Se
trata de la historia de todos los españoles perdedores de la Guerra
Civil convertidos en agentes secretos de los Estados Unidos. Una serie
de líneas de investigación a las que accedieron documentándose para su
anterior documental, el de 'Agente Sicre, el amigo americano'. Un excelente trabajo que, sin embargo, como me comenta Azorín, "pasó sin pena ni gloria" en su momento.
El documental está disponible en la web de rtve.es
y en esta columna nos detendremos en él porque es uno de los más
completos documentales históricos que se han realizado en este país en
los últimos años y porque descubre la figura de un personaje realmente
peculiar, con una peripecia vital que podría argumentar varias novelas. Ricard Sicre.
Se
trata de la historia de todos los españoles perdedores de la Guerra
Civil convertidos en agentes secretos de los Estados Unidos. Una serie
de líneas de investigación a las que accedieron documentándose para su
anterior documental, el de 'Agente Sicre, el amigo americano'. Un excelente trabajo que, sin embargo, como me comenta Azorín, "pasó sin pena ni gloria" en su momento.
El documental está disponible en la web de rtve.es
y en esta columna nos detendremos en él porque es uno de los más
completos documentales históricos que se han realizado en este país en
los últimos años y porque descubre la figura de un personaje realmente
peculiar, con una peripecia vital que podría argumentar varias novelas. Ricard Sicre.
Natural
de Bellver de Cerdanya, era el hijo del médico del pueblo y estaba
afiliado a ERC. Durante la guerra, cuando los anarquistas intentaron
implantar su sistema en aquellas zonas entre Cataluña y Aragón, tomó las
armas en una rebelión popular contra las fuerzas de la CNT. Con la
puesta en marcha del Ejército Popular Republicano, Sicre fue llamado a
filas en la llamada Quinta del Biberón, la última. No pudieron resistir
las ofensivas de los ejércitos fascistas y Sicre tuvo que huir a Francia
como tantos otros miles, para acabar en campos de concentración.
Sicre
logró huir a Inglaterra y posteriormente a Nueva York, donde fue
reclutado por los servicios secretos estadounidenses bajo amenaza de
devolverlo a la España de Franco. Un dato interesante
que aporta el documental es que los americanos querían que sus agentes
fuesen republicanos españoles porque así tenían una garantía de que eran
muy antifascistas.
La operación más
importante en la que trabajó Sicre fue la 'Operació Banana', en la que
introdujo armas desde el norte de África en España e infiltró agentes.
Tenían como misión controlar la colaboración de Franco con los nazis.
Sin embargo, un delator dentro del PCE, El Chato, reveló toda
la información a la policía y fueron detenidos. Para ese momento, en
Estados Unidos e Inglaterra ya tenían pergeñado el plan para contar en
un futuro con la España de Franco como aliado o colaborador en la
inminente Guerra Fría.
Paradójicamente,
al término de la II Guerra Mundial, Sicre intentó convertirse en
empresario en Estados Unidos y no lo consiguió, y aquí viene el giro de
los acontecimientos, entró a formar parte de una compañía exterior
controlada por la CIA y volvió a España, esta vez como influyente
empresario.
Pablo Azorín y Marta Herrero se quedaron impactados con esta aparente
contradicción en su trayectoria. Con un gesto que va más allá de la
política y entra dentro de la reflexión sobre el género humano. Según me
explica: "La experiencia vital de Sicre nos cautivó desde un principio.
En él no encontramos al héroe perfecto como el Joan Pujol
“Garbo”. Sicre es un joven idealista que lucha contra el fascismo,
primero en la Guerra Civil y después en la II Guerra Mundial. A través
de la lectura de los documentos que firma durante su actuación como
agente de la OSS nos queda muy claro que es un antifascista y que está
convencido de que los Aliados acabarán con todos los fascismos incluido
el régimen franquista. El abandono a su trágico de los agentes
irregulares españoles que él dirige, por parte de la diplomacia y la
propia OSS norteamericana y la posterior alianza de Eisenhower con
Franco le empujan al desengaño, a un terrible baño de realidad que le
conduce al pragmatismo como fórmula de supervivencia primero, y más
tarde para enriquecerse económicamente".
Pasó de ser Ricard a ser Ricardo. De la lucha
antifascista a pasear a todos los notables del régimen en su yate, con
la mira puesta en los negocios. Formó parte de esa jet que, mientras
España pasaba hambre, así se narra en el documental, "tiraba el dinero".
Lo que uno esperaría, llegado el caso, es que Sicre se hubiese
mantenido trabajando para la CIA y pasándoles información, pero Azorín y
Herrero no encontraron pruebas, tan solo intuiciones: "Muchos ex
agentes de la Office of Strategic Services pasaron a engrosar los
efectivos de su organización sucesora: la CIA. Otros muchos, entre los
que se encuentran algunos de sus principales responsables, como el
propio general William Donovan, Frank Ryan
jefe de la OSS en España y Ricardo Sicre encontraron un muy rentable
medio de vida en el mundo de los negocios en la World Commerce
Corporation que operó en España en plena sintonía con el régimen. La
verdad es que no hemos encontrado ninguna prueba documental al respecto,
su hijo Emilio lo niega. Yo personalmente creo que si
bien no se realizaba una labor de espionaje al uso, como había venido
haciendo durante la II Guerra Mundial, si que aprovechaba su situación
de privilegio en la España franquista para recabar mucha información
privilegiada, valga la redundancia, que compartía, o no, en función de
sus propios intereses, pero volvió a España en una empresa montada por
antiguos espías".
En esta época como empresario, trajo numerosos productos americanos a
España, entre ellos la famosa Pepsi-Cola. Los negocios eran propios de
aquella España, todo se basaba en mordidas e influencias con una
administración absolutamente corrompida. Son llamativos detalles que se
vierten en el documental, como que Picasso desconfiaba
de él porque sabía que había sido de Esquerra y ahora estaba nadando en
las aguas del régimen franquista muy plácidamente. Del mismo modo, se
dan trazas de lo que podía pasar por su cabeza. Se le describe como
persona de emociones reprimidas, al que nunca se le llegó a ver feliz.
Aunque fue un vitalista hasta el final, cuando le diagnosticaron cáncer,
llenó un yate de amigas y se fue al Caribe. Murió a los pocos meses.
Elaborado tras años de investigación y recurriendo a fuentes primarias,
estos son los documentales que queremos. Y necesitamos.
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