A mediados de junio de 2007 Hamás tomó plenos poderes de la Franja
de Gaza e Israel imponía más sanciones económicas, anulando además la
circulación de personas y mercancías al exterior o interior de la Franja
“Mi hija siempre está cansada y no tenemos dinero ni para análisis. No comemos fruta ni verduras. Comemos solo semillas y pan", dice Ruaida
El 65% de las familias de la Franja de Gaza sufre inseguridad alimentaria y el 80% de la población total depende de la ayuda humanitaria.
Ola muestra la cartilla de racionamiento de la familia con la que cada 3 meses recogen alimentos de la UNRWA. Foto: Isabel Pérez, mayo 2014
El padre de la pequeña Wala' de 5 años muestra la cicatriz que le quedó tras la extracción del tumor/ I. P.
Efecto dominó mortal
Wafa’ cuenta con que su hijo nacerá sin
problemas y después intentará cruzar el paso de Rafah para recibir
tratamiento en Egipto, aunque esto le traiga malos recuerdos: “Mi
hermana murió en un tratamiento de cáncer de pulmón en Egipto. Al volver
a la Franja, las autoridades del paso de Rafah no dejaron entrar el
cuerpo y tuvimos que enterrarla en un cementerio para palestinos en El
Cairo”
“Mi hija siempre está cansada y no tenemos dinero ni para análisis. No comemos fruta ni verduras. Comemos solo semillas y pan", dice Ruaida
El 65% de las familias de la Franja de Gaza sufre inseguridad alimentaria y el 80% de la población total depende de la ayuda humanitaria.
Ola muestra la cartilla de racionamiento de la familia con la que cada 3 meses recogen alimentos de la UNRWA. Foto: Isabel Pérez, mayo 2014
“¿Alguien nos va a escuchar si hablamos?”, lamenta
Ruaida, una madre palestina que malvive en uno de los lugares con mayor
densidad de población del mundo, el campo de refugiados de Yabalia en la
Franja de Gaza. Casi siempre es la misma actitud: ausencia de ánimo,
impotencia, rabia y luego, las lágrimas.
Llorando,
Ruaida señala a su hija Ola de 13 años. Medirá aproximadamente 1,5
metros y pesa solo 26 kilos. “Mira, mira cómo está mi hija Ola. Siempre
está cansada y no tenemos dinero ni para hacerle unos análisis. No
comemos fruta ni verduras. Cada día, tres veces al día, comemos solo duqqa (semillas)
y pan – continúa mientras niega con la cabeza-. La UNRWA [Oficina de
Naciones Unidas para Ayuda al Refugiado Palestino en Oriente Medio] nos
da tres sacos de harina, arroz y aceite cada tres meses. ¿Tú crees que
eso es suficiente?”.
El 14 de junio de 2007 Hamás
tomaba plenos poderes de la Franja de Gaza e Israel imponía más
sanciones económicas contra el enclave costero palestino, anulando
además la circulación de personas y mercancías al exterior o interior de
la Franja. Ocho años después, la situación de la Franja de Gaza se
dirige hacia un desastre humanitario. Israel sólo abre de manera
intermitente dos de los seis pasos fronterizos, afectando así el
suministro de alimentos, combustible y otros bienes.
El 65% de las familias de la Franja de Gaza sufre inseguridad
alimentaria y el 80% de la población total depende de la ayuda
humanitaria. Las cifras aumentan cada año de bloqueo que pasa y ya van 8
años desde que Israel comenzó a someter a la Franja a un castigo
colectivo, práctica prohibida por la ley internacional según señala el
artículo 33 del Cuarto Convenio de Ginebra.
Khaled,
marido de Ruaida, cuenta que antes del bloqueo sus ingresos eran más que
suficientes para mantener a la familia y “mimar” a su hija Ola. Era
albañil en Israel y ahora forma parte del 42% de la población activa
gazatí que no encuentra trabajo. “Gracias a la UNRWA no nos morimos de
hambre, pero no tenemos dinero ni ropa para nuestros hijos y yo cada día
estoy más endeudado con la farmacia porque los críos se ponen enfermos,
con la compañía de electricidad… Antes dábamos comida y hoy tenemos que
mendigar por la calle".
“El bloqueo más largo de la historia” y el más económico
Son palabras del comisario general de la UNRWA, Pierre
Krähenbühl: “el bloqueo sobre la Franja de Gaza es el bloqueo más largo
de la historia”, pero habría que añadir que se trata también del bloqueo
más económico para la entidad que lo impone. Los productos
alimenticios, el combustible, los medicamentos… Todo proviene de Israel y
se vende en la Franja a precios poco accesibles para sus habitantes.
