lunes, 29 de febrero de 2016

Tú eliges el lugar de la herida


Vía Tina Kazakhishvili


Tú eliges el lugar de la herida
en donde hablamos nuestro silencio.
Tú haces de mi vida
esta ceremonia demasiado pura.


Alejandra Pizarnik

domingo, 28 de febrero de 2016

Necesitamos un Plan B al crecimiento


Don McCullin
 La búsqueda del crecimiento está en el trasfondo del primer lema de las jornadas (“contra la austeridad”). El lema se refiere al desigual reparto de la riqueza y hubiera sido mejor usar una fórmula de ese tipo, ya que la austeridad no solo es necesaria, sino que, en los tiempos en los que estamos, con recursos cada vez más difíciles de conseguir, es inevitable. Por supuesto, me refiero a la austeridad justa, con reparto de la riqueza.
En las jornadas pudimos oír a Kostas Lapavistas, profesor universitario de economía y referente de la izquierda griega y europea, decir que el petróleo ya no es un problema para Europa porque está barato. Es preocupante que una persona de su categoría no exprese la importancia central del petróleo para el funcionamiento de la economía, ni sea capaz de analizar el precio del petróleo con una mirada más amplia.
Por su parte, Nacho Álvarez, una de las cabezas económicas de Podemos, nos hizo una apología del crecimiento, y puso el ejemplo de cómo Argentina lo consiguió gracias a una expansión monetaria y un precio alto de la soja (entre otros factores). Sin embargo, obvió dar un paso fundamental más en el análisis. La soja crece en Argentina en monocultivos transgénicos dependientes de abonos y pesticidas de síntesis (por cierto, todo ello gracias al petróleo) y es un modelo que no tiene mucho recorrido por delante, fruto del agotamiento del suelo, de los acuíferos y del petróleo barato. No podemos entender el crecimiento sin entender la base material sobre la que se sostiene (lo que no quiere decir que sea el único requisito).

Se acabó el tiempo de los recursos fácilmente disponibles
Actualmente, estamos viviendo la Gran Recesión económica y la crisis terminal de hegemonía estadounidense. También el momento de la historia de la humanidad en la que las desigualdades en el reparto de la riqueza y el poder están siendo mayores. Pero los elementos que están marcando un punto de total quiebra histórica son el fin de la energía abundante, versátil y barata; la dificultad creciente de acceso a muchos materiales; el cambio climático; la quiebra de las bases de la reproducción social causada por la crisis de los cuidados (dejar desatendidos elementos básicos para el sostén de la vida como la alimentación saludable, la higiene o el apoyo emocional), y la pérdida masiva de biodiversidad.

¿Por qué estamos viviendo el final de la energía abundante, versátil y barata? Básicamente, porque los combustibles fósiles más fáciles de extraer y de mejores prestaciones se están agotando. Estamos viviendo ya el principio del descenso en la capacidad de extracción de petróleo “bueno” (petróleo convencional) y, en breve, del petróleo en su totalidad. Los que van quedando son los crudos no convencionales: los más caros, difíciles y de peor calidad (los que se extraen mediante fracking, las arenas bituminosas, los de aguas ultraprofundas o del ártico). Y lo mismo le ocurrirá en los próximos lustros al gas, al carbón y al uranio.

Pero, ¿no hay mix energético alternativo equivalente a los combustibles fósiles? Que el petróleo, acompañado por el gas y el carbón, sea la fuente energética básica no es casualidad. El petróleo se caracteriza (en algunos casos se caracterizaba) por: tener una disponibilidad independiente de los ritmos naturales; ser almacenable de forma sencilla; ser fácilmente transportable; tener una alta densidad energética; estar disponible en grandes cantidades; ser muy versátil en sus usos (combustibles de distintas categorías y multitud de productos no energéticos); tener una alta rentabilidad energética (con poca energía invertida se consigue una gran cantidad de energía); y ser barato. Una fuente que quiera sustituir al petróleo debería cumplir todos esos requisitos, pero también tener un reducido impacto ambiental para ser factible en un entorno fuertemente degradado. Ni las renovables, ni la nuclear, ni los hidrocarburos no convencionales, ni la combinación de todas ellas, es capaz de sustituir a los fósiles.

El mito del crecimiento
En un contexto de recursos limitados, la propuesta de volver al crecimiento se sostiene sobre varios mitos.
El primero es el de la eficiencia. Propone que el aumento de la eficiencia es parte de la solución (o incluso la solución) a los problemas energéticos y materiales, y que, por lo tanto, puede sostener una fase expansiva de crecimiento. Sin embargo, tiene límites insuperables e incluso efectos secundarios adversos.

En primer lugar, una parte de las supuestas mejoras en la eficiencia en las regiones centrales no son tales, sino deslocalizaciones de los procesos más consumidores de materia y energía a las zonas periféricas. Por ejemplo, el grueso de la industria pesada ya no está en Europa, sino en lugares como China o India.
En segundo lugar, las medidas basadas en la eficiencia tienen poco recorrido si se persigue el sostenimiento del crecimiento exponencial. Hace falta una reducción del uso de energía y materiales del orden del 90% en las regiones centrales para entrar dentro de los límites de la sostenibilidad. Para alcanzar esta meta con medidas de ecoeficiencia sería necesario que los materiales y la energía imprescindibles por unidad del PIB disminuyesen 10 veces. Pero si la economía sigue creciendo al 2%, sería necesario que lo hiciesen 27 veces, y si crece al 3%, 45. De modo que, obviamente, no es posible continuar la mejora de la eficiencia indefinidamente.

Por otra parte, la eficiencia no siempre conlleva una reducción en el consumo de materia y energía. Por ejemplo, a pesar de la mejora en las emisiones de CO2 de los vehículos en la UE (Volkswagen y Reanault mediante), la reducción de emisiones por kilómetro recorrido se ha visto desbordada por el impresionante aumento del parque automovilístico y de los kilómetros recorridos en coche. El resultado es un incremento del consumo global de petróleo por parte de los vehículos europeos. Esto es lo que llamamos “efecto rebote”. La eficiencia sin reducción no sirve. Este ejemplo dista de ser una excepción, ya que cuando los aparatos son más eficientes salen más baratos al bolsillo y a la conciencia (parece que se contamina menos), con lo que se incrementa su uso. Y a esto hay que añadir la construcción de nuevas infraestructuras que, en ocasiones, lleva acoplada la mejora tecnológica.

Además, no hay que considerar solo el efecto rebote directo, sino también el indirecto. Este consiste en que los ahorros se desvían a otros sectores donde se incrementa el consumo. El fundamento último del “efecto rebote” es que el aumento de la eficiencia libera recursos que permiten aumentar la producción y el consumo. En realidad, es una consecuencia intrínseca del capitalismo y de su necesidad de crecimiento continuo.

El segundo mito es el de la desmaterialización, es decir, la afirmación de que la economía capitalista puede seguir creciendo reduciendo su consumo de energía y materiales. Sin embargo, el consumo energético y material desde la Revolución Industrial tiene forma de curva exponencial, como la tiene el PIB. Y, en todos los periodos en los que ha bajado el consumo de materia se han debido a una recesión económica. Además, la correlación entre el PIB y el consumo energético mundial a lo largo del tiempo es casi lineal.

El centro la la propuesta de la desmaterialización está en una economía basada en los servicios. Pero este tipo de actividad no es menos consumidora de materia y energía: una cantidad equivalente de riqueza monetaria procedente del sector servicios privado, incluido hoteles, comercios y transporte, demanda casi la misma intensidad energética que el sector industrial, y además requiere de este para existir.

En realidad, la desmaterialización es físicamente imposible. No es factible el reciclaje de todo, en primer lugar por la Segunda Ley de la Termodinámica, que marca que la utilización de energía implica inexorablemente su degradación. Muchos elementos básicos se dispersan en su uso: desde el fósforo utilizado en la fertilización, hasta los óxidos de zinc presentes en los neumáticos que se van esparciendo por las carreteras con el desgaste. Solo podrían ser reciclables si fuesen biodegradables y ese trabajo lo hiciesen los ecosistemas con tiempo y energía solar, y aun así este proceso no sería 100% eficiente. La falsedad del mito de la desmaterialización lo ejemplifica el aparato por antonomasia de la sociedad virtual, el ordenador, que tiene detrás altos requerimientos materiales y energéticos.

En realidad, estos dos mitos son hijos del mito de la ciencia y la tecnología, que reza que nuestro intelecto podrá superar cualquier obstáculo. Pero el sistema tecno-científico tiene límites. El primero es que ya se ha inventado lo que era “fácil” de inventar, los descubrimientos actuales requieren de inversiones temporales, materiales, energéticas, económicas y humanas cada vez mayores. Contra lo que podría parecer, el ritmo de innovaciones reales es cada vez menor. Un segundo problema es que la tecnología la podemos definir como conocimiento, materia y energía condensados, y los tres factores son limitados. Además, lo que se espera no es que haya un avance en genérico, sino que se descubra justo lo que haga falta en el momento preciso y que se pueda implantar de forma inmediata a nivel mundial. Esto está mucho más cerca del término “milagro” que de la palabra “descubrimiento”.

Necesitamos un Plan B al crecimiento
Por todo ello, necesitamos un Plan B para Europa que luche contra el desigual reparto de la riqueza, que busque una democracia real (incompatible con la UE) y que entienda que esto no se puede conseguir con más crecimiento, sino con un nuevo modelo socioeconómico que no necesite crecer.
Afortunadamente, aunque en menor medida, esto también estuvo presente en las jornadas del Plan B. Así, escuchamos a personas como Marga Mediavilla, Florent Marcellesi, Yayo Herrero o incluso Amaral abogar por un Plan B para las personas y para el entorno, entendiendo que no son elementos desligados. Un Plan B al crecimiento.


Fuente:  http://www.attac.es/2016/02/26/necesitamos-un-plan-b-al-crecimiento/

sábado, 27 de febrero de 2016

Sáhara: 40 años de un gobierno entre el exilio y la diáspora


El 27 de febrero de 1976, el pueblo del Sáhara cavó su trinchera de resistencia política proclamando la República Árabe Saharaui Independiente (RASD). Tres generaciones de habitantes del desierto relatan, cuatro décadas después, temores y anhelos de una lucha prolongada más tiempo del esperado.


