jueves, 10 de septiembre de 2015

La otra cara del suicidio: aprender a vivir sin respuestas

Cecília Borràs impulsó la primera asociación en España de familiares que han sobrevivido a la muerte por suicidio de alguien cercano después de experimentar en primera persona el desamparo tras el suicidio de su hijo Miquel
Este jueves es el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Según la OMS, se estima que por cada muerte se realizan 20 tentativas

"El suicidio es una muerte inesperada, un '¿por qué?' que te persigue toda la vida, explica Cecília Borràs. Ella y su marido necesitaban encontrar una explicación a por qué Miquel, su hijo de 19 años, había decidido quitarse la vida, hace ya casi siete años.

Cecília Borràs, Presidenta Després del Suïcidi Associació de Supervivents (DSAS) / ENRIC CATALÀ
 Por ello, explica a Catalunya Plural, se dirigieron a la doctora Carmen Tejedor, psiquiatra del Hospital Sant Pau. "Fue un encuentro muy comprensivo y nos dijo muchas verdades que desconocíamos. Piensas que el suicidio nunca entrará en tu casa pero todos somos vulnerables", añade. La doctora Tejedor, ahora jubilada, les dijo que necesitarían encontrar una Asociación de Supervivientes, personas que hubieran sobrevivido al suicidio de un familiar, pero que lamentablemente en España no había ninguna. "No encontrábamos lugar para hablar de cómo nos sentíamos", lamenta. "Si algún día se ven con fuerza para tirar una adelante los apoyaremos", les dijo la doctora. Cecília, sin embargo, dudaba de que realmente no existiera ninguna. "Pensé 'lo ha mirado mal', pero luego al llegar a casa lo busqué en Internet y vi que no, que no había ninguna. "El desamparo, el vacío, la no asistencia...ningún recurso", comenta con impotencia.
En 2012, sin embargo, esta impotencia se tradujo en la constitución de Després del Suïcidi Associació de Supervivents (DSAS). La asociación nace con el objetivo de llenar este vacío y generar un espacio para el acompañamiento y el apoyo en el duelo del supervivientes a la muerte por suicidio. Explica, ante la curiosidad que despierta el término 'superviviente' en un contexto poco habitual, que deciden ponerle este nombre porque el nivel de estrés de alguien que ha vivido una muerte por suicidio es equivalente al nivel de estrés que sufre alguien que ha estado en un campo de concentración o que ha vivido un conflicto, según la APPAC (Association of Psychology and Psychiatry for Adults & Children). "Es una muerte muy traumática, tenemos que convivir con el '¿Qué es lo que no he hecho bien?'", dice.
 
"Finalmente entiendes que nunca tendrás respuestas"
Según relata la madre de Miquel, el duelo es un proceso muy individual. "No hay ninguna fórmula mágica, cada uno debe encontrar su manera", matiza y añade que el hecho de pasarlo en pareja a veces lo dificulta porque cada uno se encuentra en un momento del duelo diferente. "Hay que llorar mucho y gritar en un momento de rabia", expresa. Para ella, si bien el apoyo familiar ayuda, el dolor o la incomprensión son inherentes al proceso.
 
"Con la elaboración del proceso de duelo, la persona que ha muerto puede llegar a ser parte de nuestra vida de una nueva manera. Cuando se ha podido hacer esta elaboración, la mayoría de la gente empieza a reconocer que se siente, lentamente, con más energía y cierta esperanza", se detalla en la página de la asociación.
 
Cecília relata que inevitablemente se hace una reconstrucción biográfica de los últimos momentos y de los últimos años con la persona que se ha ido. "A fuerza de repetirlo mucho, sin embargo, finalmente entiendes que nunca tendrás respuestas", afirma con serenidad.
 
Desmitificando el suicidio
Según el psiquiatra Santiago Duran-Sindreu, responsable asistencial de la Unidad de Prevención del Suicidio del Hospital Sant Pau, hay una serie de mitos que contribuyen a que el suicidio sea un tema tabú. "Hay una especie de ley no escrita que dice que hablar del suicidio induce al suicidio", menciona. Otro mito es por ejemplo pensar que las personas que hacen tentativas de suicidio "lo hacen para llamar la atención". Duran-Sindreu explica que estas afirmaciones no son ciertas y matiza también que un 90% de los suicidios, por lo tanto no todos, están relacionados con trastornos mentales. En relación a este 10% Cecília asegura que "lo que nos da miedo es admitir que el suicidio está a nuestro lado, todos somos vulnerables, sobre todo los adolescentes". Del 90% en los que sí hay una relación con un trastorno mental, un 60% serían trastornos mayores y un 40% corresponderían a otros trastornos, como el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el alcoholismo o el Trastorno Límite de la Personalidad.
 
