Magnus Wennman, ganador de dos premios World Press Photo y ganador cuatro veces del galardón al Fotógrafo Sueco del Año, ha conocido refugiados en innumerables campos de refugiados durante este año.
Fotografiska y Aftonbladet tienen como objetivo el reconocer la situación de vulnerabilidad de estos niños que han sido desplazados por la guerra, apoyando a la Agencia de Refugiados de la ONU ACNUR.
Lamar, 5 años, Horgos, Serbia
Abandonó en su hogar en Bagdad sus muñecas, su pelota y su tren de juguete, y a menudo habla de ellos cuando le mencionan su casa. La bomba lo cambió todo, por suerte cayó cuando la familia iba a comprar comida. Pero ya no podían vivir ahí. Tras 2 intentos de cruzar el mar desde Turquía en un bote de goma, consiguieron llegar a la frontera cerrada de Hungría. Ahora Lamar duerme en una manta en el bosque, asustada, congelada y triste.
Abdullah, 5 años, Belgrado, Serbia
Abdullah tiene una enfermedad sanguínea. Los 2 últimos días ha dormido afuera de la estación central en Belgrado. Vio como mataban a su hermana en su hogar en Daraa. “Aún está en shock y tiene pesadillas todas las noches,” dice su madre. Está cansado y enfermo, pero su madre no tiene dinero para comprarle medicinas.
Ahmed, 6 años, Horgos, Serbia
Ahmed duerme en el césped pasada la medianoche. Los adultos aún están en pie, planeando como salir de Hungría sin que les registren las autoridades. Ahmed lleva su propia mochila mientras hacen el camino a pie. “Es valiente y solo llora a veces por las tardes,” dice su tío, quien cuida de él desde que asesinaran a su padre en Deir ez-Zor, al norte de Siria.
Maram, 8 años, Amman
Maram acababa de llegar del colegio cuando cuando un misil cayó en su casa y un trozo de tejado le golpeó la cabeza. La llevaron al hospital y de ahí a la frontera con Jordania. El golpe le causó una hemorragia cerebral y los primeros 11 días los pasó en coma. Ahora está consciente, pero tiene la mandíbula rota y no puede hablar.
Ralia y Rahaf, de 7 y 13 años, Beirut
Ambos viven en las calles de Beirut. Proceden de Damasco, donde una granada mató a su madre y a su hermano. Junto con su padre, llevan un año durmiendo en las calles. Se acurrucan en sus cajas de cartón, y Rahaf dice que tiene miedo de los “chicos malos”. Ralia llora.
Moyad, 5 años, Amman
Walaa, 5 años, Dar-El-Ias
Quiere irse a casa, en Alepo, donde tenía su propia habitación. Allí nunca lloraba, pero en el campo de refugiados llora todas las noches, porque por la noche fue cuando ocurrieron los ataques. De día, su madre le construye una casa de cojines, para que se le pase el miedo.
Más información: http://culturainquieta.com/es/foto/item/8421-un-gran-fotografo-nos-muestra-donde-duermen-los-ninos-refugiados-sirios.html
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