Con el Estado Islámico mordiendo terreno y países como Francia y Reino Unido barajando una implicación más directa en las operaciones en Siria, Moscú ve con angustia al presidente Bachar al Asad como un aliado a punto de desvanecerse. Mientras el Gobierno ruso niega haber aumentado su presencia en la zona -oficialmente limitada a armas y especialistas en su manejo- varios indicios sobre el terreno apuntan un incipiente despliegue militar ruso en este país desgarrado por la guerra civil. Primero fueron fotos de barcos, luego aviones. Y ahora en redes sociales han aparecido fotos de soldados rusos posando en Siria. Aunque no está claro en qué misiones participan, algunas grabaciones de combates en las que se escucha hablar ruso apuntan a una mayor implicación de Moscú en el sostenimiento de Asad.Estados Unidos teme, y así lo ha dicho un portavoz de la Casa Blanca, que una implicación directa de Rusia en el conflicto suponga una extensión del campo de batalla o de la frecuencia de los combates. "Rusia está aumentando su apoyo de cara a la próxima Asamblea General de la ONU, y Moscú quiere mostrar al mundo que Occidente ha de cooperar con Rusia en Siria porque si no lo hará Rusia por su cuenta, igual que lo hizo en su día la coalición occidental", explica Yuri Barmin, analista ruso.
En Rusia, el presidente Vladimir Putin ha logrado un apoyo mayoritario a su intervención en Ucrania, pero en el caso de Siria hay menos lazos con los que implicar a la población. Por eso están causando sorpresa y debate en el país las fotos halladas en las redes sociales de combatientes rusos en Siria. Se trata de una serie de imágenes llamativas que desde las filas de la oposición rusa se han ocupado de difundir. Y lo han hecho con la ayuda del colectivo Guerra en Ucrania, conocido por haber denunciado la intervención rusa en el país vecino.
El soldado Maxim Mazhnikov junto a un cartel de Putin y Asad. Él mismo subió la foto (Foto: VKontakte). |
Ruslan Leviev es uno de los encargados de enseñar al mundo a estos soldados rusos, que sonríen satisfechos junto a posters de Asad y Putin en imágenes que ellos mismos han colgado. Las fotos están alojadas en Facebook y también en VKontakte, que es la red social rusa más conocida. Algunas están geolocalizadas y se ve que han sido hechas cerca de la base naval de Tartus que Rusia tiene en la costa siria, pese a que Moscú había tratado de restar importancia al papel de este emplazamiento.
Lo más relevante es que hay otras fotos que no están hechas cerca de ninguna base, sino en Homs, una de las zonas de los combates. No es un lugar para almacenar o reparar armas, y tampoco para labores de instrucción. Los activistas han dicho a la BBC que drones rusos supervisan el campo de batalla. Incluso han usado algunos post de novias de soldados que se quejan de que su pareja ha sido enviada a Siria por un periodo de ocho meses.
Desde el Ministerio de Exteriores se han limitado negar una mayor implicación y han recordado que Moscú nunca ha escondido su apoyo al Gobierno sirio. Rusia ha bloqueado dos importantes borradores en la ONU contra el uso de la fuerza por parte de Asad. Se han opuesto a las sanciones a Siria y a la "no fly zone", para evitar que ocurra un derrocamiento apoyado desde fuera como en Libia. Pero Moscú sí ha denunciado la violencia "de ambas partes" y la entrega de armas a grupos de combatientes.
"Dudo que Rusia se vaya a implicar directamente en ataques contra el ISIS, al menos a corto plazo", dice el analista Yuri Barmin, que sin embargo cree que este resurgimiento ruso en enclaves puede servir para establecer o proteger "bases que sirvan para una gran coalición" como la que ha propuesto el presidente Vladimir Putin: un frente común en el que esté Rusia y Occidente, y donde el Gobierno sirio, igual que ahora el iraquí, no sea un enemigo sino un aliado. Ahí la zona de Latakia y especialmente el puerto de Tartus sería "fundamental", asegura Ruslan Leviev.
Barcos rusos cruzando el BósforoRusia prefiere que siga Asad, manteniendo así su proyección sobre la zona. De lo contrario, cree el Kremlin, vendrán los yihadistas, que amenazarán a Rusia. Pero una implicación mayor de fuerzas rusas en los combates daría alas a los islamistas radicales que tratan de pescar fieles en las regiones rusas con fuerte presencia musulmana.
El suministro de armas a Siria supone un 10% del total de ventas de armas rusas. Moscú ha defendido que no violan embargo alguno. Las armas entran por el puerto de Tartus, que es el único puerto que los rusos tienen en el Mediterráneo, el único fuera de su territorio. "Pero Tartus tiene una importancia menor de la que se cree, es una zona de abastecimiento que ha estado custodiada por cuatro soldados y cuyo personal civil y militar fue evacuado en 2013", recuerda Leviev. Sin embargo, esa base se ha vuelto importante ahora que Moscú entiende que Asad puede perder toda la región de Latakia si no recibe algo de ayuda.
En las últimas imágenes difundidas por varios medios se ha visto barcos rusos cruzando el Bósforo, camiones y vehículos blindados. Es menos de lo que se necesita para plantar cara sobre el terreno a los enemigos de Asad, pero es más de lo que se avistaba el año pasado.
Con su papel en el conflicto Sirio, a pesar de las críticas, Moscú ha aumentado su talla internacional. El Kremlin quiere evitar otra Libia: ha aprendido la lección tras su abstención en la ONU, que propició el derrocamiento de Gadafi y la guerra civil que ha castigado al país.
Maxim Mazhnikov, con el Bósforo a su espalda, en una imagen borrada posteriormente (Foto: VKontakte |
Fuente: http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-09-17/putin-empuna-las-armas-en-siria_1020262/
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