Detenido el pasado sábado, este opositor al Gobierno turco está en
libertad hasta que la Audiencia Nacional decida sobre su extradición
"Esta es una cuestión política y es lo que se tiene que plantear el Gobierno español, si va a colaborar con un régimen como el de Erdogan"
"La lista de 10.000 perseguidos por parte de Erdogan no se la han tomado en serio ni Francia, ni Italia, ni Grecia, ni Alemania, y se la toma en serio España"
"Esta es una cuestión política y es lo que se tiene que plantear el Gobierno español, si va a colaborar con un régimen como el de Erdogan"
"La lista de 10.000 perseguidos por parte de Erdogan no se la han tomado en serio ni Francia, ni Italia, ni Grecia, ni Alemania, y se la toma en serio España"
El escritor turco Dogan Akhanli. Paula González |
Dogan Akhanli (Turquía, 1957) lleva siendo perseguido
por sus ideas políticas desde los años 70, primero por el Gobierno
militar y luego por el régimen de Recep Tayyip Erdogan. Logró viajar a
Alemania en 1991, país en el que reside desde entonces, donde desarrolla
su carrera como escritor, y del que ha asumido la nacionalidad
renunciando a la turca.
Cuando en 2010 fue juzgado y
absuelto por pertenencia a organización terrorista, Akhanli regresó a
Alemania como un ciudadano libre. Pero dos años más tarde Turquía anuló
la sentencia y ordenó repetir el proceso. El sábado fue detenido en
Granada y trasladado a la Audiencia Nacional, atendiendo una petición
del Gobierno turco para que se le extradite y vuelva a ser juzgado.
En esta entrevista con eldiario.es expresa su deseo de
que las autoridades españolas no colaboren con el régimen de Erdogan,
que asegura que se ha convertido en una dictadura peor que la militar de
los años 80. "H a perdido el contacto con la realidad. Era un reformista en algunos temas que se ha convertido en un déspota", lamenta.
Reside usted en Alemania desde principios de los 90. ¿Por qué huyó de Turquía?
Yo me fui a Alemania como refugiado político con mi familia, porque era
miembro de un partido comunista en la época de la dictadura de los
militares. Fui detenido y estuve encarcelado, aunque luego salí en
libertad. Sin embargo, la persecución siguió siendo muy importante.
Esto fue a finales de 1991, cuando tomamos la decisión de pedir asilo
en Alemania porque después del golpe militar yo era realmente una
persona muy activa en un partido comunista. La persecución de la que
estoy siendo víctima ahora es tan sorprendente para mí como que se me
acusa de pertenecer a una organización que nunca ha existido. Solamente
ha existido en la cabeza del fiscal que me acusó.
En
los propios archivos del Ministerio del Interior turco, y a ellos
tuvimos acceso en el año 2010 porque yo ya he sido juzgado y absuelto
por estos hechos, para el propio Ministerio, esta organización, de la que me acusan de formar parte y por la que estoy siendo reclamado, nunca ha existido.
¿De qué le acusan ahora? ¿Por qué le reclama el Gobierno de Turquía?
Los hechos son exactamente los mismos por los que yo fui encarcelado,
juzgado y absuelto en el año 2010. Pero en el año 2013 hubo un juicio de
revisión en mi ausencia y se declaró nulo el primer proceso, y ahora
intentan celebrarlo de nuevo.
En agosto de 2010 fui a
Turquía para visitar a mi padre, que estaba enfermo, y en el aeropuerto
fui detenido. Estuve cuatro meses en la cárcel, el 8 de diciembre de
ese año fui puesto en libertad y meses después fui absuelto de los
hechos por los que ahora me reclaman. Entonces me volví a Alemania como
hombre libre, y fue cuando el fiscal presentó una revisión
extraordinaria en un tribunal distinto, que anuló mi caso. Una vez que
se anuló mi sentencia absolutoria es cuando se me vuelve a poner en
búsqueda y captura, cuando yo siempre he estado en mi casa.
En Turquía hay un caos político que no les permite ni saber cuáles son
sus objetivos en mi caso, qué tienen en mi contra. De hecho, el fiscal
que me acusó a mí y que me quería condenar a cadena perpetua, se
encuentra huido de Turquía y refugiado en Alemania, acusado ahora por
Erdogan del mismo delito que yo, pertenencia a organización terrorista.
Lo sorprendente es que todos los procesos que estos jueces y fiscales
llevaron, que para las autoridades serían nulos porque los llevaron
miembros de una suerte de secta (en referencia al movimiento Gülen al
que Erdogan acusa de organizar el último golpe de Estado), sin embargo,
cuando se trata de procesos contra activistas o políticos de izquierdas,
son válidos. Lo que no les vale para nadie, sí les vale cuando eres
escritor, periodista o defensor de los derechos humanos si eres de
izquierdas.
¿Por qué cree que
Erdogan le teme a usted y a otras personas de su ámbito? Son personas de
la cultura que llevan muchos años fuera de Turquía, pero ahora se
emiten unas órdenes de busca y captura contra ellos.
Con independencia de la lucha que hay entre los seguidores del clérigo
Fethullah Gülen y los afines a Erdogan, para este último siempre es
prioritario y perseguible todo lo que tiene relación con la revisión
histórica del genocidio contra el pueblo armenio y la lucha y defensa de
los derechos del pueblo kurdo. Cuando cualquier persona aborda esto se
transforma en un enemigo, como lo fuimos para los seguidores de Gülen y
como lo somos ahora para Erdogan.
Toda la gente que
ahora está en prisión en Turquía, especialmente intelectuales y
periodistas, el único crimen que han cometido es ese, ser intelectuales y
periodistas. Hay un caso muy significativo, el de Deniz Yücel. Es un
caso muy conocido en Alemania y en Turquía, porque él trabajaba para Die
Welt y es alemán de origen turco.
Después del golpe
de Estado fue buscado por las autoridades turcas únicamente porque era
muy crítico con lo que estaba haciendo Erdogan. Entonces se presentó
ante la policía en Turquía pensando que no le ocurriría nada porque era
ciudadano alemán, pero fue detenido y después de ocho meses no hay una
acusación concreta en su contra. Erdogan ha dicho públicamente que
mientras él se mantenga en el poder esta persona no va a salir en
libertad.
Este caso refleja la realidad del régimen
de Erdogan, que nunca antes se había dado en Turquía. Ni siquiera
durante la época de la dictadura militar nunca abiertamente fueron
capaces de hacer y decir lo que hace y dice Erdogan. En la época de los
militares al menos se guardaban las formas, jamás se les hubiese
ocurrido decir lo que ha dicho Erdogan, hubiesen dicho que la Justicia
cumpliría con su trabajo. Aquí ya se han perdido las formas.
Dogan Akhanli, durante la entrevista con eldiario.es. Paula González |
¿Tiene miedo Erdogan a que los
activistas e intelectuales que viven exiliados colaboren con las fuerzas
de oposición en Turquía?
Erdogan debería
ser consciente ya de que todos nosotros somos personas muy
individualistas y marginales en nuestros planteamientos, desde el punto
de vista político, que no deberíamos poner en riesgo su poder. Pero
también hay que tener presentes las paranoias de Erdogan, que son muy
fuertes y que se asientan en una suerte de mitología sobre quiénes somos
y lo que hacemos. Por ejemplo, Erdogan viene a decir que el terrorismo
kurdo está financiado por Alemania, cuando el PKK sigue siendo una
organización ilegal en Alemania.
Tengo la sensación
de que Erdogan ha perdido el contacto con la realidad. Se ha
transformado en una persona que hace 10 años era un reformista en
algunos temas, que negoció con los kurdos, y se ha convertido en un
déspota que se atribuye determinados derechos que no tiene. Se ha
atribuido la capacidad de dictar lo que él crea que es bueno tanto como
para Turquía como en el plano internacional.
¿Qué marca ese cambio en Erdogan?
A partir del referéndum, en el cual él saca menos votos de los que
esperaba, es cuando se habría desencadenado la paranoia, esta agonía y
este miedo que es el que le está haciendo actuar como un déspota. Esto
es lo que le transforma en peligroso e incontrolable, y lo que le hace
más peligroso es el hecho de que él sabe que se ha saltado sus propias
leyes, él sabe que tiene que mantenerse en el poder a toda costa porque
si no, acabará preso.
