| Ignacio Ramonet, en la redacción de 'Público'. - CHRISTIAN GONZÁLEZ | 
Ramonet llegó a la redacción de este diario preparado para una larga conversación. El encuentro también sirvió para concretar una cita con Pablo Iglesias, con el que grabó otra entrevista para Otra Vuelta de Tuerka que se emitirá en los próximos días. Escritor, sociólogo, profesor, ensayista, especialista en geopolítica, también ha sido consultor de la ONU. Es imposible no preguntarle sobre casi de todo.
P. ¿Es imaginable una Unión Europea diferente a la de la austeridad?
"Mientras un solo país, sobre todo si es periférico, exija cambios estructurales en la UE, no lo conseguirá"
R. Es únicamente imaginable con masa 
crítica. Mientras un solo país, sobre todo si es periférico, exija 
cambios estructurales en la UE, no lo conseguirá. Pero si cuatro o cinco
 países, entre ellos un gran país, o dos, Grecia, Italia, Francia, 
España, más Portugal, por tomar el área mediterránea, entonces sería 
otra cosa. Para eso hay que ganar elecciones, hay que imaginar un 
Tsipras en Francia o en Alemania, claro. Es el proyecto de Varoufakis, 
cuando dice que hay que democratizar la UE. Si hay una masa crítica, 
democrática, que pide este tipo de transformaciones, entonces la UE 
podrá ser cambiada en ese momento, pero actualmente no está hecha para 
esos cambios, que son inconcebibles. Habría que hacer una nueva 
constitución europea para poder democratizar Europa.
P. Ya que estamos metidos en terreno político. ¿Qué cree que va a pasar aquí en España? ¿Qué Gobierno habrá?
R. Creo que va a haber elecciones de nuevo. Pero no sé si nuevas elecciones permitirán salir de la situación actual. Hay que ver muy de cerca lo que pasó en Grecia, porque allí es como si Podemos hubiera llegado al poder. La Unión Europea, la burocracia de la UE, se mostró absolutamente cruel, de manera despiadada, despótica y no permitió ningún tipo de margen. Tsipras tuvo que elegir entre inclinarse ante el dictado europeo, las consignas del Banco Central Europeo, o salir de la UE. Él no había sido elegido para sacar al país de la UE. Se inclinó. ¿Qué otro país ha resistido a los dictados de la UE? No hay nadie. Y dentro de la UE el margen político es muy limitado, muy, muy limitado. La UE no está hecha para permitir cualquier margen político. Está hecha para que, estructuralmente, independientemente de las elecciones ─que además ya hemos visto lo que importan las elecciones a la hora de la verdad─ , los poderes empresariales y financieros puedan tener el espacio político que necesitan, pero no más. Y en todo caso no la ciudadanía.
Referencia intelectual para muchos, de hecho es 
uno de los principales figuras del movimiento altermundista, Ramonet es 
autor de una amplia bibliografía y ha sido galardonado por ellos en 
numerosas ocasiones. Internet y las nuevas tecnologías, comunicación, 
política, economía... y América Latina. La región ha tenido una 
gran importancia en su carrera. De hecho, entre su obra destacan los 
libros sobre sus encuentros con figuras como el subcomandante Marcos, 
Fidel Castro o, más reciente, con el fallecido Hugo Chávez.
P. ¿América Latina está dejando de ser el foco de resistencia contra el modelo neoliberal que se inició con la victoria de Chávez en Venezuela en 1999? ¿Se está acabando el ciclo progresista?
R. Yo pienso que sí. El cambio de ciclo es 
esencialmente un cambio económico. El contexto económico internacional, 
que tiene mucha influencia en América Latina, ha cambiado y ha tenido 
una gran repercusión en, sobre todo, los países progresistas. Se 
propusieron repartir la riqueza, pagar la deuda social que los 
anteriores Gobiernos habían acumulado hacia su sociedad. Había millones 
de analfabetas, pero sin ningún tipo de acceso a la sanidad, no había 
infraestructuras ni comunicaciones. Según Naciones Unidas, más de 230 
millones de pobres han salido de la pobreza en América Latina. De ellos,
 imaginemos, 100 millones han pasado a la clase media. Es un enorme 
éxito de los Gobiernos progresistas. Pero ahora el hecho es que estos 
Gobierno ya no pueden repartir un dinero que ya no tienen y entonces, 
evidentemente, son sancionados.