Manifestación frente al muro.
Manifestación frente al muro.
  Jatri llegó con el aliento contenido a Bir Lehlu, tras un largo viaje, para asistir al acontecimiento político más importante de su pueblo. Trabajaba de periodista en la radio de Argel, en 1976, y aquel 27 de febrero no sólo le movía el interés por informar, sino por ser testigo del nacimiento de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD): un gobierno alumbrado en el exilio a eso de las doce de la noche y abrigado por la oscuridad del desierto más hostil, entre su tierra, ya invadida por Marruecos, y Argelia.

En esa zona que hoy el Frente Polisario [representante político del pueblo del Sáhara] denomina “territorios liberados”, se firmó la proclamación de independencia de la RASD, mientras los allí presentes observaban el episodio con un ojo puesto en el cielo, en alerta para esquivar los bombardeos de la aviación marroquí. “Eran momentos difíciles, de sufrimiento en plena invasión”, recuerda Jatri Aduh en conversaciones telefónicas con Público desde los campamentos de refugiados, en Tinduf (Argelia), donde esta semana se celebran diferentes actos para conmemorar el aniversario.

Este saharaui de 61 años es el actual presidente del Parlamento de la RASD y del Consejo Nacional. Reside en los asentamientos de desplazados de la ‘hamada’, un trozo de desierto pedregoso que el gobierno argelino cedió a quienes huyeron de la guerra. El conflicto bélico estalló en noviembre de 1975, cuando España abandonó el Sáhara Occidental cediéndolo a Marruecos y a Mauritania. El Frente Polisario se resistió y reclamó su derecho a la autodeterminación. Mauritania renunció a sus pretensiones anexionistas, pero el reino de Hassán II continuó bombardeando la zona, en ocasiones, con napalm y fósforo blanco. El resultado: 16 años de hostilidades que finalizaron con el alto el fuego auspiciado por Naciones Unidas en 1991, cientos de víctimas y una cuestión de soberanía aún por resolver.

Mujeres saharauis en el campamento Bojador. J. BERIGISTAIN
 Pero en febrero de 1976 se abrió una puerta a la esperanza. Los primeros campamentos de refugiados del Sáhara se instalaron, de forma precaria, en el área de tránsito de las tierras liberadas. “Se trataba de garantizar la supervivencia y organizar la vida entre el hostigamiento de la aviación marroquí en Tifariti, Bir Lehlu y otros lugares. Era una zona expuesta a la guerra”, enfatiza Aduh.

Con todo, la idea de recuperar su territorio les daba aliento. “Se trataba de la vida y la muerte de personas pero también de la vida y la muerte de toda una causa”, advierte el político saharaui. Por ello, a la hora de planificar la vida en el exilio, no sólo se centraron en hacer frente a la invasión del territorio. También buscaron que no se desnaturalizara el conflicto ante la propaganda enemiga. “Después del abandono de España, se quiso demostrar que esto no se trataba de una cuestión de descolonización, ni de territorio autónomo ni de un pueblo que tiene derecho a ejercer su autodeterminación”, lamenta Aduh. “No estaba en nuestra voluntad vivir ese destino”, remacha.

Saharauis con DNI español

Al igual que Jatri Aduh, los saharauis que pudieron salir de su territorio tras la Marcha Verde [la invasión organizada por el rey marroquí en noviembre de 1975, poco antes de estallar la guerra] conservan su documento de identidad español como residentes de la 53 provincia española, zona que el franquismo nunca llegó a descolonizar. “Eso demuestra la envergadura de la responsabilidad de los distintos gobiernos de España”, señala. En 2013, un equipo español de forenses y arqueólogos rescató de una fosa común los cuerpos de ocho pastores. Tres de ellos llevaban encima sus DNI españoles. “Todos los saharauis que figuran en el censo de 1974, el ultimo que hizo España, llevaban la documentación y la nacionalidad española. También las víctimas de la exterminación física por parte del ejército marroquí”, apunta Aduh.

Pese a los 40 años de vida en el exilio, el presidente del Parlamento del Sáhara no teme que su pueblo se haya habituado a la vida en los campamentos hasta el punto de abandonar la lucha. “No se trata de refugiados víctimas de cualquier otro género que no sea la invasión de su territorio. Estamos aquí para seguir resistiendo. Y la forma de resistir en los campamentos durante 40 años, con temperaturas extremas, con escasez de medios y en un territorio tan inhóspito es una manera de demostrar el rechazo de la invasión y la determinación de seguir luchando”, sentencia. “La gente que tuvo la posibilidad de salir del Sáhara Occidental lo hizo para no vivir bajo la ocupación marroquí; y aún se mantiene esa voluntad”, añade.

La mujer saharaui, clave en la organización de los desplazados
Tras la proclamación de la RASD, comenzó la construcción de la administración civil del gobierno en el exilio, una tarea que lideraron las primeras refugiadas. Ellas trasladaron a niños y ancianos por el desierto hasta Argelia durante un penoso éxodo de tres meses caminando de noche, y escondiéndose por el día para evitar los ataques del ejército de Marruecos. Jira Bulahi (El Aaiún, 1965) recuerda el momento en que recibieron una partida de leche. “Era un día precioso; la gente estaba en el reparto y de pronto nos asustó un ruido que ya conocíamos, el que hace un regimiento militar al acercarse. Al día siguiente, a las seis de la mañana cayeron bombas del cielo”, deplora.

Jira Bulahi es la actual delegada del Frente Polisario en España, recién elegida en el cargo que ostenta, por primera vez, una mujer. Pertenece a la primera generación de jóvenes saharauis que escolarizó Argelia, en 1977. Ella continuó formándose en Cuba, donde estudió ingeniería electrónica.

La política saharaui estaba a punto de cumplir los 10 años cuando estalló el conflicto, y mantiene vivos sus recuerdos. “Durante el éxodo, cuando querías beber agua no podías porque algunos pozos estaban envenenados”. A finales de febrero de 1976, concluyeron su viaje con las manos vacías. “Cada vez que llegabas a un lugar y te reponías luego tenías que huir con lo puesto. Algunos no tenían ni calzado”, detalla. La organización empezó en los comités por sector de actividad, presididos por mujeres. “Estaba el de alimentación, producción agrícola, artesanal, sanidad, educación y asuntos sociales. Y hasta hoy en día, el consejo de la Daira [equivalente a un ayuntamiento] está formado por unas 29 personas, y 27 de ellas son mujeres”, subraya.

Celebraciones clandestinas en el Aaiún ocupado
Una parte del pueblo del desierto vive dividido por el muro fortificado de más de 2.500 kilómetros levantado por Marruecos y sembrado de minas antipersona en sus alrededores. Como una cicatriz que marca la piel, esta construcción, custodiada por 180.000 soldados, es ya un símbolo del tormento sufrido. De un lado quedan los campamentos de refugiados. De otro, las ciudades ocupadas, donde estos días celebran a puerta cerrada el 27 de febrero.

El pasado fin de semana, en una casa de El Aaiún, se organizaron unas charlas sobre el aniversario de la RASD. La policía marroquí rodeó la vivienda para impedir entrar a más invitados, boicoteando la iniciativa. El joven activista Hassanna Aalía ya no se sorprende cuando narra estos episodios. Residente en la capital del Sáhara Occidental hasta hace cuatro años, sabe de la persecución que sufren estos vecinos de las ciudades ocupadas. Él llegó a España para participar en un curso en 2012. Al poco, Marruecos abrió juicio contra 25 saharauis acusados de organizar el campamento de protesta pacífica Gdeim Izik, en octubre de 2010, y de la muerte de 11 militares. Hassanna Aalía fue uno de los acusados contra quienes se dictó cadena perpetua en un juicio militar plagado de irregularidades, según denunciaron los observadores internacionales allí presentes.

Un ex soldado del Polisario señala una mina antipersona en las cercanías del muro levantado por Marruecos.
Un ex soldado del Polisario señala una mina antipersona en las cercanías del muro levantado por Marruecos.
Un ex soldado del Polisario señala una mina antipersona en las cercanías del muro levantado por Marruecos.
Tras una primera denegación, por parte del Gobierno del PP, de su petición de asilo político, el activista de 27 años espera ahora que la Audiencia Nacional resuelva de forma favorable su recurso. “No sé hasta cuándo voy a seguir esperando. Es una situación complicada porque no puedo cruzar fronteras, ni estudiar, ni trabajar. Ya son cuatro años sin poder salir del estado español ni ver a mi familia, es un poco duro”, denuncia Aalía, defensor de la resistencia pacífica de su pueblo pese a las inquietudes que dominan a gente de su generación.

“Hay jóvenes que se plantean volver a las armas porque ven que la comunidad internacional solo interviene en los conflictos en los que hay guerra”, analiza. “Esperemos no tener que llegar a esta situación; ya hemos perdido a muchas personas y no queremos sufrir más, pero se ve que los derechos humanos están por debajo de los intereses económicos, y es complejo. Ojalá algún día podamos reunirnos en nuestra tierra libre”, anhela.

Más de 80 países, en su mayoría, de África y América Latina reconocen actualmente al gobierno de la RASD. El único estado europeo que apoyó en su parlamento la independencia del Sáhara, Suecia, revocó esta iniciativa el mes pasado después de que Marruecos bloqueara la apertura de una conocida tienda de muebles suecos en Casablanca.

Con todo, la visión optimista impera en el mensaje de este pueblo que vive entre la ocupación, el exilio en el desierto y la diáspora. "Ahora somos mucho más fuertes que hace 40 años", resume Jatri Aduh.


Fuente:  http://www.publico.es/internacional/sahara-40-anos-gobierno-exilio.html

viernes, 26 de febrero de 2016

La respuesta racista contra los refugiados es la verdadera crisis en Europa

Las propuestas de la cruel coalición europea –que se las ha ingeniado para atrapar a los refugiados en Grecia– no pueden continuar. Se requiere urgentemente un plan de evacuación humanitaria

NOVIEMBRE.
Las mujeres y las niñas han sido las principales víctimas de la crisis de personas refugiadas/ © AP/Giannis Papanikos
 Una coalición de carácter inhumano está emergiendo en Europa. Un grupo de líderes políticos se ha reunido esta semana en Viena para precintar el paso de refugiados al oeste de los Balcanes. Los países involucrados, incluyendo Macedonia, Croacia y Serbia, no quieren arriesgarse a acoger a miles de personas varadas en sus sociedades empobrecidas. Esperan que al provocar un desastre humanitario en Grecia puedan detener la miseria mundial que se cierne sobre su patio trasero. Esta semana, el país heleno ha suplicado a Macedonia que reabra su frontera ante la llegada de 4.000 refugiados a sus costas.

Mientras, el grupo Visegrád (formado por la República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia), que no ha sido invitado a este debate, también está liderando su propia campaña ideológica para cerrar la ruta balcánica. Han encontrado su motivación en una retórica islamófoba, promovida por el primer ministro húngaro Viktor Orbán, un enemigo reconocido de la democracia liberal y fiel defensor de un movimiento católico para combatir la propagación del Islam en Europa.

A pesar de haber aceptado a 90.000 personas el año pasado, Austria es el último país que ha impuesto cuotas para los solicitantes de asilo y ha trasladado a los refugiados hacia Alemania. Por el miedo a perder las elecciones ante el nacionalista Heinz-Christian Strache y su Partido de la Libertad de Austria, su aterrorizado presidente ha pasado del ala moderada socialdemócrata a la extrema derecha en solo unos meses.

El canciller Faymann se ha visto eclipsado por una emergente estrella nacionalista, el ministro de Asuntos Exteriores de 29 años, Sebastian Kurz, que ha presionado para compartimentar Grecia después de que el Gobierno heleno fracasase al devolver los barcos al mar Egeo. La declaración resultante de la reunión tildaba la crisis de refugiados de problema de migración ilegal, ignorando cínicamente el sufrimiento de cientos de miles de personas que huyen de la guerra.

Analicemos por un minuto esa "invasión" que los líderes quieren combatir. Las cifras muestran que el 34% de los refugiados son niños, miles de ellos sin acompañantes. Otro 20% son mujeres. La gran mayoría de estas personas son familias escapando de un conflicto. Un poco menos de la mitad son sirios huyendo voluntariamente del islamismo extremo. La afluencia de refugiados representa apenas un 0,5% respecto al total de población europea. En definitiva, esto nunca ha representado un problema inmanejable para la UE: solo es un problema para los Estados. Pero recurrir a un arreglo nacionalista es la solución más barata.
Aquellos que pretendan encontrar consuelo en los dirigentes virulentos deberían prepararse para una gran sorpresa. El rechazo oficial de la Unión a responder de forma colectiva ante esta crisis tiene como objeto propinar un tremendo golpe a las instituciones europeas. Y la degeneración del sistema institucional, sin importar cuán ineficaz y despreciable se haya vuelto, tendrá un impacto directo en los hogares. La hostilidad nacionalista entre los países va a deteriorar unas relaciones diplomáticas estables durante décadas. La recesión económica del continente afectará también a los salarios. Cuando surjan otros problemas, los miembros de la UE ya no serán un factor firme de apoyo. La desconfianza y la falsedad van a propagarse como una enfermedad.


Hemos alcanzado el punto de no retorno sin tener un plan. Grecia no puede continuar así: sobre todo por una sucesión de cambios políticos que ha situado a su ineficaz Gobierno en la incómoda posición de defender la Convención de Refugiados de 1951. Un movimiento desesperado en busca de una solución europea ante la llegada de refugiados. El Alto Comisionado de la ONU por los refugiados, que ha viajado a Atenas esta semana, ha prometido que ACNUR reforzará su implicación en las operaciones de asilo junto al Gobierno griego. Una ayuda que tiene que ser brindada cuanto antes. La Comisión Europea debería hacer lo único que se le da bien: pagar las facturas. Tiene mucho que perder si no lo hace.

Por otro lado, la ONU debería poner sobre la mesa de inmediato un plan de evacuación humanitaria (desde Turquía y Grecia) que vaya más allá de la Unión Europea. Si los tecnócratas de la UE y los líderes de Estado no toman la decisión en Bruselas, hay otra salida. La semana pasada Portugal se ofreció a aceptar a más refugiados procedentes de Grecia. El miércoles, los gobiernos regionales de España alcanzaron un acuerdo para el traslado de miles de migrantes, en apoyo al lento sistema de reubicación de la UE. En menor escala, estas soluciones descentralizadas son más fáciles de financiar, legalmente factibles y sientan un precedente.

Las comunidades democráticas pueden conseguir lo que no han logrado los países, respondiendo a la verdadera crisis de Europa: la ola racista y nacionalista que está sacudiendo el continente. Hay mucha gente que recuerda bien que en el pasado se culpó a los más débiles del fracaso de Europa y hacia dónde nos lleva esa actitud. Lucharemos contra eso.


Ignacio Ramonet: "Hay que imaginar un Tsipras en Francia o Alemania para poder cambiar la UE"

"Sin una masa crítica, no será posible democratizar Europa", sostiene el periodista español. Insiste en avisar del control al que estamos sometidos a través de internet, cuyo peligro pone de relieve en su último libro, 'El imperio de la vigilancia'.

Ignacio Ramonet, en la redacción de 'Público'. - CHRISTIAN GONZÁLEZ
Ignacio Ramonet, en la redacción de 'Público'. - CHRISTIAN GONZÁLEZ
  "La UE no está hecha para permitir cualquier margen político. Está hecha para que, estructuralmente, los poderes empresariales y financieros puedan tener el espacio político que necesitan". Ignacio Ramonet (Pontevedra, 1943) no puede ser más claro. El proyecto europeo, tal y como está organizado, no está pensado para la ciudadanía. El periodista, actual director de la versión española de Le Monde Diplomatique, que también dirigió durante casi dos décadas, es especialmente elocuente a la hora de analizar la actualidad, y así lo demuestra en esta entrevista con Público.

Ramonet llegó a la redacción de este diario preparado para una larga conversación. El encuentro también sirvió para concretar una cita con Pablo Iglesias, con el que grabó otra entrevista para Otra Vuelta de Tuerka que se emitirá en los próximos días. Escritor, sociólogo, profesor, ensayista, especialista en geopolítica, también ha sido consultor de la ONU. Es imposible no preguntarle sobre casi de todo.


P. ¿Es imaginable una Unión Europea diferente a la de la austeridad?
"Mientras un solo país, sobre todo si es periférico, exija cambios estructurales en la UE, no lo conseguirá"
R. Es únicamente imaginable con masa crítica. Mientras un solo país, sobre todo si es periférico, exija cambios estructurales en la UE, no lo conseguirá. Pero si cuatro o cinco países, entre ellos un gran país, o dos, Grecia, Italia, Francia, España, más Portugal, por tomar el área mediterránea, entonces sería otra cosa. Para eso hay que ganar elecciones, hay que imaginar un Tsipras en Francia o en Alemania, claro. Es el proyecto de Varoufakis, cuando dice que hay que democratizar la UE. Si hay una masa crítica, democrática, que pide este tipo de transformaciones, entonces la UE podrá ser cambiada en ese momento, pero actualmente no está hecha para esos cambios, que son inconcebibles. Habría que hacer una nueva constitución europea para poder democratizar Europa.

P. Ya que estamos metidos en terreno político. ¿Qué cree que va a pasar aquí en España? ¿Qué Gobierno habrá?

R. Creo que va a haber elecciones de nuevo. Pero no sé si nuevas elecciones permitirán salir de la situación actual. Hay que ver muy de cerca lo que pasó en Grecia, porque allí es como si Podemos hubiera llegado al poder. La Unión Europea, la burocracia de la UE, se mostró absolutamente cruel, de manera despiadada, despótica y no permitió ningún tipo de margen. Tsipras tuvo que elegir entre inclinarse ante el dictado europeo, las consignas del Banco Central Europeo, o salir de la UE. Él no había sido elegido para sacar al país de la UE. Se inclinó. ¿Qué otro país ha resistido a los dictados de la UE? No hay nadie. Y dentro de la UE el margen político es muy limitado, muy, muy limitado. La UE no está hecha para permitir cualquier margen político. Está hecha para que, estructuralmente, independientemente de las elecciones ─que además ya hemos visto lo que importan las elecciones a la hora de la verdad─ , los poderes empresariales y financieros puedan tener el espacio político que necesitan, pero no más. Y en todo caso no la ciudadanía.

Unión Europea, ¿Para qué?
Referencia intelectual para muchos, de hecho es uno de los principales figuras del movimiento altermundista, Ramonet es autor de una amplia bibliografía y ha sido galardonado por ellos en numerosas ocasiones. Internet y las nuevas tecnologías, comunicación, política, economía... y América Latina. La región ha tenido una gran importancia en su carrera. De hecho, entre su obra destacan los libros sobre sus encuentros con figuras como el subcomandante Marcos, Fidel Castro o, más reciente, con el fallecido Hugo Chávez.

P. ¿América Latina está dejando de ser el foco de resistencia contra el modelo neoliberal que se inició con la victoria de Chávez en Venezuela en 1999? ¿Se está acabando el ciclo progresista?
R. Yo pienso que sí. El cambio de ciclo es esencialmente un cambio económico. El contexto económico internacional, que tiene mucha influencia en América Latina, ha cambiado y ha tenido una gran repercusión en, sobre todo, los países progresistas. Se propusieron repartir la riqueza, pagar la deuda social que los anteriores Gobiernos habían acumulado hacia su sociedad. Había millones de analfabetas, pero sin ningún tipo de acceso a la sanidad, no había infraestructuras ni comunicaciones. Según Naciones Unidas, más de 230 millones de pobres han salido de la pobreza en América Latina. De ellos, imaginemos, 100 millones han pasado a la clase media. Es un enorme éxito de los Gobiernos progresistas. Pero ahora el hecho es que estos Gobierno ya no pueden repartir un dinero que ya no tienen y entonces, evidentemente, son sancionados.

