Muros que ha construido Europa o está construyendo para frenar la inmigración
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La fiebre de los
países europeos por gastar dinero en vallas que eviten la entrada
masiva de refugiados e inmigrantes en sus territorios no ha terminado.
La reciente decisión del gobierno ultra derechista húngaro de invertir
125 millones de euros en una segunda valla en su frontera sur con Serbia
eleva la cifra total a 650 millones, según las estimaciones más
prudentes. Una empresa española, Magal Security Sistem, suministra
vallas y concertinas a los gobiernos de Europa del Este.
Pese
a las evidentes dificultades que existen para determinar con exactitud
el dinero gastado por los países europeos en construir estas vallas -por
la negativa de los gobiernos a dar una cifra del coste-, la agencia Reuters calculó
el año pasado que Europa había gastado unos 500 millones de euros en
construir estas vallas antiinmigrantes desde la caída del Muro de
Berlín, en 1989 -con España como precursora en Ceuta y Melilla-.
A esos 500 millones hay que añadir ahora otros 125 millones que va a gastar Hungría
en esta segunda valla en su frontera con Serbia. Esta vez, los datos
los ha facilitado el propio Gobierno de Víktor Urban, e incluyen las
obras de ampliación de los centros de internamiento de refugiados, así
como cámaras de vigilancia térmicas y sensores de movimiento cada 15 centímetros.
Hay que añadir también la reciente decisión del Gobierno de Letonia de construir una valla en su frontera con Bielorrusia,
aunque no ha facilitado el coste -solo ha admitido que ha reservado
dinero en sus Presupuestos de 2017-. Y en enero el Gobierno de Lituania
anunció otra valla que le separará del enclave ruso de Kaliningrado. El coste estimado es de 30 millones de euros, lo que elevaría la cifra a los 650 millones.
La cifra podría ser incluso modesta, prudente. Porque el diario local turco Hurriyet ha publicado que el coste total del muro que Turquía construye desde 2014 en su frontera sur con Siria era de 672 millones de dólares -636 millones de euros- al incluir un camino adyacente para las patrullas
de la policía. La construcción de este muro está muy avanzada, podría
estar finalizado este 2017, y está formado por bloques portátiles de
hormigón de siete metros de alto acabados en alambres con púas.
Bulgaria
En los próximos meses, además de las
vallas de Turquía con Siria y la de Hungría con Serbia está previsto que
finalice también el muro que separa Bulgaria de Grecia y Turquía,
de casi 500 kilómetros. Iniciada en 2014, en agosto el gobierno local
decidió aumentar en 30 kilómetros más la valla. El coste se desconoce,
pero según anunció el Ejecutivo búlgaro en octubre pasado la vigilancia
tendrá 420 jeeps, cámaras térmicas y un sistema especial de comunicación
móvil. Todo el proyecto se fin
anciará con dinero del fondo europeo para refugiados.
Bulgaria se une así a Grecia y cierra su
frontera con Turquía. Europa se ha convertido prácticamente en un
continente de nuevo tapiado con fronteras. Macedonia con Grecia, Hungría
con Serbia y Rumanía... A esta fiebre por las vallas se han unido las
ex repúblicas soviéticas. Primero Estonia, que ha programado la
construcción de una valla de alambre de espino en 135 kilómetros de su
frontera con Rusia para 2019.
Letonia ya tiene avanzada su valla de 2,7
metros de alta que le alejará de Rusia. Ya ha construido una parte y en
2017 ha reservado 6,3 millones de euros para continuar con su
construcción. El plan es cerrar 92 kilómetros de su frontera más
vulnerable con este país, y tenerla terminada en 2019.
Se ha publicado que el coste total será de 80 millones. Por si fuera
poco, Letonia ha anunciado también una valla con Bielorrusia.
Mientras, Lituania también anunció en enero que
va a iniciar esta primavera la construcción de una valla de dos metros
de alto a lo largo de los 135 kilómetros de su frontera con el enclave
ruso de Kaliningrado. El coste estimado es de 30 millones de euros y será financiado en su mayoría con fondos europeos. En total, sumando la anunciada entre Eslovaquia y Austria y la de Noruega con Rusia, once muros se están construyendo o están planificados en Europa para hacer frente a refugiados e inmigrantes.
Empresas
Y si difícil es saber el coste total de
las vallas, también lo es conocer las empresas que están detrás de la
construcción de estos muros. En algunos casos, como en el de Hungría, es
el propio Ejército quién lo hace. Pero cuando se trata de bloques de
hormigón, como en Turquía, son trabajadores privados.
Lo que sí se conoce es que una empresa española, malagueña, el Grupo Mora Salazar surte de
vallas y concertinas a España para levantar las murallas de Ceuta y
Melilla, y también a otros países como Hungría. "Hemos surtido a todos
los países del mundo. Inglaterra, Emiratos Árabes, Hungría, Bulgaria,
Turquía... somos una empresa internacional y estamos a pleno rendimiento", asegura un trabajador de esta empresa.
Las clases de producto que comercializa esta compañía se pueden ver y comprar en su página web, como la concertina H de la imagen. Lo comercializan bajo la marca European Securuty Sistem y es una de las compañías líderes mundiales en este tipo de productos.
Además de las concertinas y las púas para
las vallas, también hay negocio en la gestión posterior del muro, a
través de sistemas de videovigilancia. En este sentido, una de las
empresas españolas que ha participado en las vallas de Ceuta y Melilla en España es Indra, que trabaja especialmente en seguridad inteligente de fronteras con el Frontex.
"No estamos presentes en ninguno de los
muros que se están construyendo en Europa, no participamos de eso",
explica un portavoz de Indra. "Nosotros trabajamos sobre todo en
seguridad inteligente de fronteras por vía marítima, no por terrestre",
asegura. Una empresa alemana, Mutanox, se negó a vender sus productos a Hungría en 2015.
Y en España, el presidente de ACS, Florentino Pérez, tuvo que desmentir
a su consejero delegado cuando éste se mostró dispuesto a participar de
la construcción del muro entre Estados Unidos y México.
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