Otto Skorzeny |
Producido por Pablo Azorín, el documental El hombre más peligroso de Europa aborda las últimas novedades conocidas sobre la compleja biografía de Otto Skorzeny.
Se estrenará el próximo 10 de marzo en la Filmoteca de Catalunya y el
12 en la Cineteca de Madrid. En 2011, el archivo personal del coronel
fue adquirido por un historiador estadounidense, el ex militar Ralph P. Ganis,
que lo ha investigado parcialmente. Consta de 2000 documentos entre
fotografías, agendas y películas familiares rodadas en 8 mm.
Luis María Pardo,
albacea del archivo, revela en el documental que su padre tenía miedo
de que los nazis pudieran ir a por su familia si esa documentación salía
a la luz, pero su hijo le convenció de que la gente tenía derecho a conocer lo que contenía.
Por ejemplo, uno de los hallazgos es una agenda de la posguerra de
alemanes vinculados al III Reich, entre los que se puede leer el nombre
de Leni Riefenstahl, que podría ser una lista de "irreductibles".
La cifra de alemanes refugiados en España tras la guerra fue de unos 10.000. Skorzeny tuvo como cicerone al periodista Víctor de la Serna, director del diario Informaciones, el más pro-nazi de España. Gracias a él, estableció contactos con el Estado Mayor del Ejército español, donde era una leyenda por sus hazañas de guerra, y empezó a hacer negocios.
También se convirtió en alguien popular. Se acostumbró a alternar en la noche madrileña. Almudena Grandes lo describe como "una celebrity"
de la época. Iba a la piscina Stella, al Pasapoga, Casablanca o al
Morocco. Mientras tanto, estaba relacionado con las redes de escape de
nazis hacia Argentina.
En algunas de las fotos que se han encontrado, aparece con Romano Mussolini, hijo del Duce, que pasaba por España de gira como pianista de jazz en la época en que trabajaba con el seudónimo de Romano Full.
En un encuentro le mostró el reloj que su padre le había regalado por
rescatarle. Nunca se deshizo de él en toda su vida, pero su papel en
aquella misión no estuvo exento de oportunismo para convertirse en el
protagonista.
Los negocios que le hicieron millonarios los realizó a través de Hjalmar Schacht,
ministro de Economía del III Reich, que tras cumplir solo unos meses de
su pena de ocho años de condena a trabajos forzados, regresó al negocio
bancario. Desde su posición, contrató a Skorzeny para
hacer negocios en España. El antiguo coronel de las SS se convirtió en
representante de marcas como Thyssen o Krupp. Uno de sus negocios más
lucrativos fue construir con empresas alemanes las bases que Estados
Unidos instaló en España en los años 60.
A partir de ahí, montó su propia empresa de importación y exportación, tras la que se le acusa de haber tenido un negocio de venta de armas.
Se cita que acudía a la casa que Perón tenía cerca de él en El Viso
madrileño para ver las últimas novedades del mercado y hacer
adquisiciones. Hasta se le llegó a vincular sentimentalmente a Evita, aunque nada de esto ha sido, lógicamente, confirmado.
Con la tapadera de esta empresa realizó
viajes frecuentes a Latinoamérica, donde se encontró con sus amigos
nazis huidos de la justicia. Entre sus papeles se ve que tenía la
dirección completa de Klaus Barbie, jefe de la Gestapo
en Francia. En las fotos que han aparecido en su archivo se les ve a
ambos pasándoselo en grande, vestidos de mujer, travestidos, en una
fiesta loca.
Con la fortuna que fue
amasando se compró una casa en Alcudia, Mallorca. Mantuvo el mínimo
contacto con los lugareños e incluso llegó a enfrentare a ellos. De un
día para otro, bloqueó el acceso a la playa y "privatizó"· una zona
colindante con su casa. Era la orilla en la que había aprendido a nadar
la gente del pueblo.
Uno de los motivos
por los que pudo actuar tan impunemente fue que la OSS, precursora de
la CIA, le captó para sus actividades de inteligencia. Como a él, le
pasó lo mismo a numerosas personalidades bien situadas en el III Reich.
Entrevistado por el documental, Efraim Zuroff, director del Centro Simon Wiesenthal, explica que la lucha contra el comunismo de los países occidentales cambió la visión que se tenía de los nazis.
En sus palabras: "Política, todo es política, ese es el problema, la
justicia no puede existir donde la política domina". Para más misterio,
la rama de la CIA con la que se le vincula es la acusada por el
asesinato de Kennedy.
Prueba de ello es que Skorzeny, como dice en una entrevista para la televisión alemana sentado frente al mar, en la playa, nunca
se arrepintió de nada. Declaró que ya diría la Historia si lo que hizo
fue útil o no, pero que el volvería a repetir todo lo que había hecho
paso por paso: "Puedo asegurar que hoy haría lo mismo de la
misma manera". No es de extrañar, habida cuenta de que se sospecha que
al final acabó manejando el botín de los nazis que escondieron en las
montañas y con el que no pudieron hacerse los aliados.
No
obstante, aunque acudiese a actos de homenajes a nazis y fascistas
españoles, aunque nunca mostrase arrepentimiento por haber sido un
jerarca del régimen nacionalsocialista, también tuvo su perfil de
mercenario. Cuando Nasser contrató a científicos alemanes para
fabricar misiles balísticos con los que poder atacar Israel, el Mossad
recurrió a él para acceder a ellos. El primero con el que
contactaron fue asesinado, aún hoy no se sabe dónde está su cuerpo, y
los otros científicos abandonaron Egipto muertos de miedo.
Cuando
murió, tuvo un funeral en Austria en el que, dijo un cronista, no se
habían visto más saludos nazis desde el final de la II Guerra Mundial.
Las opiniones de él son encontradas. Hay hasta quien encuentra cierto
carisma en el personaje, con su cicatriz facial fruto de las peleas con
sable de la extremadamente clasista universidad austriaca de su tiempo.
No obstante, todavía queda mucho por salir de ese archivo y su personaje
adquirirá más matices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario