Madelen Hernández y María Salazar, promotoras comunitarias de Médicos Sin Fronteras (MSF), brindan atención médica básica a los vecinos de uno de los barrios más afectados de Pedernales. Fotografía: Albert Masias/MSF |
Cristina Buxeres, logista de Médicos Sin Fronteras (MSF), organiza junto a miembros de las 52 familias beneficiarias, la distribución de kits de higiene y utensilios de cocina en el refugio de Alto de Portete, provincia de Esmeraldas. Fotografía: Albert Masias/MSF |
Un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) ayuda a construir un
refugio en Alto de Portete a personas afectadas que huyeron de la Isla
de Portete ante el temor de un posible Tsunami. Hoy, 29.000 personas
continúan viviendo en refugios en Ecuador a la espera de una solución a
más largo plazo. Fotografía: Albert Masias/MSF
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Tareas de demolición de un hotel en el paseo marítimo de Pedernales. En este edificio murieron alrededor de 70 personas cuando el terremoto los sorprendió durante la celebración de una boda y el edificio colapsó. Fotografía: Albert Masias/MSF |
Refugio para personas afectadas por el terremoto en el Colegio de
Manta, en Manta, provincia de Manabí. Allí viven más de 290 personas.
Fotografía: Albert Masias/MSF
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Zona afectada por el terremoto en la población de Calceta, provincia de Manabí, Ecuador. Fotografía: Albert Masias/MSF
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Viviendas afectadas en el Barrio 15 de Septiembre en Manta, provincia de Manabí, Ecuador. En la ciudad más de 200 personas murieron tras el terremoto. Fotografía: Albert Masias/MSF |
Pedernales, en la provincia de Manabí, fue el epicentro del
terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter. Allí fallecieron más de
170 personas. Días después del terremoto la población sigue utilizando
mascarillas para protegerse del polvo provocado por la limpieza de los
escombros y para evitar el hedor a cuerpos en descomposición que todavía
persiste en algunas zonas de la ciudad. Fotografía: Albert Masias/MSF
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Vista general del refugio de Alto de Portete en la región de
Muisne, provincia de Esmeraldas, Ecuador. Alrededor de 52 familias que
vivían en la cercana isla de Portete subieron a las dos lomas justo
después del terremoto del 16 de abril buscando refugio lejos del mar
ante el temor de un posible tsunami. Fotografía: Albert Masias/MSF
El 16 de abril, a las 18:58 horas, la tierra temblaba en Ecuador.
Con una magnitud de 7,8 el seísmo fue el más destructivo desde los
terremotos de 1987.
El terremoto provocó 660 víctimas mortales y
más de 27.000 heridos. Un mes después, 29.000 personas viven en
albergues y refugios temporales.
Equipos de MSF trabajan en las
zonas más afectadas de Manabí y Esmeraldas realizando consultas médicas,
entrega de kits sanitarios para la atención de heridos, donaciones de
artículos de primera necesidad y llevando a cabo sesiones de salud
psicosocial y de prevención y promoción de la salud mental.
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