P. ¿Ve posible que a partir de ahora se produzcan victorias de la derecha en las urnas?
"Según Naciones Unidas, más de 230 
millones de pobres han salido de la pobreza en América Latina. De ellos,
 100 millones han pasado a la clase media. Es un enorme éxito de los 
Gobiernos progresistas"
R. Que haya un cambio de ciclo no quiere 
decir que, automáticamente, la oposición de derechas tenga 
soluciones. Aparte del aspecto económico, hay otro político. El discurso
 de los Gobiernos progresistas ya no puede ser el mismo. Prometieron 
educación, sanidad… y ahora la gente ya lo tiene. Es lo que pasó en 
Brasil, donde unos 50 millones de personas accedieron a la clase media. 
Ya no se les puede tratar como antes, hay que buscar un discurso nuevo. 
Y, yo creo, las izquierdas latinoamericanas no han encontrado ese 
discurso político e ideológico. Hoy los programas sociales tienen muchas
 más dificultades. El Estado social cuesta demasiado caro, no hay 
presupuesto para un Estado con sobreempleo , con toda clase de 
prestaciones, jubilaciones y pensiones altas, universidades, hospitales 
por todas partes, carreteras, puentes, puertos, aeropuertos… El Estado 
ya no lo puede financiar. Sin embargo, por el momento, la oposición de 
derecha no ha llegado al poder más que en Argentina. En Argentina, en 
los últimos 20 años, ningún Gobierno no peronista ha terminado su 
mandato. Ya veremos cómo le va a Macri, con menos ingresos y sin 
controlar, además, el poder legislativo y con los sindicatos 
reivindicando los beneficios del Estado 
P. ¿Se puede decir que internet nos ha hecho más libres?
"Internet ha ampliado el perímetro 
de nuestra libertad. El acceso a internet es, visto desde un punto de 
vista social, un derecho"
R. Internet ha ampliado el perímetro de 
nuestra libertad. El acceso a internet es, visto desde un punto de vista
 social, un derecho. Al igual que se consideró el agua corriente o la 
luz eléctrica como un derecho ya no humano, pero sí social, un derecho 
de equipamiento. Mark Zuckerberg y la mayoría de los patronos de las 
grandes empresas de internet defienden la tesis de que la humanidad 
tiene derecho a internet y que es una obligación de los Estados equipar a
 todo el mundo de acceso a la red. Esto tiene algo bueno porque 
supondría construir una serie de infraestructuras importantes. Sin 
embargo, es muy fácil sospechar que no se trata de una propuesta tan 
generosa. Cuando los gigantes de internet, que hoy monopolizan la red, 
defienden esta idea lo hacen con la intención de ampliar mercado: 
cuantos más clientes, más negocio harán.
P. ¿Se puede vivir sin internet?
R. Se puede vivir sin nada, de hecho 
centenares de millones de personas desgraciadamente viven prácticamente 
sin nada. Sin embargo, no podemos dejar de reconocer que internet nos ha
 permitido autonomizarnos desde el punto de vista de la adquisición de 
conocimientos, ha permitido también ampliar la red de nuestras 
relaciones. Indiscutiblemente es un enorme adelanto. Pero ahora lo que 
hay que considerar es lo siguiente. Cada vez que hay un progreso 
tecnológico, este progreso conlleva consustancialmente un accidente. 
Como dice nuestro amigo el filósofo Paul Virilio, cuando se inventó el 
tren, se inventó el accidente de tren. Cuando se inventó la 
electricidad, se inventó la electrocución. Bien, cuando se inventó 
internet, se inventó la vigilancia en masa. 