Esta es la situación en
Turquía, y lo que no quiero es sobrevalorar mi papel como escritor. No
deja de sorprenderme que Erdogan esté tan preocupado por una persona que
lo que ha hecho es escribir dos novelas sobre la memoria del genocidio
de los armenios. Es realmente una exageración por parte de alguien que
está paranoico.
Lo que creo es que cuando fui
absuelto ellos pensaban que yo lo iba a dejar de lado, no iba a escribir
más sobre Turquía y se han equivocado. Yo no he cambiado mis ideas y no
lo voy a hacer. Se equivocan si piensan que la absolución fue un
regalo. Fue un derecho. Yo no he cambiado mi perspectiva crítica. Como
eso no les ha gustado, han tratado de hacer una demostración de fuerza
para dejar claro que mi futuro y mi libertad dependen de ellos y no de
mí.
¿Cree que el Gobierno
español está colaborando con la represión de Turquía? En el caso de
Hamza Yalçin pasó por varios países europeos antes de España y fue
detenido.
No conozco los antecedentes
completos del caso, pero no puede ser una casualidad que dos
intelectuales turcos viajen a España y terminen los dos detenidos.
Existe una alta probabilidad de que las autoridades españolas estén
colaborando porque esta lista de 10.000 perseguidos por parte de Erdogan
no se la han tomado en serio ni Francia, ni Italia, ni Grecia, ni
Alemania, y se la toma en serio España.
Los países
democráticos tienen que tener claro que tienen que colaborar con
Interpol, pero también tienen que hacer un juicio crítico sobre si todas
las reclamaciones de Interpol se corresponden con la realidad,
especialmente cuando vienen de regímenes dictatoriales y violentos que
criminalizan a todos los opositores, como es el caso de Turquía.
Dogan Akhanli, durante la entrevista con eldiario.es. Paula González |
¿Sabe de otros exiliados que tengan miedo de salir de sus países de residencia por si son detenidos?
Conozco muchos, casi todos los refugiados turcos que están viviendo en
Alemania a fecha actual tienen miedo de salir de Alemania. Especialmente
todos aquellos que mantienen la condición de refugiados y no tienen la
ciudadanía alemana, esos son los que más miedo tienen.
En mi caso no tenía esa preocupación porque hace más de 20 años que no
soy turco, soy alemán. Por eso estuve en Francia, Italia y Holanda antes
de estar en España, y nunca me había pasado nada, porque soy ciudadano
alemán. Bajo esa premisa tuve claro que no me iba a pasar nada viajando
por Europa. Me podrían haber reclamado en Alemania por este caso y no lo
han hecho.
¿Espera volver a Alemania y seguir con su vida o teme que España inicie los trámites de extradición?
Voy a responder con las palabras del ministro de Exteriores alemán,
Sigmar Gabriel, que dijo que Alemania va a hacer todo para que España no
me entregue y tengo mucha confianza en la Justicia española. En todo
caso, esta es una cuestión política, y es lo que se tiene que
plantear el Gobierno español: si va a colaborar con un régimen como el
de Erdogan o con una democracia como la alemana.
Ellos tienen que tener presente lo que ha dicho el Gobierno alemán, que
esta es una persecución política contra un ciudadano alemán. Y es
inimaginable que el Gobierno alemán, si yo fuera un delincuente, hiciera
unas declaraciones de este tipo. Si las ha hecho es porque conocen
perfectamente el procedimiento y la persecución que sufro.
Sinceramente, no creo que España vaya a llegar tan lejos porque sería
un escándalo político y jurídico. Y esto también es aplicable al caso de
Hamza Yalçin, porque no hay ninguna diferencia entre un caso y el otro.
El hecho de que esté en prisión no lo considero correcto. Yo he tenido
la suerte, gracias a que mis abogados han reaccionado rápido, la prensa
ha estado rápida, de que el juez ha contado con elementos de juicio
suficientes para comprender que yo no era un riesgo y no debía estar en
prisión.
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