Las autoridades mexicanas han decidido no facilitar información de los enfrentamientos entre agentes policiales y el narcotráfico en la región de Tierra Caliente para evitar que se extienda el pánico entre la población. Las emboscadas a la Policía se suceden y los muertos en ambos bandos se cuentan por decenas, mientras los habitantes no se atreven a salir de sus casas y la prensa no quiere meter las narices en el conflicto.
Desde principios de la pasada semana, la región de Tierra Caliente es una zona de guerra sin cuartel donde el cártel de Los Caballeros Templarios ha lanzado una ofensiva contra la Policía Federal, con el resultado de decenas de muertos por ambos bandos.
El último comunicado de la Comisión Nacional de Seguridad hablaba de "ataques planeados con anticipación, en los que participaron individuos con armas largas y machetes ocultos en los cerros, además del bloqueo de carreteras con autobuses y otras unidades originando emboscadas a las unidades policiales".
Varios agentes han asegurado que se han registrado numerosos atentados contra unidades de la Policía Federal, de los que no se ha informado a los medios de comunicación, así como tampoco de las bajas habidas entre sus compañeros. "La Federal no informa de lo que está ocurriendo por evitar que se extienda el pánico entre la población", afirmaron.
En un contexto de terror, los pueblos de Tierra Caliente, en Michoacán, se debaten en una batalla entre la federación y el crimen organizado, que trastoca la cotidianidad de sus habitantes, que se encierran en sus casas sin atreverse a salir. Patrullas policiales recorren las calles sabiendo que en cualquier momento se pueden encontrar con una emboscada de Los Caballeros Templarios.
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