La exportación era, antes del bloqueo, fuente de ingresos para cientos
de miles de familias. La Franja era un importante exportador de aceite,
cítricos o fresas. “Antes del bloqueo era todo más sencillo. Recogíamos
los productos y con camiones los sacábamos a través del paso de Erez que
está aquí mismo. En 2007 lo cerraron y exportábamos a través del paso
de Karni, pero al poco tiempo también lo cerraron". Explica desde sus
campos en Beit Lahiya Abu Sha’er que antes del aislamiento israelí
exportaba doce toneladas de fresas al año, hoy solo una tonelada.
“El problema es también que los únicos posibles intermediarios para
exportar son empresas israelíes que controlan los precios, fijan el
precio que les satisface. Por ejemplo, venden el kilo de fresas a 15€ en
Europa y a nosotros nos dan 2€. Y, cuando el negocio no les ha ido bien
por cualquier cuestión, se deshacen de las fresas y nosotros tenemos
que pagar los costes, el transporte y los gastos de desechar el
producto".
Nimer Ghaben dejó de exportar después de
la guerra de 2009 contra la Franja, cuando Israel selló todos los pasos.
Hoy las verduras que cultiva las consumen en casa, a excepción de una
pequeña cantidad que vende en Gaza. “Yo plantaba seis donum de
fresas antes del bloqueo. Nos iba muy bien, pero he dejado de plantar
porque no puedo cubrir todos los gastos. Solo produzco para el mercado
local gazatí. Hoy, todos los gastos han aumentado. Un camión de
estiércol para un donum costaba 500 shekel, ahora son 1.500 shekel. El cierre de los pasos nos ha arruinado la vida".
El padre de la pequeña Wala' de 5 años muestra la cicatriz que le quedó tras la extracción del tumor/ I. P.
El bloqueo israelí provoca
un efecto dominó que puede cobrarse la vida de personas a largo y a
corto plazo. En los hospitales, como en cualquier edificio, solo hay 8
horas de electricidad al día por lo que, para salvar la vida de neonatos
en incubadoras o pacientes conectados a máquinas, compran la costosa
gasolina israelí que hace funcionar los generadores eléctricos cuando se
corta la luz. Además, en los hospitales de Gaza hay un déficit del 50%
de material desechable y del 30% de material y medicamentos necesarios
para tratar a enfermos crónicos, enfermos de cáncer o para hematología.
Israel prohíbe la entrada de materiales para radioterapia y los
pacientes tienen que esperar semanas hasta conseguir un permiso especial
israelí, si lo consiguen, para tratarse en Israel o Cisjordania. El
tratamiento en Egipto es la tercera opción, pero el cierre casi continuo
del paso de Rafah hace que pocos opten por esta alternativa. Según
datos de la OMS, en los tres primeros meses de este año 2014 Israel
rechazó la salida para tratamiento a 120 enfermos y 517 están todavía en
lista de espera. En marzo de este año tres pacientes fallecieron
mientras esperaban cruzar el paso de Erez (Israel) o Rafah (Egipto).
Iyad esperó veinte días hasta que consiguió un permiso para llevar a su
hija Wala’, con cáncer de cerebro, a Haifa. “La primera vez la Shabak
israelí no me dio permiso para acompañarla, como su madre acababa de dar
a luz, Wala’ se fue con su tía. La segunda vez pude ir con ella, pero
estuvimos tres horas esperando en el paso de Erez para poder entrar a
Israel. Entramos prácticamente los últimos, a pesar de que yo gritaba
diciendo que iba con una niña enferma".
El diagnóstico tardío del cáncer que padecía Wala’, de 5 años, le ha
afectado el brazo y la pierna izquierdos. Su padre afirma que parte de
la responsabilidad la asumen los propios médicos de Gaza al no contar
con aparatos médicos suficientes y por la falta de profesionales
especializados. La niña tiene que usar tres órtesis ortopédicas para la
mano, el brazo y la pierna, y la medicación la consiguen a través de
conocidos que viajan de vuelta a la Franja.
Otro caso es el de Wafa’ al-Bakri, enferma de cáncer de
pecho y en su séptimo mes de embarazo. “Según las pruebas el feto
externamente está bien pero para saber si internamente está sano se
necesita una máquina especial y solamente hay una aquí en la Franja. El
problema es que cada sesión son 100 dólares y no puedo pagarlos”, cuenta
Wafa’.
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