamente desde la industria cosmética? :
“ Ninguna crema es
capaz de eliminar las arrugas o la celulitis”. Lo reconoce Carmen
Esteban, directora técnica de la Asociación Nacional de Perfumería y
Cosmética (Stanpa), que agrupa en España a las principales marcas del
sector. “Podemos reducir su profundidad, mejorar la apariencia de la
piel, alisarla, pero nunca desaparecen”, añade.
Así que la tecnología IntuiGen -¿no funciona en absoluto? ¿Ni me
reproducen las células como promete otra? ¿Tampoco crean proteínas de
juventud? ¡Vaya!
La verdad es que, con un mínimo de sentido común, muchas de las afirmaciones publicitarias ya resultaban bastante difíciles de creer. Pero con unas nociones de conocimientos técnicos en muchas ocasiones son directamente desternillantes.
Como afirma
Ben Goldacre, el de la cosmética, "
es un sector altamente regulado
en el que se puede ganar mucho dinero con las extravagancias y los
absurdos, de ahí que hallemos en él a grandes equipos organizados de
empresas biotecnológicas internacionales que no dejan de generar
pseudociencia, una pseudociencia tan elegante, alienante y sugerente
como perfectamente defendible."
La supuesta investigación de vanguardia
esa de la que nos hablan esos señores vestidos indefectiblemente con
bata blanca, desde los laboratorios pseudoespaciales, se traduce muchas
veces, si leen los asteriscos, en afirmaciones como: “37 mujeres opinan
que tienen la piel mejor”. En ocasiones anuncian grandilocuentemente que
se han realizado tests, como “test in vitro”, sin más aclaraciones.
Otras veces sólo podemos leer “Test clínico”. Bien, si ese test se
refiere a la profundidad de las arrugas, valorada con algún tipo de
medición, les voy a contar algo que, a lo mejor desconocen, si yo provoco una pequeña inflamación sobre la piel, las arrugas temporalmente aparecerán disminuidas, pero no estoy eliminándolas, estoy inflamando la piel, cosa que, como pueden ver claramente, no es lo mismo.
En ocasiones leemos en el envase: “ testado dermatológicamente”
que sólo quiere decir que el producto ha sido evaluado sobre la piel de
voluntarios, , pero claro, eso no es sinónimo de que sea eficaz solo
significa que no provoca alergias ni irritaciones.
Los miembros de la Academia Española de Dermatología y Veneorología, expertos en cremas
afirman:
Cremas que curan el acné y eliminan las arrugas, las estrías y las cicatrices. ¿Se le puede pedir algo más a un producto cosmético? ……
…….Dichos 'spots' osan incluso asegurar que existen "rigurosos estudios
científicos" que avalan sus resultados. ¿Es posible realmente conseguir
tales efectos? Dermatólogos de la Academia Española de Dermatología y
Venereología (AEDV) afirman que son 'exagerados'.
"Tales beneficios no pueden producirse sólo con la administración de
una crema", señala Elia Roo, coordinadora de la Unidad de Estética del
Hospital Sur de Alcorcón (Madrid). Y añade: "Puede ser un buen producto
hidratante y atenuar las arrugas precisamente por dicha propiedad, pero
no las elimina. Tampoco consigue hacer desaparecer las estrías ni las
cicatrices completamente; es imposible".
Como explica la doctora Roo, no hay que olvidar que se trata de un producto cosmético, no terapéutico. Es decir, sólo actúa en la capa superficial de la piel y sus efectos son limitados.
Además de cuestionarnos la eficacia de aquello por lo que pagamos, está
la no menos importante pregunta de cómo podrían llegar a afectarnos
alguno de los componentes de estos productos a largo plazo. La antropología forense ha llegado a documentar intoxicaciones, epidemias e incluso muertes por cosméticos en épocas pasadas.
En Japón durante el período Edo,
(1603-1868) los cosméticos blanqueantes faciales se hicieron muy
populares. Los ungüentos con los que se empolvaban eran el keifun
(cloruro de mercurio) y el empaku (el blanco de plomo) ambos con altas
concentraciones de metales tóxicos. El arqueólogo Tamiji Nakashima, de
la University of Ocupational and Enviromental Health de Japón encontró
evidencias de grave contaminación por plomo entre los niños de las
familias samuráis que vivieron en Kitakyushu en el periodo Edo. De hecho
la altísima mortalidad infantil entre los miembro de esa casta social,
fue uno de los factores que provocaron directamente su desaparición.
A través de
estudios sobre los restos óseos
llegaron a la conclusión de que las muertes de los bebés las produjeron
los polvos blancos faciales utilizadas por las madres de los niños.
Esto nos plantea la siguiente cuestión, si cada año, e incluso cada
temporada, las marcas cosméticas nos sorprenden con sus “novedosos
avances” y “revolucionarios descubrimientos”, teniendo en cuenta el
tiempo que requiere una investigación de efectos a largo plazo,¿ No podría algunas de estas novedosas sustancias acabar siendo tóxicas
como en el caso de los pobres japoneses? Después de todo afirman
“llegar al ADN de la piel”, “modificar su estructura” y “provocar
cambios celulares”. Ni más ni menos. Si es mentira, nos están engañando y estafando, y si es verdad, estamos asumiendo algunos riesgos que desconocemos.
Además, estamos hablando de cada uno de los productos en individual,
¿que pasaría si los combinamos todos?Algunos investigadores piensan que
puede aparecer el denominado
“efecto cocktail”.
Según esto los jabones, geles de ducha, champús y otros productos
tendrían una alta concentración de los denominados “disruptores
endocrinos” (DE). Unas
sustancias químicas
que dañan la calidad del esperma y que, por tanto, explicarían el grave
aumento de las tasas de infertilidad entre los hombres, según la
hipótesis lanzada por un grupo de investigación del
Center of Advanced European Studies and Research.
La verdad es que si debemos elegir entre que no nos tomen el pelo o que
por alguna extraña combinación de potingues se nos ponga la piel a
topos, la opción parece clara. Hay una solución muy, muy fácil: ¿qué tal
si nos limitáramos a ducharnos con un jabón normal, hidratarnos con una
crema que no prometa nada y protegernos del sol todo el año?. Eficaz,
simple… y barato. Y acéptenlo, las autoridades sanitarias advierten que vivir produce arrugas.
Fuente:
http://www.eldiario.es/cienciacritica/Ciencia-ficcion_6_339176091.html