Los dirigentes palestinos piden que se asegure que un orden mundial basado en reglas sea el único camino a seguir para todos
Un proyecto de paz nunca podrá conllevar la legitimación de la
violación del derecho internacional. Sin embargo, es lo que ha hecho el
llamado plan Paz por Prosperidad, elaborado por la Casa Blanca. Es una
iniciativa anexionista que define bien su ceguera política, arrogancia e
ignorancia. Mientras, tanto Israel como la Administración Trump están
tratando de engañar al mundo con promesas de un "futuro mejor", queda el
hecho de que la sinergia ideológica entre dos líderes populistas de
derecha les está llevando a compartir una sola visión: el apartheid.
Este
plan de anexión es una recopilación de posiciones israelíes, muchas de
las cuales fueron presentadas textualmente por representantes israelíes
en negociaciones anteriores. Es un plan negociado entre colonos y
representantes de Estados Unidos, ambos partidarios de la política
ilegal de colonización de los territorios palestinos. Tal y como aparece
en el mapa presentado por EE UU, el plan responde a una lógica de apartheid
que nada tiene que ver con una solución de "dos Estados". Aaron David
Miller, uno de los exfuncionarios estadounidenses con más experiencia en
el proceso de paz, explicó que le dijo al asesor y yerno del
presidente, Jared Kushner, que no actuara como "abogado de Israel" si
quería tener éxito. Evidentemente, Kushner fue más allá al convertirse
en el abogado de las políticas de anexión y colonización de Israel.
Argumentar que la anexión y la colonización, manifiestamente
ilegales en el ámbito internacional, deben normalizarse como resultado
de su plan está sentando un peligroso precedente para que cualquier país
poderoso imponga cualquier realidad que considere necesaria, incluso
violando el derecho internacional. Cualquiera que acepte firmar el plan
de Trump, o los pocos que sugieren que este documento podría tomarse
como base para cualquier compromiso, le están diciendo claramente al
pueblo palestino que acepte un crimen de guerra como base para cualquier
conversación. Claramente, no se trata de rechazar una propuesta de paz
sino de decir no a un intento de legitimar el robo, cuando menos, como
una herramienta en las relaciones internacionales.
La lógica distorsionada del equipo de Trump sugiere que lograr la paz
implica acomodar todos los deseos de los extremistas israelíes. El plan
indica claramente la perpetuación de la ocupación colonial de Palestina
por parte de Israel y la fragmentación de su tierra. Otorga a Israel el
control total de Jerusalén y "legaliza" sus asentamientos, transfiere
su población al territorio palestino ocupado y niega los derechos de los
refugiados palestinos. Además, el equipo de Trump espera que el pueblo
de Palestina se tome esto como un regalo sin precedentes. De hecho, y en
más de una ocasión, Kushner ha seguido repitiendo que estaba seguro de
que los palestinos estarían sin duda "sorprendidos" de lo "bueno" que es
el plan para los ellos. ¿Qué muestra esto? Una combinación de
ignorancia, complicidad y falta de respeto.
El presidente Mahmud Abbas se dirigirá este martes al Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, el órgano encargado de preservar la
paz y la seguridad mundial, con un mensaje de urgencia para dar una
oportunidad a la paz, no al apartheid. Nuestra visión de la paz
se basa en poner fin a la ocupación de Israel para lograr crear un
Estado de Palestina independiente y soberano en la frontera de 1967 con
Jerusalén Oriental, su capital. Esta es nuestra histórica concesión para
la paz hecha en 1988, dando a Israel alrededor del 78% de la Palestina
histórica. Una Palestina libre que coexista en paz, seguridad y
prosperidad con el resto de la región. Todas las cuestiones del estatuto
permanente deben ser resueltas de una manera justa que respete el
derecho internacional y las resoluciones pertinentes de Naciones Unidas.
En el marco de la iniciativa de paz árabe, este será el punto de
entrada para nuevas relaciones diplomáticas y comerciales entre las
partes.
No basta con que la comunidad internacional sepa lo que hacen tanto
Israel como la Administración Trump. Salvar las perspectivas de paz
requiere un compromiso, poner fin a la impunidad para prevenir
eficazmente las posibilidades de anexión y crear las condiciones para la
celebración de conversaciones significativas basadas en el mandato
acordado internacionalmente para el proceso de paz de Oriente Próximo.
Nuestra propuesta incluye el establecimiento de un equipo países para
facilitar un proceso de paz significativo. Un proceso que trabaje en la
aplicación del derecho internacional en lugar de uno de anexión hecho
para violarlo.
Aunque apoyan las negociaciones directas basadas en el derecho
internacional y las resoluciones de Naciones Unidas, la Liga Árabe y la
Organización de la Cooperación Islámica (OCI) ya han dicho que no a un
plan que ni apoya un Estado soberano de Palestina, con Jerusalén
Oriental como su capital ni respeta el histórico acuerdo de statu quo
de nuestros santos lugares en la ciudad. La Unión Africana y la Unión
Europea ya han declarado que el plan Trump contradice el derecho
internacional. Palestina está ofreciendo al mundo una propuesta seria
para lograr una paz justa y duradera. Estamos pidiendo que se asegure
que un orden mundial basado en reglas sea el único camino a seguir para
todos. En lo que respecta a la aplicación de los principios
fundamentales, incluida la responsabilidad de terceros, Palestina no
debe ser la excepción.
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