Internet, tras la invención de la web, se populariza, se democratiza, se abarata y empieza a ser extremadamente fácil de usar. A partir de ese momento se ve como una manera de liberarnos. Parecía que nos alejaba de la dominación de los grandes grupos mediáticos. Pero hoy sabemos que internet está recentralizado. ¿Qué es internet sin Google, sin Facebook, sin Wikipedia? Internet, a escala planetaria, depende de cuatro o cinco conglomerados que yo llamo GAFAM ─ Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft─, que saben exactamente lo que hacemos. Mi dependencia, desde el punto de vista del control y la vigilancia, es muy superior ahora cuando pensaba que podía liberarme de estos conglomerados.
Internet, tras la invención de la web, se populariza, se democratiza, se abarata y empieza a ser extremadamente fácil de usar. A partir de ese momento se ve como una manera de liberarnos. Parecía que nos alejaba de la dominación de los grandes grupos mediáticos. Pero hoy sabemos que internet está recentralizado. ¿Qué es internet sin Google, sin Facebook, sin Wikipedia? Internet, a escala planetaria, depende de cuatro o cinco conglomerados que yo llamo GAFAM ─ Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft─, que saben exactamente lo que hacemos. Mi dependencia, desde el punto de vista del control y la vigilancia, es muy superior ahora cuando pensaba que podía liberarme de estos conglomerados.
R. Internet es como el teléfono o como la 
electricidad, es decir, es un avance del que no regresaremos. Pero, como
 otros avances, conlleva problemas que van surgiendo y que tenemos que 
definir para tratar de limitar los efectos negativos. En mi libro trato 
de alertar de la creación de algo que nunca ha existido y que hasta 
ahora sólo existía en la mentalidad paranoica de algunos autores. 
Autores que imaginaban que el día de mañana, con el progreso 
tecnológico, algo como la vigilancia en masa iba a poder existir. 
Existía la vigilancia de muchas personas, pero la vigilancia de miles de
 millones de personas no había existido nunca. Hasta ahora. No hemos 
conocido nunca un medio de comunicación a escala planetaria dominado por
 cuatro o cinco conglomerados.
P. ¿Qué es más peligroso, la vigilancia masiva de los Estados o el monopolio tecnológico y el control que tiene sobre nosotros empresas como Google?
R. Hasta hace muy poco, la vigilancia era 
un aparato del Estado, era cosa de la Policía, los servicios secretos, 
las agencias de Inteligencia, de la NSA. Lo nuevo es que las que en 
realidad nos vigilan son las grandes empresas privadas, que además son 
nuestras proveedoras de internet de las que inevitablemente dependemos, o
 caso inevitablemente. Lo peligroso era el Estado, pero más peligro aún 
es la articulación entre los dos, que estas empresas trabajen con el 
Estado. Es lo que yo llamo el complejo securitario digital que suple al 
complejo militar industrial.
P. Los Estados defienden que cuanta mayor vigilancia, mayor seguridad. ¿Ha ganado la estrategia del miedo?
 R. Sí, ese es uno de los problemas que 
reflejo en mi libro. A la mayoría de las personas les da igual que le 
vigilen: “¿Dónde está el problema si yo no tengo nada que ocultar?”, se 
pregunta mucha gente. Pero si a cada persona le mostrásemos todo lo que 
sabemos de ella por su uso de internet, ella misma se sorprendería por 
muy inocente que sea. Como digo en el libro, Benjamin Franklin, uno de 
los padres de la Constitución de EEUU, dijo que un pueblo que está de 
acuerdo en abandonar un poco de libertad en nombre de más seguridad, no 
se merece ni uno ni otro y al final pierde los dos. No se puede 
garantizar un 100% de seguridad, ni siquiera los gobernantes que, 
prudentemente, reconocen que aunque se tomen todas las medidas no 
estamos protegidos contra un atentado que puede producirse en cualquier 
momento. Esa es la realidad. Por eso yo digo que la seguridad total no 
existe, pero la vigilancia total sí que es posible.
R. Es muy importante, primero, porque la 
mayoría de nuestros conciudadanos no ve aquí un problema político. Dos 
de los principales paladines de la libertad, como Edward Snowden y 
Julian Assange, viven entre la indiferencia general, al mundo entero le 
da prácticamente igual lo que pase con ellos. El sistema hoy de hace 
nosotros, ya no sólo personas vigiladas, sino que quiere que nosotros 
mismos seamos vigilantes. Esto es una perversión del sistema. Tomar 
conciencia de lo que estamos protegiendo es una dimensión fundamental de
 la democracia. Las ficciones paranoicas pensaban que sólo con una 
dictadura podrían vigilarnos como se hace hoy. Sin embargo, las que nos 
vigilan, y quien dice vigilancia dice control, son democracias. ¿Qué es 
una democracia con un sistema securitario tan fuerte? ¿Qué será del 
sistema con estas leyes si el día de mañana llega un partido de extrema 
derecha o dictatorial al poder? ¿Estaremos expuestos a vivir lo que 
denunció George Orwell? Claro que es posible.
"¿Estaremos expuestos a vivir lo que denunció George Orwell?"
La vigilancia ya no es como antes. Hoy ya no es 
necesario pinchar teléfonos porque yo mismo me he comprado mi iPhone, mi
 ordenador o mi iPad. Basta con vigilar, y se puede hacer a distancia, 
lo que hago con estos aparatos, que se convierten en una especie de 
pulsera de seguimiento. No es fácil tomar conciencia de que tú mismo 
estás contribuyendo a tu propia vigilancia. Entonces, lo contrario de no
 ser vigilado, ¿qué sería, no poder utilizar internet o mi smartphone, 
no poder combatir el terrorismo? En absoluto. Los espantosos atentados 
de París de noviembre demostraron que se había abandonado la vigilancia 
humana. Hasta ahora, el terrorismo se había combatido con la 
infiltración. Si se encontró a una parte de los autores de los ataques 
fue porque la Policía marroquí tenía un infiltrado en el grupo. Hoy día 
se parte del principio de que vigilando a todo el mundo, por definición,
 también se vigila a los terroristas. En realidad se está creando una 
sociedad en la que la Justicia se convertirá en una Justicia predictiva.
 Es otra de las ideas del libro, otra ficción paranoica, la de Minority 
Report. Con la vigilancia se podrá saber lo que cada uno quiere hacer y 
se podrá detener a alguien que no ha cometido un crimen, pero que tiene 
la intención.
P. ¿Es imaginable una rebelión contra los grandes aparatos de poder?
"Internet ha permitido una especie 
de insurrección pasiva social que está cambiando la política. El 
resultado es una destrucción de los pilares políticos en la mayoría de 
los países"
R. Es imaginable. La rebelión no es tan 
complicada. Existe a nuestra disposición toda una serie de instrumentos 
de comunicación  que nos permiten utilizar mecanismos criptados. En vez 
de utilizar la tecnología que ofrece Orange o Movistar puedes utilizar 
otros mecanismos con los que nadie pueda descifrar tus mensajes ¿Por qué
 Apple se niega a ayudar al FBI, que le reclama la creación de un 
software que no existe para poder acceder al iPhone de un acusado de 
terrorismo? Sencillamente porque sus mejores clientes se lo reclaman. 
Sus mejores clientes no son los terroristas, son todos los ejecutivos, 
financieros, industriales, etc, que cuando intercambian información 
quieren que se mantenga en secreto. El iPhone quiere sustituir a 
BlackBerry, que era el teléfono de los poderosos y que no permitía el 
desciframiento. Apple está enviando un mensaje a todos estos cuadros: 
“No le doy información a la Policía y si el FBI no puede hacerlo, 
ninguna empresa rival y ningún hacker podrá retirar información. Con 
nosotros van a poder comunicarse con gran seguridad”.
P. ¿Cómo afecta a la calidad de la información, y por lo tanto de la democracia, la cantidad de información que circula por internet y las redes sociales, muchas veces sin contrastar?