P. ¿Ve posible que a partir de ahora se produzcan victorias de la derecha en las urnas?
"Según Naciones Unidas, más de 230 millones de pobres han salido de la pobreza en América Latina. De ellos, 100 millones han pasado a la clase media. Es un enorme éxito de los Gobiernos progresistas"
R. Que haya un cambio de ciclo no quiere decir que, automáticamente, la oposición de derechas tenga soluciones. Aparte del aspecto económico, hay otro político. El discurso de los Gobiernos progresistas ya no puede ser el mismo. Prometieron educación, sanidad… y ahora la gente ya lo tiene. Es lo que pasó en Brasil, donde unos 50 millones de personas accedieron a la clase media. Ya no se les puede tratar como antes, hay que buscar un discurso nuevo. Y, yo creo, las izquierdas latinoamericanas no han encontrado ese discurso político e ideológico. Hoy los programas sociales tienen muchas más dificultades. El Estado social cuesta demasiado caro, no hay presupuesto para un Estado con sobreempleo , con toda clase de prestaciones, jubilaciones y pensiones altas, universidades, hospitales por todas partes, carreteras, puentes, puertos, aeropuertos… El Estado ya no lo puede financiar. Sin embargo, por el momento, la oposición de derecha no ha llegado al poder más que en Argentina. En Argentina, en los últimos 20 años, ningún Gobierno no peronista ha terminado su mandato. Ya veremos cómo le va a Macri, con menos ingresos y sin controlar, además, el poder legislativo y con los sindicatos reivindicando los beneficios del Estado 

P. ¿Se puede decir que internet nos ha hecho más libres?
"Internet ha ampliado el perímetro de nuestra libertad. El acceso a internet es, visto desde un punto de vista social, un derecho"

R. Internet ha ampliado el perímetro de nuestra libertad. El acceso a internet es, visto desde un punto de vista social, un derecho. Al igual que se consideró el agua corriente o la luz eléctrica como un derecho ya no humano, pero sí social, un derecho de equipamiento. Mark Zuckerberg y la mayoría de los patronos de las grandes empresas de internet defienden la tesis de que la humanidad tiene derecho a internet y que es una obligación de los Estados equipar a todo el mundo de acceso a la red. Esto tiene algo bueno porque supondría construir una serie de infraestructuras importantes. Sin embargo, es muy fácil sospechar que no se trata de una propuesta tan generosa. Cuando los gigantes de internet, que hoy monopolizan la red, defienden esta idea lo hacen con la intención de ampliar mercado: cuantos más clientes, más negocio harán.

P. ¿Se puede vivir sin internet?
R. Se puede vivir sin nada, de hecho centenares de millones de personas desgraciadamente viven prácticamente sin nada. Sin embargo, no podemos dejar de reconocer que internet nos ha permitido autonomizarnos desde el punto de vista de la adquisición de conocimientos, ha permitido también ampliar la red de nuestras relaciones. Indiscutiblemente es un enorme adelanto. Pero ahora lo que hay que considerar es lo siguiente. Cada vez que hay un progreso tecnológico, este progreso conlleva consustancialmente un accidente. Como dice nuestro amigo el filósofo Paul Virilio, cuando se inventó el tren, se inventó el accidente de tren. Cuando se inventó la electricidad, se inventó la electrocución. Bien, cuando se inventó internet, se inventó la vigilancia en masa.

Internet, tras la invención de la web, se populariza, se democratiza, se abarata y empieza a ser extremadamente fácil de usar. A partir de ese momento se ve como una manera de liberarnos. Parecía que nos alejaba de la dominación de los grandes grupos mediáticos. Pero hoy sabemos que internet está recentralizado. ¿Qué es internet sin Google, sin Facebook, sin Wikipedia? Internet, a escala planetaria, depende de cuatro o cinco conglomerados que yo llamo GAFAM ─ Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft─, que saben exactamente lo que hacemos. Mi dependencia, desde el punto de vista del control y la vigilancia, es muy superior ahora cuando pensaba que podía liberarme de estos conglomerados. 

P. ¿Internet se ha convertido en una herramienta del capitalismo para asegurar su supervivencia? ¿Se puede percibir también como un instrumento para la información subversiva?
R. Internet es como el teléfono o como la electricidad, es decir, es un avance del que no regresaremos. Pero, como otros avances, conlleva problemas que van surgiendo y que tenemos que definir para tratar de limitar los efectos negativos. En mi libro trato de alertar de la creación de algo que nunca ha existido y que hasta ahora sólo existía en la mentalidad paranoica de algunos autores. Autores que imaginaban que el día de mañana, con el progreso tecnológico, algo como la vigilancia en masa iba a poder existir. Existía la vigilancia de muchas personas, pero la vigilancia de miles de millones de personas no había existido nunca. Hasta ahora. No hemos conocido nunca un medio de comunicación a escala planetaria dominado por cuatro o cinco conglomerados.

P. ¿Qué es más peligroso, la vigilancia masiva de los Estados o el monopolio tecnológico y el control que tiene sobre nosotros empresas como Google?
R. Hasta hace muy poco, la vigilancia era un aparato del Estado, era cosa de la Policía, los servicios secretos, las agencias de Inteligencia, de la NSA. Lo nuevo es que las que en realidad nos vigilan son las grandes empresas privadas, que además son nuestras proveedoras de internet de las que inevitablemente dependemos, o caso inevitablemente. Lo peligroso era el Estado, pero más peligro aún es la articulación entre los dos, que estas empresas trabajen con el Estado. Es lo que yo llamo el complejo securitario digital que suple al complejo militar industrial.

P. Los Estados defienden que cuanta mayor vigilancia, mayor seguridad. ¿Ha ganado la estrategia del miedo?
 R. Sí, ese es uno de los problemas que reflejo en mi libro. A la mayoría de las personas les da igual que le vigilen: “¿Dónde está el problema si yo no tengo nada que ocultar?”, se pregunta mucha gente. Pero si a cada persona le mostrásemos todo lo que sabemos de ella por su uso de internet, ella misma se sorprendería por muy inocente que sea. Como digo en el libro, Benjamin Franklin, uno de los padres de la Constitución de EEUU, dijo que un pueblo que está de acuerdo en abandonar un poco de libertad en nombre de más seguridad, no se merece ni uno ni otro y al final pierde los dos. No se puede garantizar un 100% de seguridad, ni siquiera los gobernantes que, prudentemente, reconocen que aunque se tomen todas las medidas no estamos protegidos contra un atentado que puede producirse en cualquier momento. Esa es la realidad. Por eso yo digo que la seguridad total no existe, pero la vigilancia total sí que es posible.

P. Defiende en su libro que oponerse a la vigilancia masiva es una lucha política. Incluso habla de una rebelión ciudadana dentro de países democráticos donde las libertades, supuestamente, están garantizadas. ¿Por qué es tan importante esta lucha y por qué es tan importante ganarla?
R. Es muy importante, primero, porque la mayoría de nuestros conciudadanos no ve aquí un problema político. Dos de los principales paladines de la libertad, como Edward Snowden y Julian Assange, viven entre la indiferencia general, al mundo entero le da prácticamente igual lo que pase con ellos. El sistema hoy de hace nosotros, ya no sólo personas vigiladas, sino que quiere que nosotros mismos seamos vigilantes. Esto es una perversión del sistema. Tomar conciencia de lo que estamos protegiendo es una dimensión fundamental de la democracia. Las ficciones paranoicas pensaban que sólo con una dictadura podrían vigilarnos como se hace hoy. Sin embargo, las que nos vigilan, y quien dice vigilancia dice control, son democracias. ¿Qué es una democracia con un sistema securitario tan fuerte? ¿Qué será del sistema con estas leyes si el día de mañana llega un partido de extrema derecha o dictatorial al poder? ¿Estaremos expuestos a vivir lo que denunció George Orwell? Claro que es posible.​

"¿Estaremos expuestos a vivir lo que denunció George Orwell?"
La vigilancia ya no es como antes. Hoy ya no es necesario pinchar teléfonos porque yo mismo me he comprado mi iPhone, mi ordenador o mi iPad. Basta con vigilar, y se puede hacer a distancia, lo que hago con estos aparatos, que se convierten en una especie de pulsera de seguimiento. No es fácil tomar conciencia de que tú mismo estás contribuyendo a tu propia vigilancia. Entonces, lo contrario de no ser vigilado, ¿qué sería, no poder utilizar internet o mi smartphone, no poder combatir el terrorismo? En absoluto. Los espantosos atentados de París de noviembre demostraron que se había abandonado la vigilancia humana. Hasta ahora, el terrorismo se había combatido con la infiltración. Si se encontró a una parte de los autores de los ataques fue porque la Policía marroquí tenía un infiltrado en el grupo. Hoy día se parte del principio de que vigilando a todo el mundo, por definición, también se vigila a los terroristas. En realidad se está creando una sociedad en la que la Justicia se convertirá en una Justicia predictiva. Es otra de las ideas del libro, otra ficción paranoica, la de Minority Report. Con la vigilancia se podrá saber lo que cada uno quiere hacer y se podrá detener a alguien que no ha cometido un crimen, pero que tiene la intención.

P. ¿Es imaginable una rebelión contra los grandes aparatos de poder?
"Internet ha permitido una especie de insurrección pasiva social que está cambiando la política. El resultado es una destrucción de los pilares políticos en la mayoría de los países"
R. Es imaginable. La rebelión no es tan complicada. Existe a nuestra disposición toda una serie de instrumentos de comunicación que nos permiten utilizar mecanismos criptados. En vez de utilizar la tecnología que ofrece Orange o Movistar puedes utilizar otros mecanismos con los que nadie pueda descifrar tus mensajes ¿Por qué Apple se niega a ayudar al FBI, que le reclama la creación de un software que no existe para poder acceder al iPhone de un acusado de terrorismo? Sencillamente porque sus mejores clientes se lo reclaman. Sus mejores clientes no son los terroristas, son todos los ejecutivos, financieros, industriales, etc, que cuando intercambian información quieren que se mantenga en secreto. El iPhone quiere sustituir a BlackBerry, que era el teléfono de los poderosos y que no permitía el desciframiento. Apple está enviando un mensaje a todos estos cuadros: “No le doy información a la Policía y si el FBI no puede hacerlo, ninguna empresa rival y ningún hacker podrá retirar información. Con nosotros van a poder comunicarse con gran seguridad”.

