Interesante entrevista la que firma hoy Jairo Vargas. Su protagonista es Amadeo Martínez, el coronel retirado que se enfrenta a más de un año de prisión por injurias al rey cuando, en realidad, no ha dicho nada que no piense al menos media España. Por ejemplo, que el rey es un sinvergüenza. Yo también lo creo, ¿acaso no llamó así a uno de sus yates? Pues, ¿qué es si no un bribón?
El coronel Martínez lleva años siendo un personaje incómodo para el Estado, el rey y el propio ejército y ahora algunos quieren pasar factura, imponiendo un castigo ejemplar. Sin embargo y como el propio militar retirado apunta, “si me condenan serían muy torpes ¿Qué quieren? ¿Poner a todo el mundo a mi favor?” y no le falta razón. Una condena convertiría a Martínez en una especie de mártir, en un símbolo no sólo republicano, sino democrático.
¿Acaso son tan descabelladas las afirmaciones que hace el coronel? ¿No es cierto que la Casa Real ha admitido que conocía las actividades irregulares de Urdangarín en 2006 y, precisamente por eso, el sinvergüenza medió con cierta empresa de telecomunicaciones para mandar el problema a Washington? Esta es una de las muchas tropelías que se suceden de manera impune y sobre las que Martínez llama la atención en su escrito, en el que tampoco olvida la traición del Borbón a los españoles saharauis… estos días de triste actualidad por un juicio ilegal en Rabat, aunque ningún medio de comunicación español se quiera hacer eco de ello.
El mejor servicio que el rey puede prestar a su país no es abdicar, que nadie se equivoque: es convocar un referéndum Monarquía Sí o No. Dicho de otro modo, preguntar al pueblo si quiere una monarquía que nos vino impuesta por Franco pues, si tan convencido está de que tiene un respaldo mayoritario, ¿qué tiene que temer? En realidad mucho, tiene que estar temblando, de hecho, puesto que de otra manera no se explican los publirreportajes a cargo de la televisión del régimen (TVE), entrevista de Hermida incluida, cuyo mejor resumen lo escribió un impagable Juan Cruz con su “¿Me entrevistas o me quieres?”… Y, sobre todo, no se explica de otro modo que desde octubre de 2011, cuando la monarquía suspendió con un 4’89, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) no haya vuelto a preguntar por la Casa Real.
Ya va siendo hora, pues, de oír más voces como la del coronel Amadeo Martínez, de cuestionar si una monarquía impuesta por un dictador realmente es democrática y, en definitiva, si un rey sirve para algo más que para esquilmar las arcas del Estado. 15 meses de prisión amenazan al coronel aunque, bien mirado y considerando que como el propio Borbón dijo, “en España la Justicia es igual para todos”, ¿qué tiene que temer? Si por 4 años por homicidio involuntario un tipo duerme ya en casa y ostenta cargo público, por 15 meses, igual al bueno de Amadeo hasta le ponen un quiosco en la Gran Vía.
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