La gripe a menudo pasa desapercibida a pesar de causar, cada año, unas 500.000 muertes anuales en todo el mundo | imagen Sai Aung MAIN / AFP |
La
siempre urgente necesidad de publicar las últimas noticias y el
vertiginoso ritmo al que se desarrolla nuestra actualidad, son dos
despiadados compañeros que obligan y dirigen a cualquiera que intente
informar de las noticias que ocurren día a día. Hace tan solo unas
semanas, un nuevo virus relacionado con un mercado en la ciudad de Wuhan
representaba tan solo una curiosidad interesante para un puñado de
investigadores y microbiólogos que seguían atentos las actualizaciones
procedentes de China. La rápida expansión de la epidemia en los
siguientes días y la cuarentena de varias ciudades, aislando a millones
de personas en los focos más intensos, empezaron a crear expectación
entre el público. Conforme los casos aparecían en otros países, el
protagonismo del coronavirus chino se hizo cada vez más evidente y los
medios prestamos más y más atención al nuevo “trending topic”
científico, convirtiendo al virus bautizado como “2019-nCoV” en la nueva
sensación de nuestras portadas.
Cómo
se transmite, dónde se originó o si existe algún tratamiento o vacuna
eran algunas de las preguntas que, a toda prisa, los expertos intentaban
responder para informar a la población a través de los medios. En esta
sección de Yahoo publicamos las cuestiones más destacadas del coronavirus chino y nos fijamos en cómo los mercados exóticos representan uno de los orígenes más comunes de las últimas epidemias ocurridas en la última década.
Sin
embargo, es curioso comprobar cómo actúa el temor y la sensación de
peligro en el público. Hay que reconocer que el ser humano no es muy
bueno estableciendo correlaciones adecuadas entre la amenaza potencial y
el verdadero peligro que representa. Tenemos miedo a los tiburones a
pesar de que las máquinas de vending matan a más personas al año,
sentimos temor al subir a un avión aún sabiendo que es el medio más
seguro de viajar y nos aterran las colisiones cuando los accidentes
domésticos son más comunes que los de tráfico. En definitiva, nos
atemoriza morir en una catástrofe de avión cuando lo más probable es que
nos resbalemos en la ducha o nos atragantemos comiendo un filete.
Con
el coronavirus de China está pasando algo muy parecido. Escuchamos
palabras inquietantes como epidemia, virus o contagio y nuestra mente
vuela pensando en el nuevo brote, mostrando una vez más nuestra floja
capacidad para asociar el riesgo real con la amenaza aparente. En este
sentido, hace tan solo unos días apareció un artículo en Science Alert cuyo título es ejemplo claro de cómo nos equivocamos al asociar peligros reales, el texto se titulaba: La gripe es una amenaza mucho mayor que el coronavirus.
El número de víctimas mortales por gripe ha aumentado en los últimos años en España | datos es.statista.com |
Durante
una entrevista a Health News, el experto en vacunas Wiliam Schaffer de
la Universidad de Vanderbilt afirmaba que "cuando pensamos en el peligro
relativo de este nuevo coronavirus y la gripe, simplemente no hay
comparación, este coronavirus será simplemente un bache en el horizonte.
La gripe rara vez recibe este tipo de atención, a pesar de que mata a
más estadounidenses cada año que cualquier otro virus”.
Paradójicamente,
los fríos datos le dan la razón: mientras que las muertes causadas por
el nuevo coronavirus 2019-nCoV se sitúan en 80, de forma mucho más
silenciosa y discreta, el virus de la gripe común
o gripe estacional causa, cada año, aproximadamente medio millón de
muertes en todo el mundo. En el culmen de las sociedades avanzadas y con
una potente e innovadora sanidad, Estados Unidos sufrió en 2018 una de
las más fuertes temporadas de gripe de los últimos años y unas 80.000 personas fallecieron a causa de la enfermedad.
Uno
de los elementos que más influye en el erróneo mecanismo de asignación
de peligro entre ambos virus es que mientras que aún no contamos con una
vacuna para el coronavirus, la gripe común posee una vacuna eficaz y
segura. La propia Organización Mundial de la Salud confirma que “la
forma más eficaz de prevenir la gripe es la vacunación. Hay vacunas
seguras y eficaces que se vienen utilizando desde hace más de 60 años”.
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