Playa de "O Rostro" (Costa da Morte. Galicia) |
Un grupo de investigadores ha rastreado el origen de miles de galletas de fuel aparecidas en dos playas gallegas a lo largo de 2011 y su composición química muestra que salieron de las tripas del petrolero. Las galletas, de entre 1 y 13 centímetros de diámetro, volvieron a ser detectadas en 2012, según explica la geóloga Ana Bernabeu, responsable del estudio.
El buque Prestige se hundió el 19 de noviembre de 2002 a 130 millas de la costa gallega, provocando una marea negra que emponzoñó 1.000 kilómetros de litoral. El Gobierno encomendó entonces a la petrolera Repsol que sellara las fugas con robots teledirigidos, pero la empresa no logró taponar todas las grietas y el barco, hundido a 4.000 metros de profundidad, siguió escupiendo entre 13 y 20 litros de crudo al día.
Galletas de chapapote aparecidas en la playa de O Rostro en septiembre de 2011 / Ana Bernabeu |
“No podemos saber si el fuel procede de una fuga reciente del pecio o si procede de zonas del fondo marino en las que está enterrado”, señala Bernabeu. El análisis de los científicos, publicado en la revista especializada Journal of Hazardous Materials, muestra que algunas galletas de chapapote están “muy biodegradadas”, lo que sugiere que han permanecido en el fondo marino durante largo tiempo y han llegado a la playa por la acción de las olas.
En el verano de 2011, muchos bañistas en las playas de Nemiña y O Rostro confundieron estas bolas de fuel con cantos rodados, hasta que detectaron su intenso olor a hidrocarburos. Los propios científicos barajaron que se tratara de un sentinazo, un vertido ilegal procedente de la limpieza en alta mar de los tanques de un buque.
“El mayor aporte de hidrocarburos al mar procede de los sentinazos”, no de las mareas negras como la del Prestige, subraya Bernabeu. Para descartar un sentinazo, los investigadores analizaron las galletas en el laboratorio del químico del CSIC Joan Albaigés.
El efecto sobre el medio ambiente de estas galletas, opina la geóloga, es pequeño, porque no es un volumen grande. Ahora sí se parecen más a aquellos “pequeños hilitos” con aspecto de plastilina a los que aludía Mariano Rajoy en 2002, antes de que el hundimiento del Prestige provocara un vertido de más de 64.000 toneladas de petróleo en alta mar. Rajoy era entonces el coordinador de la acción del Gobierno de José María Aznar ante la crisis.
El equipo ha suspendido el proyecto por falta de financiaciónLas campañas llevadas a cabo por el Instituto Español de Oceanografía tras el naufragio revelaron la existencia de acumulaciones de petróleo en la plataforma continental, la zona submarina próxima a la costa. En enero de 2003, la concentración alcanzaba los 300 kilogramos por metro cuadrado. En octubre de 2004, apenas llegaba al medio kilogramo por metro cuadrado. “Creemos, por el relato de los pescadores y los buceadores, que siguen existiendo zonas de acumulación y las galletas llegan a las playas por el oleaje y las corrientes”, apunta Bernabeu.
El efecto sobre el medio ambiente de estas galletas, opina la geóloga, es pequeño, porque no es un volumen grande. Ahora sí se parecen más a aquellos “pequeños hilitos” con aspecto de plastilina a los que aludía Mariano Rajoy en 2002, antes de que el hundimiento del Prestige provocara un vertido de más de 64.000 toneladas de petróleo en alta mar. Rajoy era entonces el coordinador de la acción del Gobierno de José María Aznar ante la crisis.
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