Teresa Novoa |
y todo el mundo sabe cómo lo grandes resfriados
alteran todo el sistema del universo,
nos enfadan con la vida,
y hacen que estornudemos hasta la metafísica.
He perdido el día sonándome.
Me duele ligeramente la cabeza.
¡Ttriste condición para un poeta menor!
Hoy soy verdaderamente un poeta menor.
El que fui otrora fue un deseo: se esfumó.
¡Adiós para siempre, reina de las hadas!
Tus alas eran de sol, y yo por aquí sigo.
No estaré bien si no me tumbo en la cama.
Nunca estuve bien salvo tumbándome en el universo.
Con perdón, señor... ¡Qué gran resfriado físico!
Necesito verdad y aspirinas.
Fernando Pessoa
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