martes, 26 de febrero de 2013

Cuando el talento es el problema

La inteligencia como cáncer: “Si destacas y se nota, irán a por ti y te cortarán la cabeza”


“Capacidad de entender o comprender”. Esa es una de las definiciones de “inteligencia” que da la real Academia Española de la Lengua. “Capacidad de resolver problemas”. Esa es otra. Y como apunta Domingo, informático residente en Madrid: “Entender un problema y resolverlo son cosas muy distintas”, y aunque casi nunca se da la segunda sin la primera, parece que “la primera se da a menudo sin la segunda”. Hay más definiciones de la palabreja. La que cierra es “sustancia puramente espiritual”, pero esa no parece importarle a nadie. Y la pregunta es: “¿Es siempre la inteligencia un valor, una cualidad, o puede llegar a ser un hándicap?”. El periodista ha llegado a la pregunta después de años de tratar con gente cuya definición del asunto se acerca a la que da Yago, otro informático, compañero del anterior, que ahora empieza a despuntar como dibujante de comics –su verdadera pasión-: “La inteligencia es un cáncer, porque para triunfar hay que ser, además de inteligente listo, y para ser listo hay que ser un hijo de puta. Luego está la adaptación, que es lo que se le pide a la gente en este país: bajar la cabeza y aceptar. Pero eso no es inteligencia, es mera supervivencia”.

La inteligencia como cáncer: “Si destacas y se nota, irán a por ti y te cortarán la cabeza”

José Antonio Portellano Pérez, psicólogo clínico y profesor titular de la facultad de psicología de la Universidad Complutense de Madrid, está en desacuerdo con esa visión. Para él, la inteligencia “nunca puede ser un hándicap”, pero advierte de que no se debe caer en una simplificación: “La inteligencia no es una, la inteligencia es múltiple. Howard Gardner, que es premio príncipe de Asturias, demostró empíricamente lo que todos sabíamos de una manera intuitiva: que la inteligencia es un puzzle con muchas piezas: la lógica, la lingüística, la verbal, la espacial, la matemática, las que están relacionadas con las emociones…”.

Castigan la eficacia y el talento

Sin embargo, pese a que el elemento “inteligencia” es esencialmente positivo, su interacción con el contexto puede hacer que determinados tipos de inteligencia causen problemas a su poseedor. “Yo lo llamo el síndrome de Billy Elliot, que es un personaje que tenía lo que Gardner llamaba ‘muy alta inteligencia corporal cinestésica’, como puede ser por ejemplo, Messi. Inteligente no sólo es Einstein. Existe una inteligencia que es una capacidad para resolver problemas con tu cuerpo, igual que otras muchas”, explica el experto. Si esas capacidades no son reconocidas, puede llegar la frustración. “Somos inteligencia y emoción. Andamos sobre dos piernas, las necesitamos ambas para tener equilibrio”.


Si se buscan en internet las palabras inteligencia y hándicap juntas, apenas se encuentra nada en idioma inglés. En castellano, rebuscando, sí aparecen varias reflexiones sobre la incompetencia funcionarial endémica y otras lacras patrias. Para Yago, de nuevo, hay dos momentos clave en los que la inteligencia puede ser un lastre importante: “Existe, digamos, una precocidad en la comprensión de asuntos complejos. Y esa precocidad lo que hace es situarte en una posición distinta. Si vives en un entorno ‘social’ –y todos lo hacemos- y te sitúas como distinto, y si no tienes una protección para esa diferencia, se te castiga muy duramente. Todas las tribus tienen un chivo expiatorio y suele ser aquel que es débil o cuya función no entienden, que es lo mismo. Luego las cosas se equilibran, aprendes a usar esa diferencia, la ‘pones en valor’ que diría un ‘charlas’, y crees que te llevará lejos, te reafirmas en ella”.

¿Y después?

“Después”, dice Yago con una risa que es una mueca y que Domingo le acompaña, “llega el mundo del trabajo”. Después llegan las jerarquías. Y en España, comenta él, “somos de jerarquías a tope. El cuento de ‘vuelva usted mañana’, ¿lo conoces?, Yo creo que la mayor parte de los que te dicen ‘vuelva usted mañana’ lo dicen por no destacar, porque si destacas se te corta la cabeza. Así que el problema es que se castigan la eficacia y el talento, que vienen de un tipo de inteligencia creativa. Hay otro tipo de inteligencia que quizá sea mejor, menos altiva, más práctica, que aprende a confundirse con la masa. Los banqueros, si te fijas, hasta han adaptado su imagen a un rollo gris y ramplón”. Y se carcajea, otra vez: “Creo que es una mutación genética adaptativa”.


Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013/02/25/la-inteligencia-como-cancer-ldquosi-destacas-y-se-nota-iran-a-por-ti-y-te-cortaran-la-cabezardquo-115528/

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