viernes, 5 de julio de 2013

un día de estos

Un día de estos, amor, habrá que hacer algo
quizá colgar nuestra rabia de la fachada de la catedral
para que vean en lo que nos han convertido,
habrá que salir de casa y ponerse a repartir flores,
que la calle está gris este dos mil once,
o quizá sea bueno también
cobrarles el precio por ser sus marionetas,
por esta sociedad enferma de departamentos de reclamaciones
y juzgados con despachos turbios y maltratos a los inocentes
y por los-manos-vacías y por programarnos nuestros sueños.

Un día de estos deberíamos salir a la calle
y portar en nuestras manos las antorchas de la buena voluntad
o dejarse de remilgos y aprender a dar alguna hostia
si el que cruza la calle es presidente de algún banco o patronal
quizá un alcalde.

Tendremos que tirar nuestra vida contra sus ventanas
pelearles con la luz de la alegría
y joderles las corbatas
reclamarles que nos devuelvan la hierba y el pan de hoy
para que llegue un viernes en que el mundo se rehaga
y en la dignidad de los derrotados retumben los ruegos de caridad
de quienes tantos años nos robaron.


La triste historia de tu cuerpo sobre el mío
Marwan

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