P. ¿Cómo afecta a la calidad de la información, y por lo tanto de la democracia, la cantidad de información que circula por internet y las redes sociales, muchas veces sin contrastar?
R. Hay mucha más información que antes porque la información ha llegado a las dimensiones de internet, que no tiene fondo y es grande como el espacio, más grande que los océanos. De repente hay gente que sabe muchísimo de un pequeño segmento del conocimiento, pero sobre todo, internet ha dado a los ciudadanos lo que yo llamo ‘autonomización’, la capacidad de depender menos de los grandes centros de información y de poder. Internet ha permitido una especie de insurrección pasiva social, pero que está cambiando la política. El resultado es una destrucción de los grandes pilares políticos en la mayoría de los países. En Italia, que siempre es un laboratorio donde empieza todo, surgieron partidos que eran inconcebibles, pero que expresaban el deseo de la sociedad de dejar de depender de los políticos. Está llegando también a EEUU. Lo que está pasando con Trump refleja este fenómeno, como ya había pasado con el Tea Party. Lo que pasa es que la política aún se hace a nivel de país. Las finanzas son globales, las empresas son globales, internet es global y la política es local. Algo no funciona. Es lo que la gente siente que sigue pasando.

P. Estas formaciones políticas, ¿serán capaces de eliminar a los partidos tradicionales y de reinventar la forma de hacer política?


Ramonet, durante un momento de la entrevista. - CHRISTIAN GONZÁLEZ
R. Es el problema que se plantea hoy. ¿Serán capaces? Lo que es seguro es que los partidos tradicionales están sufriendo. Hasta en países muy tradicionales como Francia, con partidos muy específicos, como el partido gaullista, ha surgido una extrema derecha. Pero lo que vemos es que no se puede hacer política sin partidos. Existe una especie de sueño de una autonomización de la sociedad con respecto a la política, pero eso es contradictorio. ¿Qué es una sociedad sin política? Una sociedad que se transforma lo hace políticamente y, por consiguiente, en función de las características estructurales de cada Estado. Hay que pasar por partidos, por elecciones, por estructuras parlamentarias, diputaciones, una organización estructural del Estado. ¿Cuánto tiempo durará eso? No lo sabemos, pero en todo caso eso está hoy afectado por lo que está ocurriendo”.

P. En un año hay elecciones presidenciales en Ecuador. ¿Vislumbra un cambio que perjudique a Assange, refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres desde junio de 2012?
R. En Ecuador, probablemente, el presidente Correa no se va a volver a presentar, pero por el momento la relación de fuerzas hace que el Movimiento PAIS, el partido que gobierna el país, en principio va a ganar las elecciones. Pero aunque viniese un dirigente de color diferente, no creo que cambiase de política respecto a Assange, me parece muy difícil porque habría una gran presión popular. En todo caso, esa presión popular es indispensable. Snowden y Assange están abandonados de todo movimiento social. ¿Dónde están las manifestaciones, dónde están los apoyos? ¿Por qué un país democrático como España o Francia no acoge a Snowden? ¿Por qué tiene que estar en Rusia, un país del que todos dicen que es una especie de Estado autoritario? Si es así, ¿por qué acoge a un paladín de la libertad? Hay una gran contradicción.

P. Assange y Wikileaks nos mostraron una nueva forma de ofrecer información. ¿Hace falta un nuevo tipo de periodismo? ¿Qué deben hacer los medios de comunicación para sobrevivir?
R. Wikileaks demostró que a pesar de que ahora teníamos herramientas nuevas a nuestra disposición, en particular todos los recursos que permite internet y las nuevas tecnologías, no los estábamos utilizando. La prensa escrita no se va a morir. Evidentemente no habrá tantos periódicos como hoy, pero hay periódicos que son indispensables y que seguirán siendo indispensables. Creo que, efectivamente, hay que sacar mayor provecho de las posibilidades que ofrece la web, tener un tipo de pensamiento web para hacer nuevo periodismo. Por el momento, lo que vemos es la reproducción en la web del periodismo que se hacía sobre papel. También es una profesión que está naciendo, el periodismo web tiene muy poca experiencia, estamos en los primeros años. El problema de la web no es la calidad del periodismo, que siempre ha sido un problema, globalmente la prensa siempre ha sido muy mediocre, de baja calidad, salvo excepciones. Hoy día esto se podría mejorar. Es posible ir más allá y hacer un periodismo que esté estructurado en función de la web y liberarse de la página escrita del papel, que no es tan fácil.


La belleza




La belleza de un pedazo de realidad es el grado de ritmo y armonía que una mente es capaz de percibir


Jorge Wagensber

miércoles, 24 de febrero de 2016

Andrey Remnev, el mago de la Glásnost

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Pasó su juventud en los museos de Moscú copiando a los grandes clásicos. Inspirado entre el constructivismo y la técnica de los iconos medievales rusos, encontró su propio lenguaje, Universal.

Su paleta se compone de oleos, pigmentos naturales y témpera con huevo. Sus temas son siempre imágenes de su infancia tamizadas por su devoción por los grandes maestros rusos figurativos.

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Mi experiencia en la Rusia post soviética es muy positiva, la vida es difícil pero las emociones son fuertes… no volvería al pasado aunque la era soviética no está desprovista de romanticismo… La mayoría de mis amigos están pintando en Europa, pero yo no puedo irme, no puedo alejarme de Rusia.”  Entrevista a “El correo de Rusia”

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Manzanas de Gesperides

 “Hay pintores tradicionales y pintores contemporáneos y elegí el enfoque tradicional, me gusta más.  Me imagino que a los pintores y críticos contemporáneos no les gusta mucho mi trabajo,  pero no pueden tacharme de falta de profesionalismo.”

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  Remnev se ha alejado tradicionalmente de las Redes Sociales pero no del contacto con alumnos “necesito la energía que me transmiten” -dice-. Organiza eventualmente Masterclasses. De momento no hay ninguna prevista para el 2015, pero os mantendremos informados. También se prodiga cada vez más en los Retratos por encargo.

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La industria de las armas: un negocio seguro

Ingresa miles de millones y cuenta con el apoyo político y económico de los gobiernos más poderosos del mundo. La industria armamentística, que no conoce la palabra “crisis”, saca pecho en medio de un contexto geopolítico marcado por la inestabilidad y los nuevos conflictos armados. 
 

La industria de la guerra nunca gozó de tanto poder como el que tiene actualmente. En el cóctel de su éxito se mezclan los nuevos conflictos en Oriente Próximo y África, las carreras armamentísticas en Asia –la región alberga seis de los diez mayores importadores de armamento–, un mayor apoyo político por parte de las potencias occidentales y la disminución de barreras legales y políticas que antaño restringían la venta de armas a países enemigos. Para poner en perspectiva esta realidad, un dato: la estadounidense Lockheed Martin, el mayor fabricante mundial de armamento, ingresa cada año más de 34.000 millones de euros, cifra superior al PIB de 97 países y cinco veces el presupuesto de Naciones Unidas para misiones de paz. Hoy, la venta de armas vuelve a ser uno de los negocios más rentables y prometedores tras haber dejado atrás el pequeño bache con el que tropezó en 2012: una caída del 1,9% del gasto militar mundial, el primer retroceso desde la caída de la URSS que puso fin a la Guerra Fría. En medio del secretismo del que goza esta industria, los ejecutivos de la guerra emprendieron una silenciosa campaña estratégica para devolver el vigor a un mercado acostumbrado a crecer, incluso en medio de la peor crisis económica que ha vivido el planeta desde el crack de 1929 y la II Guerra Mundial.

Northrop Grumman, BAE Systems, Raytheon, Boeing Defense, Almaz Antei, Airbus y otros grandes fabricantes de armas brindan hoy para celebrar nuevos récords de ventas mientras continúan las fusiones y adquisiciones que dan lugar a imperios cada vez más influyentes en la cúspide de organismos internacionales, gobiernos, bancos y medios de comunicación de todo el mundo. Las victorias de la industria de la guerra son un secreto a voces, pero, ¿cuáles son las claves de su éxito?

El sector armamentístico es especial y se rige por normas diferentes a las de las demás industrias. Los fabricantes de armas son entidades privadas, aunque algunas cuentan con participación estatal, que venden casi la totalidad de su producción a gobiernos de todo el mundo. Estas corporaciones operan de la mano del Estado a la hora de exportar armamento y de diseñarlo, puesto que es el erario público el que financia la mayor parte de los proyectos de innovación militar que dan lugar a tecnologías cada vez más letales. Se trata de un negocio redondo en el que el dinero público sirve, al mismo tiempo, para financiar el diseño y la compra de aviones, fragatas, fusiles y tanques.

“Cada vez hay vínculos más estrechos entre gobiernos, militares y ejecutivos de esta industria (…), los puestos van rotando”, explica Linda Åkerström, directora de desarme de la Sociedad Sueca de Paz y Arbitraje, la organización especializada en resolución de conflictos más antigua del mundo que en 2010 logró la prohibición de las bombas de racimo. Åkerström afirma que “incluso países con grandes problemas económicos siguen invirtiendo en armas, un sector libre de problemas”, y cita el caso de Grecia. Poco antes de recibir el primer rescate en 2010, el gobierno de Angela Merkel activó una línea de financiación especial para que las autoridades helenas pudieran pagar sus pedidos de armamento made in Germany. Alemania, uno de los países que más presión ejerció para que Grecia aplicara duros recortes, es el principal proveedor de armas con destino a ese país, que dedica el 4% de su PIB a fines militares (la media de los países de la OTAN es 2,5%).

En otros países, ahora con dificultades económicas, se ha disparado el gasto militar en los últimos diez años. Es el caso de China (+170%), Rusia (+108%) y Brasil (+48%), según datos del Instituto de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI).

La “seguridad nacional”, un negocio de Estado
Las puertas giratorias son el pan de cada día en el rentable mercado de la guerra. “Usan lobbies oficiales e ilegales en Bruselas para organizar cenas y conferencias, e invitar a políticos y miembros de la OTAN”, explica desde Barcelona Jordi Calvo, investigador del Centro Delàs de Estudios por la Paz. Incluso las democracias más antiguas del planeta padecen esta vieja enfermedad: en Francia la familia Dassault, fabricante de los famosos cazas Rafale, ocupa escaños de Les Républicans (el refundado partido conservador de Nicolas Sarkozy) en el Senado y Congreso, y además dirige Le Figaro, L’Express y 70 diarios regionales. A sus 91 años y con la quinta mayor fortuna de Francia, el patriarca Serge Dassault ocupa un puesto en el Senado galo desde 2004, mientras que su hijo Olivier, presidente del consejo ejecutivo de la empresa familiar, es diputado desde 1988.

