Un informe del Ministerio de Medio Ambiente advierte de que, a este
 ritmo, tres millones de hectáreas de las zonas húmedas pasarán a áridas
 al llegar a 2100
El documento admite que "la desertificación es ya un problema real" en más de dos tercios del territorio, agravado por la falta de lluvias y las temperaturas más altas
El desequilibrio entre el agua disponible y lo que se evapora supone mayor presión sobre los recursos hídricos, pérdida de biodiversidad y menor producción agrícola
    
 
Ganando terreno hacia el norte
Fuente: http://www.eldiario.es/sociedad/Espana-riesgo-convertirse-desierto-siglo_0_624337848.html
El documento admite que "la desertificación es ya un problema real" en más de dos tercios del territorio, agravado por la falta de lluvias y las temperaturas más altas
El desequilibrio entre el agua disponible y lo que se evapora supone mayor presión sobre los recursos hídricos, pérdida de biodiversidad y menor producción agrícola
| Vista de la zona desértica de Tabernas (Almería) | 
 Cada país, cada región del mundo, está  amenazada de manera diferente por
 los efectos del cambio climático. Algunos estados-isla del Pacífico se 
enfrentan a la desaparición física, engullidos por la subida del nivel 
del mar. España, por su parte, se arriesga a convertirse en desierto. 
Hasta el actual Gobierno advierte ya de que el calentamiento global 
amenaza con que, en lo que queda de siglo, el 80% del suelo esté en 
peligro de desertificarse. Incluidas las cordilleras montañosas del sur,
 según un análisis del Ministerio de Medio Ambiente de 2016 
recientemente publicado en el Portal de Transparencia gubernamental.
 La desertificación es la "degradación de las tierras áridas, semiáridas
 o subhúmedas secas". Esta tipología engloba lo que se considera, de 
forma más sencilla, "tierras secas". La aridez es el balance entre el 
agua que hay en una zona y la que se evapora: "Oferta y demanda", 
especifica el informe titulado Impactos del cambio climático en los 
procesos de desertificación. Ese índice de aridez implica el riesgo de 
virar hacia el desierto. En España, grandes áreas caen dentro de estas 
"tierras secas". Y van camino de extenderse.
 El cambio climático, debido a la acción combinada de 
caída de las lluvias y aumento de las temperaturas, acecha con morderle 
un bocado de tres millones de hectáreas a la España más húmeda para 
transformar ese suelo en riesgo de desertificarse. Un 20% de lo que hoy 
está a salvo pasará a estar en riesgo. "Una aridificación en buena parte
 de su superficie", han escrito los técnicos de ministerio. "La 
desertificación es ya un problema real para una parte importante del 
territorio español ya que a los factores tradicionales se añaden los 
efectos relacionados con el cambio climático", resumen.
 El agua está en el fondo de este asunto. El Panel 
Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) –el grupo científico 
de la ONU para el estudio del calentamiento global– ha señalado entre 
los  primeros peligros para Europa "la
 creciente presión sobre los recursos hídricos, particularmente en el 
sur". Menos agua a disposición. Traducido significa que llueve menos y, 
además, en episodios más torrenciales y destructivos. "Se agrava el 
peligro de inundaciones", explica el IPCC. Pero, además, este patrón de 
precipitaciones también desertifica: "Deteriora la calidad del suelo", 
señala el panel internacional.
 El mapa de las zonas 
áridas de la España peninsular refleja cómo de noroeste (Galicia) a 
sureste (Almería o Murcia) las tierras secas son cada vez más secas 
(llueve solo entre un 5% y un 20% de lo que se evapora). El riesgo de 
desertificación, en diferentes grados, afecta a 37,4 millones de 
hectáreas de los 50,5 millones del territorio total.
Ganando terreno hacia el norte
 Los cálculos del informe muestran que el suelo susceptible de 
degradarse va ganando espacio: la zona norte de Andalucía, Extremadura, 
Castilla-La Mancha, Valle del Ebro, amplias zonas de Cataluña y la 
submeseta norte se van tornando más secos hasta perder el tono verde de 
las zonas húmedas. A eso se le añade que las regiones ya áridas empeoran
 (se vuelven más anaranjadas en los modelos).
 De ahí 
que la España húmeda, que ocupaba un 39% entre 1971 el año 2000, al 
ritmo actual y con las previsiones disponibles se quede en un 20% al 
terminar el siglo XXI. La Islas Canarias lo pasarán todavía peor.
 El documento indica que se prevé un incremento "muy acusado" de la 
superficie cuyo balance entre lluvias y evaporación la coloca en la 
categoría de semiárida, sobre todo en el tercer cuarto del siglo. Pero, 
al mismo tiempo, destaca que, para el último tercio, los mayores 
incrementos relativos de zonas en riesgo respecto al año 2000 se van a 
producir en los suelos con un nivel de amenaza alto o muy alto. Es 
decir, los peores suelos.
 Desertificar un país 
conlleva consecuencias en muchos niveles. La más obvia resulta la 
alteración de los ecosistemas que implica "la pérdida de hábitats y de 
especies", como subraya el IPCC. La biodiversidad se resiente. Esta 
riqueza natural es uno de las características subrayadas por el 
Ministerio de Medio Ambiente: España es el país de la Unión Europea que 
más especies de aves, mamíferos y anfibios alberga y está a la cabeza de
 superficie incrustada en la Red Natura 2000 de protección ambiental con
 222.000 km2. 
 Pero, además de esta 
relación entre mayor desierto y menor biodiversidad, el panel científico
 de la ONU recuerda que, junto al incremento de riesgo de los incendios 
forestales, estas áreas se enfrentan a "extensos efectos negativos en la
 productividad agrícola en el sur" [de Europa].
 El 
informe abrocha su análisis de la siguiente manera: "Es evidente que los
 ecosistemas más frágiles, con menos capacidad para adaptarse a los 
cambios previstos en la temperatura y la precipitación serán los más 
vulnerables frente a la degradación".
Fuente: http://www.eldiario.es/sociedad/Espana-riesgo-convertirse-desierto-siglo_0_624337848.html
 
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