Ufano y acongojado de tu proeza, regresarás a echarte al rincón preferido.
Dices que eres poeta porque no tienes el pudor necesario del silencio.
¡Bien te vaya, ladrón, con lo que le robas a tu dolor y a tus amores! ¡A ver qué imagen haces de ti mismo con los pedazos que recoges de tu sombra!
De: Diario semanario y poemas en prosa
Jaime Sabines
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