En Estados Unidos, centro de gravedad del negocio de la guerra, las donaciones de campaña de los contratistas militares son vitales para alcanzar la Casa Blanca. Medios como The Wall Street Journal y CNN tildaron de “secuestro” los recortes de la administración Obama sobre la partida militar de 2013, mientras que ese mismo año los fabricantes de armas desembolsaron más de 137 millones de dólares para obtener el favor de los congresistas estadounidenses, según el Centro para Políticas Responsables, con sede en Washington. En enero, las lágrimas de Barack Obama dieron la vuelta al mundo junto con su propuesta para aumentar el control sobre la venta de armas ligeras en Estados Unidos. Aunque ni él ni ningún miembro de su equipo pareció triste cuando los fabricantes de armas, la Asociación Nacional del Rifle y las poderosas empresas de mercenarios estadounidenses ofrecieron su apoyo financiero para la campaña electoral del Partido Demócrata.

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 “España es un gran ejemplo de traspaso de personas de la industria armamentística a la política, y viceversa”. Jordi Calvo menciona a Pedro Argüelles, secretario de Estado de Defensa y antiguo presidente de Boeing en España, y al último titular de Defensa del Partido Popular, Pedro Morenés, quien hizo carrera en la industria militar antes de obtener la cartera ministerial. Tras la prohibición de las bombas de racimo, Morenés presionó al Gobierno para conseguir una indemnización de 60 millones de euros para Instalaza, la firma española que vendía este tipo de bombas a regímenes como el de Gadafi en Libia… y una de las empresas en las que ocupó el cargo de consejero hasta 2011. El pasado diciembre el Tribunal Supremo rechazó su petición, aunque ningún ente judicial cuestionó que el ministro concediera 32 contratos a Instalaza durante sus tres primeros años al frente de Defensa.

Si la industria militar vendiera peines en lugar de armas, posiblemente todos los calvos del mundo tendrían un buen set de peluquería bajo el brazo. Gracias a su discreto poder de influencia en el ámbito académico, político-militar y económico, los fabricantes de armas siembran inestabilidad y cosechan contratos millonarios. Un caso reciente es el de la venta de armas a Taiwán que Washington aprobó en diciembre. El contrato, valorado en 1.690 millones de dólares, no servirá para mejorar la seguridad de la isla sino para desestabilizar su delicada relación con China. Con el precio del petróleo por los suelos y tras varios años de conflicto, las empresas armamentísticas temen que las ventas militares en Oriente Próximo toquen su techo en los próximos años. Poco a poco Asia se convierte en la carta más preciada de la baraja y las grandes corporaciones de la guerra están ávidas por seguir jugando: el verano pasado Japón suprimió la ley que impide a sus fuerzas armadas tomar parte en conflictos fuera de sus fronteras, mientras que 2016 comenzó con una nueva prueba atómica de Corea del Norte. El país gobernado por Kim Jong-un aseguró haber probado con éxito una bomba de hidrógeno, cuyo potencial devastador supera al de las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945.

Åkerström admite que “armar a un país es la forma perfecta para crear conflictos”, y añade que “los países productores de armamento hablan de crear empleo y apoyar la paz y la seguridad (…), facilitan armas y después, cuando los clientes no van en la dirección marcada, los despachan”. Bajo esta lógica los productores europeos y norteamericanos mantienen sus exportaciones a países como Arabia Saudí o China, que desde 1987 está bajo un embargo europeo que prohíbe el envío de armas, aunque ni España ni sus demás socios lo respetan.

En los últimos años los gobiernos de las grandes potencias occidentales volvieron a poner sus cuerpos diplomáticos al servicio de los contratistas militares para amortiguar la reducción de sus presupuestos de defensa. Un ejemplo del éxito de esta medida es el de los últimos viajes del presidente francés, François Hollande, a Oriente Próximo, que sirvieron para que las exportaciones militares de Francia pasaran de 4.800 millones de euros en 2012 a más de 12.000 millones en 2015. En noviembre, menos de 48 horas después de los atentados yihadistas en París, el Gobierno francés empleó 12 aviones Rafale para bombardear Raqqa, capital del Estado Islámico en Siria, “un gesto que permitió mostrar por primera vez la efectividad letal de los cazas franceses y que aumentará su atractivo de cara a nuevos compradores”, afirma a este medio un analista militar que no quiere dar su nombre.

“La industria pide reiteradamente el apoyo gubernamental para poder vender fuera”, reconoce Eva Cervera, directora de Edefa, el mayor medio hispano especializado en Defensa. Desde que Morenés es ministro, las embajadas y consulados de España han abierto 37 agregadurías militares que impulsan los contratos con la industria de armas española. Cervera cree que un gobierno “progresista” de coalición en España podría empeorar el “ya de por sí lastrado” presupuesto de Defensa y paralizar “ventas a determinados países”.


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Doctrina del shock
“Si quieres la guerra, prepárate para la guerra, porque si quieres la paz, te prepararás para la paz”. Jordi Calvo, coautor del Diccionario de la guerra, la paz y el desarme (Icara), utiliza esta frase para explicar que el miedo posterior a un ataque terrorista es el mejor lubricante para justificar la venta de armas y el uso de la violencia. La industria de la guerra es consciente de sus ventajas, y sus inversores también: en la primera jornada bursátil tras los atentados de París del 13 de noviembre, las acciones de la francesa Thales se dispararon un 7,1%. Los títulos de BAE Systems, el mayor grupo armamentístico británico, se revalorizaron más del 12% entre noviembre y el 3 de diciembre, el día en que el primer ministro británico anunció la entrada de Reino Unido en los bombardeos sobre Siria. Casi al mismo tiempo, los imperios armamentísticos introducen en la agenda global la creación de nuevas organizaciones a imagen y semejanza de la OTAN para Asia, África y América Latina.

Pierre Berthelot, experto en seguridad el Instituto de Prospectivas y Seguridad de Europa (IPSE), cree que “con el argumento de parar a Valdimir Putin, los contratistas occidentales vuelven a tener una justificación para vender armas a regímenes autoritarios”.”Si se trata de un régimen amigo, no hay problema; si es un régimen enemigo, aunque sea menos dictatorial, no se le venden armas”, cuenta Berthelot. Un ejemplo reciente es la venta frustrada de dos portahelicópteros franceses Mirage a Rusia que el gobierno de Hollande anuló tras el enfriamiento de las relaciones con el Ejecutivo de Putin. Finalmente los dos buques, valorados en 960 millones de euros, fueron adjudicados al general egipcio Al-Sisi, sobre quien pesa la muerte de más de 3.000 civiles durante el golpe de Estado que le abrió las puertas del gobierno y la represión que lo consolidó en el poder.

“Tras el 11-S, EEUU dobló su presupuesto militar”. Berthelot asegura que el Gobierno estadounidense contribuye a mantener la inseguridad y el conflicto en Oriente Próximo, “para que ni Irán ni Arabia Saudí sean demasiado fuertes y sigan importando armamento”. Este investigador también cree que los gobiernos occidentales serán más moderados en sus futuras ventas de armamento a los Petroestados tras los atentados de París, a pesar de que en diciembre, EEUU aprobó la venta de 13.000 misiles de precisión a Arabia Saudí.
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“Antes no había contradicción en que saudíes y cataríes financiaran a los rebeldes sirios, incluso a grupos como Al-Nusra, vinculado a Al-Qaeda pero que todavía no ha atentado fuera de la región”. Tras analizar 1.700 casquillos sobre el terreno, la organización Conflict Armament Research desveló que el 20% de las municiones empleadas por los combatientes del Estado Islámico habían sido fabricadas en Estados Unidos. La cadena británica BBC eleva a 2.500 el número de combatientes saudíes en las filas yihadistas y señala que las monarquías del golfo Pérsico, clientes voraces de los contratistas militares occidentales, contribuyeron a la radicalización de los rebeldes sirios a través de su financiación y el envío de armas. “Se aprovechan los grandes arsenales de Libia y ahora de Arabia Saudí para transferir armas a Siria, donde se les pierde la pista”, apunta Jordi Calvo. Al otro lado de la trinchera, las armas de fabricación rusa y china abastecen los arsenales de Bashar al Asad a través de canales de difícil seguimiento, como el que desmanteló el gobierno de Kuwait en diciembre tras interceptar un cargamento de misiles antiaéreos chinos procedentes de Ucrania con destino a Siria. El suceso está plagado de interrogantes sin respuesta, como el hecho de que Turquía, país aliado y miembro de la OTAN, sea la puerta de entrada de la mayor parte de envíos de armas hacia territorio sirio.

Un negocio que mueve el 2,4% del PIB mundial
Eufemismos como “defensa nacional” y “respuesta proporcional” vuelven a estar de moda en la agenda global marcada por las potencias militares para hacer frente a la amenaza yihadista y a quienes huyen de las guerras en Oriente Próximo, Asia y África. “La crisis de refugiados en Europa podría convertirse en una nueva oportunidad para que muchos contratistas presionen a los gobiernos y ofrezcan equipos de vigilancia fronteriza, radares y sensores”, explica desde Washington Carina Solmirano, experta en seguridad internacional en el prestigioso SIPRI.

El principal aliado de los productores de armamento es el secretismo. “Parece que los presupuestos de Defensa están remontando”, admite desde el anonimato una trabajadora de Navantia, el astillero militar español propiedad del Estado que está entre las 100 mayores empresas armamentísticas del mundo. Si este centenar de compañías de armas “ingresa más de 400.000 millones anuales y las exportaciones mundiales no superan los 30.000 millones, es evidente que se nos escapa mucho margen”, advierte Jordi Calvo. La falta de control e información apoyada por el secreto militar da lugar a violaciones flagrantes del derecho nacional y a sucesos tan rocambolescos como el que desveló en enero de este año el diario The Wall Street Journal: un misil Hellfire procedente de Estados Unidos con destino a la base de Rota (Cádiz) acabó en Cuba, con quien Washington no mantiene ningún tipo de cooperación militar.