El psiquiatra también pone énfasis en el estigma social que todavía persigue al suicidio y explica que otros países están mucho más libres de este estigma. "Tenemos que convivir con la percepción de los demás, la percepción que tú como familiar no lo has sabido ayudar", explica Cecília.
 
Los datos de una realidad a menudo invisible
Según el Institut d'Estadística de Catalunya (Idescat), las muertes por suicidio han aumentado de forma continua desde 2007. Si en 2010 se quitaron la vida 418 personas esta cifra ha ascendido a 544 en 2013, último año del que se disponen datos sobre Catalunya. En el conjunto del estado hay registrados 3.263 suicidios en 2007 y 3.870 al 2010. Duran-Sindreu explica que aunque es más frecuente el suicidio entre hombres, los intentos de suicidio son más frecuentes en mujeres. También destaca que es más habitual en casos de personas que no cuentan con apoyo social, gente que se encuentra en el paro o que tiene problemas de dolor crónico. "Nosotros intentamos cubrir diferentes aspectos y podemos dirigir a servicios sociales de la zona o fomentar la sociabilización, por ejemplo", explica el psiquiatra del Hospital Sant Pau.
 
También a partir de 2007 la cifra de muertes por suicidio supera por primera vez la de muertes por accidente de tráfico. Esto lo explica, según Duran-Sindreu, el hecho de que, por ejemplo, se haya hecho una gran campaña para prevenir accidentes de tráfico y que, por el contrario, España no tenga un programa de prevención de suicidio, como sí tienen países como Australia, Canadá o los países nórdicos, donde la tasa es más elevada. Precisamente en cuanto a la tasa de suicidios en todo el estado, ésta se situaba en 2012 en 7,6 por cada 100.000 habitantes, la tasa más elevada desde 2005. Con todo pero la mortalidad representa la punta del iceberg de la problemática real. Según la OMS, se estima que por cada muerte se realizan 20 tentativas, es por ello que la prevención es esencial.
El primer plan de prevención del suicidio en todo el estado lo implantaron el Hospital Sant Pau y el Centre de Psicoteràpia de Barcelona en el Eixample (Dreta de l'Eixample), hace cerca de 10 años. Según explica el psiquiatra Duran-Sindreu, a partir de fondos europeos que provienen de la Alianza Europea contra la Depresión se implementan dos programas piloto: el primero se refiere al Centre de Salut Mental de la Dreta de l'Eixample (en 2005) y el segundo en el Hospital Parc Taulí de Sabadell (2007). Datos del Departament de Salut indican que estas pruebas piloto en Barcelona y Sabadell han permitido disminuir las tentativas de suicidio consumado un 20%.
 
"La asociación ha roto con el silencio y la soledad"
Entre el 2012 y el 2014, los primeros dos años de Després del Suicidi Associació de Supervivents, más de 700 personas han contactado la asociación impulsada por Cecília y que tiene una junta fundacional formada por nueve personas, todas ellas supervivientes del suicidio de un familiar. "Deberíamos hablar de suicidios en plural, porque cada caso es diferente. Al principio estás en un choque tan bestia que eres incapaz de afrontarlo, se trata de una realidad que no eres capaz de asimilar", dice Cecília. Según comenta, y lo confirman los casos con los que se encuentran en la asociación, al inicio se suelen decir mentiras, como que la persona ha muerto en un accidente o que ha sufrido un ataque al corazón. "Tienes que decir la verdad pero cuando estés preparado para hacerlo", añade.
 
Con todo, esta iniciativa, tirada adelante gracias al valor de Cecília y un grupo de personas, es pionera en todo el estado y ayuda a que ninguna otra persona tenga que sentirse como lo hicieron ella, su marido y muchos: desamparados. "La asociación ha roto con el silencio y la soledad y ayuda a mostrar que hemos seguido adelante", concluye Cecília. "Nosotros debemos ser los guardianes de la memoria de su vida", dice refiriéndose a Miquel y a todos aquellos que se han ido.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario