¿Medicina? Definitivamente, no. Ambas tuvieron un origen común hace tres
siglos, pero hoy los métodos pseudocientíficos se acercan más a la
superstición que a la curación.
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Ilustración de Señor Salme |
Corren malos tiempos para la homeopatía. Hace unos meses, Australia
impuso la retirada de los productos de medicina alternativa de las
farmacias y Estados Unidos anunció la obligación de comercializarlos con
la advertencia de que no son medicamentos. En 2015, un niño murió en
Italia porque sufría otitis y se le trató con los métodos de esta
pseudociencia. Hay lectores que pueden sorprenderse al leer estas
noticias porque aparenta ser un tratamiento seguro. De hecho, hay
facultativos que se anuncian como homeópatas. En Madrid existe un
hospital que se rige por la filosofía de este dudoso sistema curativo.
Incluso hay universidades que ofrecen másteres en esta disciplina. Y por
supuesto, en muchas farmacias encontrará este rótulo en letras grandes.
La realidad es que la homeopatía es a la medicina lo que la
astrología a la astronomía o la alquimia a la química. Todas tuvieron un
origen común hace tiempo, pero la medicina es una ciencia y la
homeopatía sigue siendo una superstición. Surge de las ideas de Samuel
Hahnemann. A finales del siglo XVIII ingirió una sobredosis de quinina
como experimento para cuestionar los postulados del libro del médico
escocés William Cullen que estaba traduciendo. Esto le produjo unos
síntomas que asoció con la malaria. A partir de ahí desarrolló los
postulados de que lo similar cura lo similar y que cuanto más diluido
esté un principio activo es más potente. Ninguna de estas ideas era
correcta. Para empezar, los síntomas de un envenenamiento por malaria
no son los que él describía, por lo que posiblemente lo que sufrió fue
algún tipo de alergia. Lo similar no cura lo similar.
La mejor prueba es que el dolor no es como una amapola, pero
de esta planta se extraen potentes analgésicos. Tampoco algo es más
potente cuanto más diluido, y lo puede comprobar cualquiera que le eche
agua al whisky. Sin embargo, en su momento, la propuesta de Hahnemann
podía tener sentido. En aquella época anterior a los ensayos clínicos,
la medicina “oficial” utilizaba terapias agresivas y sin ninguna
eficacia como lavativas, sangrados, inducir vómitos o administrar
productos tóxicos como el arsénico, el mercurio y el plomo. Era más
probable que el paciente se muriera por el tratamiento que por la propia
enfermedad. En ese contexto, un método basado en dar agua o pastillas
de azúcar, es decir, en no hacer nada, evitaba el daño que provocaba la
propia medicina, y los resultados, para afecciones que podían curarse
solas, eran muy satisfactorios. Por eso triunfó hace 200 años.
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Ilustración de Señor Salme |
No obstante, en dos siglos la ciencia ha avanzado mucho. La aplicación
del ensayo clínico ha conseguido logros como la vacunación o los
antibióticos, además de fármacos efectivos contra muchas afecciones que
en tiempos de Hahnemann eran mortales y que hoy se consideran problemas
menores. ¿Y qué ha hecho la homeopatía en este tiempo? ¿Alguien conoce
algún tratamiento pseudocientífico que haya desplazado a alguna
medicación convencional? Ninguno. Y no será porque no se ha probado. Se
han hecho cientos de experimentos para ver si tiene algún tipo de
efectividad. De momento, sin éxito. ¿Y por qué se vende en farmacias? La
homeopatía se beneficia de una excepción de la ley del medicamento
según la cual para venderse no tiene que demostrar que es efectiva sino
que es inocua, algo que no tiene problema en superar puesto que es agua y
azúcar. Hace unos años se planteó una regularización, pero acabó en el
limbo y ahora mismo los productos homeopáticos viven en un vacío legal.
Por lo tanto, esta disciplina pseudocientífica pudo tener sentido hace
200 años, pero en la actualidad es como esas series que se alargan
demasiado, una broma pesada de la medicina. Y si alguien quiere hacer un
sencillo experimento sobre su efectividad, la próxima vez que vaya al
dentista que pida un anestésico homeopático. A ver si siente dolor o no.
Más información:
https://elpais.com/elpais/2018/03/06/eps/1520330139_815845.html?id_externo_rsoc=TW_CM
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