R. Hay mucha más información que antes 
porque la información ha llegado a las dimensiones de internet, que no 
tiene fondo y es grande como el espacio, más grande que los océanos. De 
repente hay gente que sabe muchísimo de un pequeño segmento del 
conocimiento, pero sobre todo, internet ha dado a los ciudadanos lo que 
yo llamo ‘autonomización’, la capacidad de depender menos de los grandes
 centros de información y de poder. Internet ha permitido una especie de
 insurrección pasiva social, pero que está cambiando la política. El 
resultado es una destrucción de los grandes pilares políticos en la 
mayoría de los países. En Italia, que siempre es un laboratorio donde 
empieza todo, surgieron partidos que eran inconcebibles, pero que 
expresaban el deseo de la sociedad de dejar de depender de los 
políticos. Está llegando también a EEUU. Lo que está pasando con Trump 
refleja este fenómeno, como ya había pasado con el Tea Party. Lo que 
pasa es que la política aún se hace a nivel de país. Las finanzas son 
globales, las empresas son globales, internet es global  y la política 
es local. Algo no funciona. Es lo que la gente siente que sigue pasando.
P. Estas formaciones políticas, ¿serán capaces de eliminar a los partidos tradicionales y de reinventar la forma de hacer política?
R. Es el problema que se plantea hoy. 
¿Serán capaces? Lo que es seguro es que los partidos tradicionales están
 sufriendo. Hasta en países muy tradicionales como Francia, con partidos
 muy específicos, como el partido gaullista, ha surgido una extrema 
derecha. Pero lo que vemos es que no se puede hacer política sin 
partidos. Existe una especie de sueño de una autonomización de la 
sociedad con respecto a la política, pero eso es contradictorio. ¿Qué es
 una sociedad sin política? Una sociedad que se transforma lo hace 
políticamente y, por consiguiente, en función de las características 
estructurales de cada Estado. Hay que pasar por partidos, por 
elecciones, por estructuras parlamentarias, diputaciones, una 
organización estructural del Estado. ¿Cuánto tiempo durará eso? No lo 
sabemos, pero en todo caso eso está hoy afectado por lo que está 
ocurriendo”.
P. En un año hay elecciones presidenciales en Ecuador. ¿Vislumbra un cambio que perjudique a Assange, refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres desde junio de 2012?
R. En Ecuador, probablemente, el presidente
 Correa no se va a volver a presentar, pero por el momento la relación 
de fuerzas hace que el Movimiento PAIS, el partido que gobierna el país,
 en principio va a ganar las elecciones. Pero aunque viniese un 
dirigente de color diferente, no creo que cambiase de política respecto a
 Assange, me parece muy difícil porque habría una gran presión popular. 
En todo caso, esa presión popular es indispensable. Snowden y Assange 
están abandonados de todo movimiento social. ¿Dónde están las 
manifestaciones, dónde están los apoyos? ¿Por qué un país democrático 
como España o Francia no acoge a Snowden? ¿Por qué tiene que estar en 
Rusia, un país del que todos dicen que es una especie de Estado 
autoritario? Si es así, ¿por qué acoge a un paladín de la libertad? Hay 
una gran contradicción.
P. Assange y Wikileaks nos mostraron una nueva forma de ofrecer información. ¿Hace falta un nuevo tipo de periodismo? ¿Qué deben hacer los medios de comunicación para sobrevivir?
R. Wikileaks demostró que a pesar de que 
ahora teníamos herramientas nuevas a nuestra disposición, en particular 
todos los recursos que permite internet y las nuevas tecnologías, no los
 estábamos utilizando. La prensa escrita no se va a morir. Evidentemente
 no habrá tantos periódicos como hoy, pero hay periódicos que son 
indispensables y que seguirán siendo indispensables. Creo que, 
efectivamente, hay que sacar mayor provecho de las posibilidades que 
ofrece la web, tener un tipo de pensamiento web para hacer nuevo 
periodismo. Por el momento, lo que vemos es la reproducción en la web 
del periodismo que se hacía sobre papel. También es una profesión que 
está naciendo, el periodismo web tiene muy poca experiencia, estamos en 
los primeros años. El problema de la web no es la calidad del 
periodismo, que siempre ha sido un problema, globalmente la prensa 
siempre ha sido muy mediocre, de baja calidad, salvo excepciones. Hoy 
día esto se podría mejorar. Es posible ir más allá y hacer un periodismo
 que esté estructurado en función de la web y liberarse de la página 
escrita del papel, que no es tan fácil.
 
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