"El sentimiento de una persona promedio en Tel Aviv es que la ocupación no es un problema. No pagan un precio por ello", señala Shaul, "están dormidos"
"La idea de que Israel logrará la estabilidad y la paz aplastando a millones de Palestinos es una locura. Nunca ha funcionado en la historia y no hay razones para pensar que esta vez sí"
Yehuda Shaul |
Yehuda Shaul habla tranquilo, con tono grave y en su perfecto inglés, desde una cafetería en Madrid. "El
sentimiento de una persona promedio en Tel Aviv es que la ocupación no
es un problema. No pagan un precio diplomático, político, mediático,
apenas de seguridad…", señala este activista israelí. "Están dormidos", denuncia.
Quizá porque muy pocos saben a qué se dedican sus soldados cuando nadie les ve. Contra esa duermevela creó Shaul la ONG Breaking the Silence,
dedicada a recopilar los abusos del Ejército en boca de sus propios
soldados: asaltos a viviendas y arrestos aleatorios en barrios
palestinos, castigos e intimidaciones a ancianos y niños…
Shaul creó la ONG poco después de terminar el servicio
militar obligatorio de tres años en las Fuerzas de Defensa Israelíes en
la ciudad ocupada de Hebrón en 2004, coincidiendo con el pico de
violencia de la Segunda Intifada. Criado en la derecha israelí y con
varios familiares colonos, fue al instituto en la Cisjordania ocupada y
no fue hasta que dejó los fusiles y las ropas de camuflaje, cuando
aquello que había estado haciendo durante tres años le hizo reflexionar.
Buscó refugio en sus "camaradas", y fue a través de
conversaciones en los cuarteles cómo algunos de los soldados y
exmilitares israelíes de una de las Fuerzas Armadas más temidas del
mundo comenzaron a romper su silencio y a reconocer sus dudas sobre si
lo que habían hecho estaba bien o no.
Empezaron su
activismo con una exposición. Fotos del día a día en el Ejército.
Tanques, civiles palestinos golpeados o arrestados con los ojos
vendados, niños desde el visor de un francotirador… El objetivo era
contar qué pasaba en las zonas ocupadas y qué estaban haciendo aquellos
que se habían acostumbrado a la violencia. "La gente que venía estaba en
shock, mientras que para nosotros aquello era como estar en casa",
recuerda. Años después publicaron 'El libro negro de la ocupación', que
recogía más de un centenar de testimonios sobre la intimidación y el día
a día en Gaza y Cisjordania.
Y así pasaron quince años. Y, con ellos, el viraje al
conservadurismo de la mano del partido del primer ministro conservador
Benjamin Netanyahu, el Likud. De aquella exposición fotográfica que
presentaron en el Parlamento israelí han pasado a tener su propia ley en
contra, la 'Ley Breaking The Silence',
que prohíbe dar charlas en los colegios a las voces disonantes. El
objetivo, según Shaul, es callar la disidencia y matar el pensamiento
crítico para que así el paso a un apartheid legal se haga de la forma
más natural y "menos abrupta" posible.
Las elecciones refuerzan la ocupación
Los resultados de las recientes elecciones confirman
el apoyo y la continuación de la ocupación. El actual primer ministro
conservador, Benjamin Netanyahu, que se jugaba su impunidad jurídica y
la radicalización de su proyecto político ha empatado con el otro
favorito, Benny Gantz, exjefe del Estado Mayor General de las Fuerzas
Armadas y también defensor de la ocupación. "La idea de que Israel
logrará la estabilidad y la paz aplastando a millones de Palestinos es
una locura. Nunca ha funcionado en la historia y no hay razones para
pensar que esta vez sí", señala el activista.
La
repetición electoral, según Shaul, ha puesto sobre la mesa dos
cuestiones fundamentales, explica mientras se bebe una Coca Cola. La
primera es el anuncio prometido por Netanyahu como guiño a los colonos y
sectores más ortodoxos de anexionar los territorios ocupados de Gaza y
Cisjordania. Imponer la soberanía, aplicar la ley israelí y… "formalizar
un régimen de apartheid".
El segundo aspecto,
denuncia Shaul, es la destrucción de los pilares de lo que él considera
los valores fundacionales e instituciones liberales de Israel: "Una
educación y unos medios de comunicación críticos, una sociedad civil
vibrante, un poder Judicial independiente..."
Fotografía de un civil desde el visor de un francotirador. Yehuda Shaul |
Sumada a
esta delicada coyuntura interna, el activista añade un contexto
internacional "trumpiano" y el llamado Acuerdo del Siglo o Plan Trump
—Shaul hace un juego de palabras y lo llama 'Sham Trump' (el Engaño de
Trump)—, cuyos detalles todavía se mantienen en secreto. "Lo que están
intentando hacer es terminar con el paradigma de los dos Estados, la ley
internacional, las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas y, en el mejor de los casos, legitimar la ocupación permanente.
En el peor, la anexión sin igualdad de derechos", denuncia.
"Todo
va a depender de cómo responda Europa", afirma. "Si vuestros líderes no
comprenden que Europa tiene que defender con contundencia el derecho y
lo acordado en los tratados internacionales", no solo sentará precedente
para disputas similares futuras, sino que "Israel perderá la
oportunidad de, en un futuro lejano y progresista, dar marcha atrás y
rectificar" .
El papel de los agentes internacionales
es determinante porque la sociedad israelí, continúa Shaul, no tiene
capacidad para oponerse al apartheid, término que utiliza casi como
sinónimo de ocupación. "La mayoría de los israelíes y palestinos han
nacido en esto, esta es la única realidad que conocemos, una en la que
nosotros les controlamos", sentencia.
Fuente: https://www.eldiario.es/internacional/Israel-ocupacion-Trump-depender-Europa_0_943855736.html
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