La legislación en materia de Derechos Humanos está por detrás de los criterios mercantilistas a la hora de decidir qué países pueden adquirir la última tecnología bélica. En 2013 la Unión Europea estableció un embargo sobre la venta de armas a Egipto, pero en marzo de 2015 lo levantó y la administración Obama restableció su programa de asistencia militar, un cheque anual de 1.300 millones canjeable por armas made in USA. Otro país que pronto se beneficiará del levantamiento de sanciones es Irán, que ya ha expresado su intención de invertir sus fondos congelados en el extranjero en tecnología militar rusa.

La nochebuena de 2014 entró en vigor el Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA) de Naciones Unidas, que demanda a los Estados firmantes información sobre la compra y venta de armas y prohíbe las exportaciones a países donde se producen crímenes de guerra y de lesa humanidad o casos de genocidio. Un total de 130 países firmaron este acuerdo, aunque hasta la fecha sólo lo han ratificado 64, entre los que no está EEUU, país que abarca un tercio de las exportaciones militares mundiales y que presume de tener 88 armas por cada 100 habitantes.

Al no existir instituciones independientes que controlen el comercio de armas, los gobiernos pueden mantener en secreto lo que quieran, como en España, donde el Ejecutivo autoriza que el 20% de las exportaciones vaya a países en conflicto, entre ellos Israel, Arabia Saudí y Ucrania, destaca Calvo. El juego de la guerra incorpora nuevas reglas, como los estándares de control del TCA, pero ninguna supone una amenaza para quienes nutren los arsenales.

Uno de los nuevos retos que afrontan los legisladores es la irrupción de los aviones no tripulados sobre el campo de batalla. Desde 2002 Washington utiliza drones para captar información y bombardear zonas de alto riesgo en Afganistán, Iraq, Pakistán, Yemen, Somalia y Libia, mientras que en los últimos años otras potencias han ido desarrollando e incorporando estos aparatos a sus fuerzas armadas. El prometedor mercado de los drones militares, valorado en más de 10.000 millones de dólares anuales y con un millón de aparatos vendidos en 2015, ha evolucionado a toda velocidad gracias a acuerdos con empresas como Microsoft o IBM.

Organizaciones como Amnistía Internacional denuncian año tras año la impunidad con que muchos ejércitos cometen crímenes de guerra mediante el uso de drones no tripulados, así como la ausencia de cifras oficiales más allá de las filtraciones de WikiLeaks y The Intercept. “Lo que nadie sabe es cuántos civiles murieron y cuántos de ellos eran inocentes”, lamenta Letta Tayler de Human Rights Watch. Las palabras de Harold Koh, máximo asesor legal del Departamento de Estado estadounidense hasta 2013, arrojan poca esperanza sobre un futuro marco legal para drones y ciborgs en combate: “Como la tecnología de los drones es altamente precisa, es también más legal y consistente con los derechos humanos que las alternativas”, sentencia.

Misiles con responsabilidad social corporativaLas contrapartidas indirectas también son un as en la manga de la autodenominada “industria de la defensa”. La lógica de estos acuerdos es simple: cuando un gobierno compra armas a una empresa extranjera, ésta debe incluir en el paquete una serie de proyectos para fomentar el empleo local y amortiguar las reticencias de quienes desconfían del buen hacer de los empresarios de la guerra. Según The Economist, estos sobornos de guante blanco superaron los 250.000 millones de euros en 2014 y dejaron proyectos tan surrealistas como el de la empresa estadounidense Raytheon y su gigantesca piscifactoría de gambas en Arabia Saudí, inviable en las temperaturas del desierto, o las reparaciones de la piscina municipal de Puerto Elizabeth, (Sudáfrica), por parte de la sueca Saab.

En otras ocasiones los sobornos millonarios se realizan sin decoros, como el que protagonizó la italiana Finmeccanica con altos mandos militares indios para asegurar la compra de 12 helicópteros, o el que puso en evidencia a la alemana Heckler & Koch, que en 2011 vendió 9.472 fusiles G-36 a grupos de narcotraficantes mexicanos a través de los gobernadores de Chiapas, Chihuahua, Guerrero y Jalisco. De momento, el antiguo presidente de Finmeccanica está siendo procesado, mientras que el fabricante alemán tuvo que pagar una multa simbólica de 300 euros por cada fusil incautado.

La industria también saca provecho de los millonarios proyectos de reconstrucción que surgen después de las guerras. Algunas consultoras ya auguran nuevos conflictos relacionados con el cambio climático y la escasez de agua y alimentos, mientras que muchas voces especializadas afirman que en 2016 las ventas militares romperán las previsiones más optimistas. Las consecuencias de este negocio dejarán otras plusmarcas para la posteridad, como sucedió en 2015, año en que el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) contabilizó 59,5 millones de desplazados.

Desde el verano pasado Arabia Saudí preside el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. El embajador saudí Faisal bin Hassan Trad consiguió el puesto gracias al voto secreto de Reino Unido, tal y como muestran las negociaciones filtradas por WikiLeaks. Adivine qué industria se ha embolsado más de 8.000 millones desde 2013 en contratos militares con el reino que ostenta el récord de presos condenados a la horca.


Fuente:  http://www.lamarea.com/2016/02/24/el-floreciente-negocio-de-la-guerra/

lunes, 22 de febrero de 2016

"Que todas tus palabras lleven el acento de tu heroica verdad"


Laura Makabresku
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   La fuerza de una palabra es algo que se percibe de inmediato. Quien desee persuadir ha de confiarse no al argumento adecuado, sino a la palabra idónea. Siempre ha sido mayor el poder del sonido que el poder del sentido. Y no lo digo con desdén.[...]
    ¡Que me sea dado encontrar la palabra adecuada! Sin lugar a dudas debe hallarse en alguna parte, entre los despojos de todas las exigencias y las exclamaciones exultantes que hemos vertido en voz alta desde el primer día en que la esperanza, inmortal, descendió a la tierra. Bien puede estar ahí, muy cerca, desechada, sin que nadie la vea, pero en todo caso al alcance de la mano. Ahora bien, de nada sirve. Estoy seguro de que hay hombres de los que encuentran una aguja en un pajar a la primera intentona. Yo por mi parte nunca he tenido esa suerte.
    Y además hay que tener en cuenta ese acento. Otra dificultad que añadir. ¿Quién sabrá precisar si su acento es apropiado o si es un desacierto, por lo menos hasta que no resuene a gritos la palabra? Tal vez ni siquiera así llegue a oírse, llevándosela el viento y dejando al mundo impasible. Hubo en otro tiempo un emperador que fue sabio y algo literato. Anotó en tablillas de marfil algunos pensamientos, máximas y reflexiones que el azar ha querido preservar para edificación de la posteridad. Entre otras cosas -y cito de memoria- recuerdo esta solemne admonición: "Que todas tus palabras lleven el acento de la heroica verdad". ¡El acento de la heroica verdad! Eso sin duda está muy bien pero pienso ahora que a tan austero emperador debió de serle muy fácil tarea pergeñar tan grandioso consejo. La mayor parte de las verdades que tienen vigencia en este mundo son humildes, que no heroicas; en la historia de la humanidad han sobrado las ocasiones en que los acentos de una verdad heorica no han llevado más que a la irrisión.

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Crónica Personal
Joseph Conrad

viernes, 19 de febrero de 2016

Hablamos con la activista que envía píldoras abortivas a las víctimas del zika

La OMS elevó el zika a la categoría de emergencia global, pero a pesar de que está vinculado a graves defectos congénitos en los bebés recién nacidos, las mujeres de las zonas afectadas siguen sin poder acceder a un servicio de aborto seguro. La Dra. Rebecca Gomperts, que dirige un servicio de aborto por correo, espera poder cambiar esta situación. 

 Hablamos con la activista que envía píldoras abortivas a las víctimas del zika

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote del virus zika como una "emergencia de salud pública de preocupación internacional", situándolo en la misma categoría que el ébola.

A día de hoy no existe ninguna vacuna o medicación capaces de detener el zika, que se transmite por un mosquito y, según se cree, es capaz de provocar que los niños nazcan con una cabeza anormalmente pequeña y un cerebro subdesarrollado. Según la OMS, el zika se está "extendiendo de manera explosiva" y se han detectado casos en más de 20 países de América del Sur y Central. Conforme el brote de zika sigue expandiéndose de forma terrible, diversos activistas han advertido de que las severas restricciones en torno al aborto y la contracepción en Latinoamérica exponen a las mujeres a un mayor peligro de fallecer por someterse a abortos poco seguros: aunque varios gobiernos de la región han instado a las mujeres a no quedarse embarazadas antes de 2018, el aborto sigue estando restringido o es ilegal en casi toda Latinoamérica. Varios países cuentan actualmente con prohibiciones tan severas que el aborto es ilegal incluso en casos de violación, incesto o malformación del feto.

Esta cruel paradoja —en la que se advierte a las mujeres que eviten quedarse embarazadas pero se les niega la opción de interrumpir un embarazo no planeado, no deseado o potencialmente peligroso— deja a las mujeres con unas capacidad de elección trágicamente limitada. En muchos de estos países, una mujer infectada de zika que se queda embarazada solo tiene dos opciones: o arriesgarse a la posibilidad de dar a luz a un niño con un grave defecto congénito o acudir a un método poco seguro e ilegal de interrumpir su embarazo. Antes del brote de zika, entre 800.000 y un millón de mujeres al año se sometían a abortos ilegales en Brasil, pero es muy probable que esa cifra aumente con la propagación del virus.

La Dra. Rebecca Gomperts, que dirige un servicio de aborto por correo llamado Women on Web, que envía pastillas abortivas a mujeres de más de 120 países, afirma que ya ha visto un incremento de las consultas online por parte de mujeres que viven en los países afectados. En un email enviado a Broadly, la Dra. Gomperts citó la conexión entre el virus del zika y los defectos congénitos de los bebés y defendió el derecho de las mujeres a la elección reproductiva. "Las mujeres tienen derecho a decidir interrumpir su embarazo para evitar estos daños", afirmó.

