Detector radón |
Más de 2.000 españoles mueren al año por contaminación de radón, un gas indetectable para los sentidos humanos presente en las viviendas. Tras el tabaco, es la causa más importante de cáncer de pulmón en todo el mundo. Así lo señalan diversos estudios y expertos, que alertan de este problema ambiental y sanitario, que puede combatirse con sencillas y económicas medidas. Este artículo explica qué es el radón y cómo nos afecta, su situación en España y cómo combatir esta contaminación.
Qué es el radón y cómo nos afecta
El gas radón es, tras el tabaco, la causa más importante de cáncer de pulmón y la primera en personas no fumadoras. Así lo asegura María Torres, miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), que encabeza un estudio reciente sobre la exposición a esta contaminación en domicilios y su relación con el tabaquismo pasivo.
El trabajo también indica que la sinergia entre el radón residencial y el humo del tabaco aumenta el riesgo de cáncer de pulmón en personas no fumadoras. El efecto de fumar y de vivir en una casa con alto contenido de radón es mayor que la suma de los efectos por separado, multiplicándose por 46, señala Xoan Miguel Barros Dios, responsable del Grupo de Investigación sobre el radón en Galicia de la Universidad de Santiago de Compostela (USC).
El gas se descubría en 1900, y en la década de los cuarenta ya había estudios que lo citaban como posible cancerígeno. La confirmación la establecía en 1988 la Agencia Internacional para la Investigación contra el Cáncer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hasta un 14% de los cánceres de pulmón se ocasionan por la exposición a este gas en el interior de los edificios.
El radón es un gas que no puede percibirse por los sentidos humanos y sus partículas radiactivas se adhieren al tejido pulmonar al respirarlo. Se origina al desintegrarse el radio y el uranio, presentes en los suelos y en los materiales de construcción, y es la mayor fuente de radiactividad natural, según el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), la institución designada para regular en España los niveles de dicho gas en el entorno laboral y las recomendaciones sobre los niveles en viviendas. El granito es uno de los materiales que más radón puede emitir, en especial si está muy envejecido, agrietado y deshecho.
Dicho contaminante se acumula en los domicilios a partir de su exhalación desde el subsuelo, y si no se hace nada para evitarlo, persiste durante toda la existencia de la casa. No obstante, su concentración media tiene leves altibajos (más en invierno que en verano). Los sótanos y las plantas bajas, por su proximidad al suelo y por ser el radón más denso que el aire, presentan las concentraciones más elevadas. A partir de la segunda planta la concentración del gas se reduce a la mitad.
El radón en España La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) estima que en nuestro país podrían producirse más de 2.000 muertes donde interviene el gas radón. Para llegar a esta cifra, tuvieron en cuenta los datos de muertes anuales por cáncer para 2012 y los estudios europeos que consideran al radón como la causa del 2% de las muertes por cáncer.
El CSN ha elaborado un mapa que divide a España en tres categorías según el riesgo bajo, medio o alto de exposición al radón en las viviendas. Galicia, Extremadura, Toledo, Madrid, partes de Castilla y León y Andalucía, determinadas zonas de Aragón y Cataluña sufren el riesgo más elevado. El CSN considera áreas de riesgo bajo si el 10% de sus viviendas tienen menos de 100 becquerelios por metro cúbico (Bq/m3), la medida para cuantificar la presencia de este gas en el ambiente. Con valores entre 100 y 200 bq/m3 se estima riesgo medio, y si superan los 200 Bq/m3, riesgo alto.
El año pasado, un estudio publicado en la revista científica Journal of Radiological Protection mostraba que un porcentaje significativo de los edificios de casi toda Galicia, el oeste de Asturias, la parte más occidental de Castilla y León, Extremadura y zonas noroccidentales de Andalucía presenta niveles superiores a 300 Bq/m3.
Cómo combatir la contaminación de radón Los expertos señalan varias medidas necesarias para reducir el radón en las viviendas y sus consecuencias negativas:
- Ventilar la casa dos horas al día. Es la medida más sencilla, aunque solo reduce en un 20% su presencia, por lo que en hogares muy contaminados no resuelve el problema.
- No fumar en el interior de los domicilios para evitar las negativas sinergias entre ambos contaminantes.
- Utilizar detectores específicos para conocer la concentración del gas en las casas.
- Tener en cuenta el radón en las normas de calidad y construcción de edificios. EE.UU. incluye técnicas de reducción de dicho gas y certificados oficiales que demuestran que no se sobrepasa los 148 Bq/m3, límite señalado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA). En Europa se recomienda no superar los 400 Bq/m3 en viviendas ya levantadas y los 200 Bq/m3 en las nuevas. Construir con materiales que aíslen el terreno y los cimientos, cerrar fisuras y grietas, realizar aberturas de aireación en sótanos o entresuelos o colocar sistemas de extracción o barrera son algunas de las sencillas y económicas medidas aconsejadas.
- Apoyar más investigaciones. Trabajos como el de la SEPAR sirven para mejorar cómo abordar la enfermedad y establecer protocolos de prevención en las zonas de riesgo.
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