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Malagón |
La Unión Europea está cometiendo crímenes contra la humanidad. El
único motivo por el que esta afirmación puede resultar fuerte o excesiva
es que no la encontramos habitualmente en forma de titulares de prensa.
Titulares que deberían ser habituales visto lo visto. Desde el día en
que Europa decidió solucionar la crisis de refugiados encerrando y
hacinando personas en campos de concentración. “Se considera delito de
lesa humanidad la deportación o el traslado forzoso de población, así
como la encarcelación u otra privación grave de la libertad física en
violación de normas fundamentales del derecho internacional”. Si el
periodismo, como Europa, tuviera alguna finalidad más allá de la
meramente empresarial, el titular, por habitual, no nos sorprendería
para nada.
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Miles de personas duermen esta noche al raso en tierra de nadie.
Los refugiados sirios se han vuelto a convertir en peones del juego de chantajes entre Turquía y la UE.@pmarsupia |
Si a aquellos padres fundadores de la UE en los años 50 les
mostrasen hoy las imágenes de los campos de refugiados, probablemente
preguntarían: ¿cómo va lo del mercado común del carbón y el acero? Es lo
que tiene que te hablen de velocidad si tú habías venido a vender
tocino. Setenta años después, fiel a su ADN fundacional, la Unión
Europea no ha mostrado demasiada preocupación por el drama humanitario
que se vive en nuestro territorio más allá de intentar quitarlo de en
medio de forma inhumana. Tampoco hay motivos para involucrarse más allá.
Al fin y al cabo, el Nobel de la Paz “por contribuir a los Derechos
Humanos” no es algo que te vayan a quitar una vez otorgado. La Unión
Europea, esa máquina de coordinar políticas de sus Estados miembros para
facilitar la labor comercial del sector privado, nos tiene
acostumbrados en los últimos años a ser también la máquina que echa
balones fuera cuando el problema es de tipo humanitario. Ya se sabe, si
la banca necesita ayuda se actúa con urgencia. Si la urgencia es
humanitaria, se organizan reuniones, cumbres, foros y días
internacionales.
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Tras el anuncio de Erdogan de que abría sus fronteras con Europa, muchos refugiados han viajado hacia la frontera terrestre entre Turquía y Grecia
Allí se han encontrado con la frontera griega cerrada y protegida por fuerzas antidisturbios. (Fotografía de Bulent Kilic)
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En las últimas jornadas, las políticas de la UE han pasado de ser
inhumanas por omisión a serlo por acción. Las pocas imágenes que llegan
desde la frontera entre Turquía y Grecia son, cada minuto que pasa, más
insoportables para quien conserve algo de estómago. Grupos de extrema
derecha atacan a los refugiados que llegan a las costas griegas. También
atacan a las ONG que tratan de ayudar a estos refugiados y atacan por
supuesto a los periodistas que tratan de contarlo. Lo hacen con
impunidad. La policía griega no interviene. Quizá porque tiene tareas
más importantes de las que ocuparse. Por ejemplo, la tarea de observar
cómo un bebé muere ahogado frente a sus narices o cómo estos grupos
fascistas hacen su trabajo. También tienen las autoridades griegas
tareas más activas, como la de tratar de lanzar gases lacrimógenos
contra familias enteras, hacer naufragar embarcaciones con personas a
bordo o, incluso, disparar contra estas personas. Ayer, al menos una
persona fue asesinada cuando llegaba a Europa –qué cosas– huyendo de la
guerra. Mientras todo esto ocurre, la misma UE que hace unos años puso
su bota y su ira sobre el cuello de la Grecia que se resistía a los
salvajes recortes, ahora le muestra su apoyo en el asunto migratorio. Lo
ha hecho por boca de Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea,
antes conocido como el hombre al que la tensión en Cataluña le resultaba
insoportable. La alta política debe de ser esto.
Si el mundo fuera justo, todos esos líderes europeos que llevan años
vulnerando los derechos humanos por acción u omisión tendrían que dar
explicaciones ante un tribunal. Por desgracia, parece que el mundo es
otra cosa: eso que pasa en la isla de Lesbos.
Fuente:
https://ctxt.es/es/20200302/Firmas/31221/Gerardo-Tece-Europa-derechos-humanos-lesbos-refugiados.htm
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