En un comunicado de prensa publicado en el sitio web de Women on Web el pasado fin de semana, la organización anunció que enviará pastillas abortivas de forma gratuita a cualquier mujer que pueda proporcionarles un test de laboratorio que indique que ha contraído el virus del zika. Women on Web normalmente solicita una "donación sugerida" de entre 70 y 90 euros, "dependiendo del país en que se viva y de las circunstancias económicas", aunque Gomperts afirma que cualquier mujer que no pueda permitirse pagar esta tarifa sugerida obtendrá las píldoras de forma gratuita, quienes representan el 15 % de mujeres que contactan con el servicio. "Consideramos que los embarazos no deseados son una emergencia médica y no resulta ético negar la atención sanitaria a quienes no pueden permitírsela económicamente", indicó.

A la Dra. Gomperts le preocupa que comencemos a ver un incremento en el número de mujeres que fallecen por abortos poco seguros en los países donde se ha expandido el zika, especialmente en Brasil, donde los servicios de aduanas impiden que los envíos de píldoras abortivas entren en el país. "Nos dimos cuenta de que ofrecer abortos médicos gratuitos a las mujeres con zika era algo que teníamos que hacer", afirmó. "Las mujeres desearán abortar y el problema es que la mayoría de abortos en esta región se practican de forma poco segura. Queríamos ofrecer a las mujeres la opción de interrumpir sus embarazos de forma segura".

Las investigaciones muestran que prohibir el aborto no reduce en absoluto la tasa de abortos, simplemente aumenta las probabilidades de que las mujeres interrumpan su embarazo empleando métodos ilegales y poco seguros, como beber lejía o insertar objetos extraños en el útero. "Este tipo de legislación es muy negativo para la salud pública", indicó Gomperts. Y a nivel estadístico, resulta difícil contradecirle: según datos de la OMS, cada año fallecen 68.000 mujeres por abortos poco seguros, lo que la organización define como "uno de los problemas de salud pública global más ignorados". Women on Web tiene intención de reducir esta alarmante tasa proporcionando mifepristona y misoprostol —comúnmente conocidos como píldora abortiva— a las mujeres para que puedan abortar de forma segura en su propio hogar. (Cuando se toman conjuntamente, el misoprostol y la mifepristona presentan más de un 90 % de efectividad para interrumpir el embarazo. Ambos fármacos se encuentran en la Lista de Medicamentos Esenciales de la OMS).

Aunque varios medios de comunicación han anticipado que la propagación de la enfermedad acabará por obligar a los gobiernos latinoamericanos a replantearse los términos más duros de sus leyes antiabortistas, Gomperts insiste en que ese no es el único motivo por el que el aborto debería ser seguro y legal. "Debería legalizarse el aborto, no a causa del zika, sino porque las investigaciones científicas muestran una y otra vez que solo el aborto legal disminuye el número de muertes innecesarias por abortos poco seguros", afirmó.


Fuente:  https://broadly.vice.com/es/article/hablamos-activista-envia-pildoras-abortivas-victimas-zika?utm_source=broadlytwes

jueves, 18 de febrero de 2016

Alergia al otro: la UE no quiere refugiados



Imagen ganadora del World Press Photo, captada el 28 de agosto de 2015 en Roeszke, en la frontera entre Serbia y Hungría. EFE

 El éxodo de refugiados que llegan a Europa --en muchos casos no pasan de pretender llegar-- no cesa. Incluso en invierno se cuentan por decenas de miles los que arriesgan sus vidas cruzando las aguas del Egeo. Se calcula que de nuevo sobrepasarán con creces el millón a lo largo del presente año. Y mientras, los distintos países europeos andan enredados cada uno en su laberinto. Si en España tenemos la difícil papeleta de cómo resolver, en recorrido más que zigzagueante, el llegar a una sesión de investidura en la que un candidato obtenga mayoría suficiente para formar gobierno, en Alemania, por ejemplo, tienen que afrontar una inocultable crisis del Deutsche Bank que no sólo arroja tupidas sombras sobre el sistema bancario germano, sino que también induce el cuestionar de una vez la política económica, y por ende social, que el gobierno presidido por la canciller Merkel ha obligado a aplicar en toda Europa. Siendo así, estando cada cual enfangado en su propio barro, ¿quién de verdad está pensando en una política europea coherente en relación a los refugiados y, junto con ello, una política seria y justa sobre inmigración?

Si Alemania, de manera sorprendente, empezó a desplegar actuaciones ciertamente solidarias con los refugiados que llegaban a sus ciudades, las reacciones xenófobas que de manera creciente se han ido dando en su sociedad, y la presión demagógica que en los países de su entorno se ha generado contra una política en verdad hospitalaria, han hecho que las iniciales actuaciones de acogida se vean drásticamente frenadas y la política hacia los refugiados reenfocada en dirección totalmente distinta. Por lo demás, las ya cortas cuotas de acogida establecidas desde las instancias de la UE para los diferentes Estados quedan en realidades muy menguadas respecto a ellas, situadas a veces en lo ridículo, como es el caso de España. Ante ello, en vez de afrontar la cuestión en serio, desde la Comisión Europea no se tomó mejor medida que presionar a Grecia, el eslabón más débil, sobre el que recae el peso de atender a los centenares de miles de refugiados que arriban a sus costas huyendo de la guerra de Siria, del maltrecho Irak o de la devastada realidad afgana, para que el país heleno soportara toda la carga del control de unas fronteras que no son sólo suyas, sino de Europa. Antes, la misma Merkel se encargó de retomar la promesa de integración de Turquía en la UE para así endulzarle la tarea de frenar los flujos de refugiados que tienen en Alemania la meta de su sueño. Para colmo, a falta de una acción política eficaz, desde los Estados europeos no se recurre a mejor expediente que acudir a la OTAN para que controle, frene e impida los flujos de refugiados por el Egeo, so pretexto de acabar con las mafias que se enriquecen con el tráfico de personas.

A la postre, estamos ante la utilización de fuerzas militares para funciones policiales, en su peor versión. Entre tanto, la guerra en Siria continúa, incrementando los centenares de miles de muertos y los más de cuatro millones de desplazados dentro y fuera de sus fronteras. Reunida en Múnich una Conferencia de Seguridad con más de un centenar de mandatarios, en ella no se pasa del anuncio de la entrada en una nueva guerra fría entre Rusia y Occidente, por más que en días previos EE.UU. y la misma Rusia se presentaran ante el mundo declarando una especie de alto el fuego. Indecente teatro para encubrir una realidad de destrucción y muerte que se ceba inmisericorde sobre la población civil. A la incapacidad para dar solución a tan cruento conflicto se suma la impotencia para dar adecuada respuesta a la tragedia que supone el éxodo de refugiados que genera.

Visto todo, la llamada crisis de los refugiados presenta no sólo el lacerante componente de un fracaso humanitario de grandes proporciones, sino que además obliga a la constatación de lo que a través de ella se comprueba como fracaso de Europa. La Unión Europea, con la corroborada impotencia ante esa crisis, se sitúa en una vía muerta que puede suponer su defunción, y no sólo por la liquidación del espacio Schengen de libre circulación, sucesivamente acotado por muros que se levantan y fronteras que se cierran. Lo que se está evidenciando en una Unión Europea que no hace frente ni siquiera a sus responsabilidades, vinculadas también a lo que ella misma ha tenido que ver en el corto y en el largo plazo hacia atrás en el conflicto sirio --y de Oriente Medio en general--, es su propio resquebrajamiento como proyecto supranacional no meramente monetario y económico, sino político y de convivencia. Sin duda que en ello tiene que ver el hecho de que ese proyecto haya nacido muy pendiente de lo económico y siga desequilibrado en torno al euro como moneda común sin instituciones aptas para sostenerla y gestionarla. Mas junto a eso, con lo que supone de déficit político, patente en las actuaciones antidemocráticas que recientemente hemos visto y padecido, tenemos la realidad de unos Estados nacionales que, si bien sometidos a los poderes financieros transnacionales, siguen actuando desde las claves de una soberanía desenfocada, que se empeña en excluir, y si hace falta deportar, como es el caso con los refugiados, si se tercia, cuando es la soberanía de Estados en total declive como centros de poder.

Como recordaba Hannah Arendt en su imprescindible obra sobre Los orígenes del totalitarismo, la práctica del derecho de asilo prueba la vigencia efectiva de derechos humanos reconocidos como tales, con su correspondiente pretensión de validez universal. Hoy por hoy, la mezquindad de Europa a la hora de ser consecuente con ese derecho atendiendo a quienes lo solicitan muestra la hipocresía de su ordenamiento jurídico y el cinismo de sus actuaciones políticas. Llegar al extremo de confiscar los bienes de quienes llaman a las puertas como refugiados, tal como en algunos países se ha decretado so pretexto de atender a su sostenimiento, es no sólo indignante injusticia hacia ellos, sino lamentable claudicación moral de la ciudadanía europea si no lo impide. Sólo falta, como ocurrió en el tumultuoso periodo de entreguerras en Europa, negar a los refugiados hasta la condición de apátridas para así poder devolverlos a sus lugares de origen, donde serán acosados de nuevo o masacrados del todo.

No vamos a negar que hacer frente a la llegada de millones de refugiados no es tarea fácil. No se puede acometer con liviandad irresponsable ni se puede dejar sobre los hombros de un solo país, sea la potente Alemania, sea, aún menos, la empobrecida Grecia. La solidaridad con los refugiados reclama la solidaridad de los europeos entre sí. Pero ninguna de las dos será posible si Europa no supera la "alergia al otro".

Estando ya el otro entre nosotros, su rechazo alérgico provoca la deshumanizante, e incluso autodestructiva, patología de la xenofobia. Salir de ella implica, como señala el filósofo Emmanuel Levinas con el rigor que le es propio, "encontrar al otro sin alergia, es decir, en la justicia", reconociéndolo en su humanidad y tratándole como su dignidad exige. Podemos concluir, pues, que la humanidad del otro ser humano es la clave para la construcción de sociedades y de todo orden político que se pretenda conforme con exigencias éticas insoslayables. O Europa se construye así o acabó como proyecto.


Fuente:  http://ctxt.es/es/20160217/Firmas/4217/Europa-refugiados-miedo-racismo-Europa-contra-s%C3%AD-misma-Tribunas-y-Debates.htm