Foto tomada en 1948 de niños palestinos de Beer Sheba esperando al Comité Especial de las Naciones Unidas para Palestina, tras la partición del territorio en dos estados. AFP |
Los meses previos al 29 de noviembre de 1947
estuvieron marcados por una frenética actividad en la Asamblea General
de las Naciones Unidas, y en mayo, a petición de las potencias
anglófonas, se estableció el Comité Especial para Palestina (UNSCOP) con
delegados de once países.
Cuando se enteraron de que se tendría en
cuenta las demandas de las personas desplazadas (los refugiados judíos
de Europa), los árabes replicaron que no se sentirían vinculados por la
recomendación de las Naciones Unidas, y el Alto Comité Árabe decidió
boicotear las audiencias del UNSCOP.
Y cuando el grupo del UNSCOP llegó a la región a mediados de junio, los árabes escenificaron manifestaciones antisionistas en distintas poblaciones de Palestina, exigiendo que el UNSCOP aplicara una “justicia completa” para resolver el conflicto.
El grupo del UNSCOP permaneció durante cinco
semanas en Palestina. Aunque los árabes lo boicotearon, los judíos
atendieron a sus representantes y elevaron una serie de informes a favor de la partición de Palestina.
La información que aportaron los judíos no era nueva. Básicamente fue
la misma información que un año antes habían presentado al Comité
Anglo-Americano.
Los judíos jugaron paralelamente la carta de la violencia. A mediados de 2017, los grupos radicales Etzel y Lechi incrementaron las acciones violentas.
El 4 de mayo Etzel lanzó un asalto espectacular contra una prisión
liberando a 251 reclusos. En julio Etzel capturó y colgó a dos sargentos
británicos en venganza por la ejecución previa de varios miembros del
grupo.
Todos estos acontecimientos, como también el
incidente del barco Exodus que transportaba desplazados judíos oriundos
de Europa hasta Palestina, incidieron de una manera u otra en los
trabajos del UNSCOP, que finalizó su informe el 31 de agosto. El punto
más destacado del informe era que el mandato británico debía concluir
cuanto antes y se debía conceder la independencia inmediatamente.
Foto del 29 de noviembre de 1947 de ciudadanos de Tel Aviv que celebran la decisión de las Naciones Unidas sobre la partición de Palestina. AFP |
Los siete miembros del UNSCOP que favorecían
la partición presentaron un mapa con las zonas que deberían quedar en
poder de los árabes y de los judíos. Durante dos años a partir de
septiembre, el Reino Unido debía administrar Palestina bajo la
supervisión de las Naciones Unidas.
Los sionistas consideraban que incluso el
planteamiento de la minoría era una mejoría, de manera que la Agencia
Judía expresó su satisfacción con el informe de la mayoría. En cambio,
las reacciones árabes fueron agrias tanto al informe de la mayoría como
al informe de la minoría, y un comité de la Liga Árabe reunido el 16 de
septiembre votó a favor de proveer de armas a los palestinos, e incluso
de enviar a Palestina a sus ejércitos.
En este contexto fue sorprendente que la Unión Soviética aprobara el plan de partición
el 13 de octubre de 1947. La inesperada decisión de Moscú fue muy bien
recibida por los sionistas, que ahora también miraban a Washington. Los estadounidenses tenían muchos intereses económicos en Oriente Próximo, especialmente en cuestiones de petróleo, y acababan de firmar acuerdos con varios países árabes.
Se produjo entonces en Estados Unidos un
combate entre los funcionarios americanos que simpatizaban con la causa
árabe, o que tenían intereses económicos, y los sionistas y sus aliados.
Fue un combate muy vivo que terminó a favor de los sionistas, que derrotaron incluso a los altos funcionarios mejor colocados de los departamentos de Defensa y de Estado.
Foto del 16 de diciembre de 1947 del presidente de la Asociación de Hombres Jóvenes Musulmanes, Saleh Harb Pasha, llevado a hombros de algunos de sus seguidores durante una gran manifestación en El Cairo contra la decisión de las Naciones Unidas de dividir Palestina. AFP |
En esa lucha más de uno denunció que la
influencia de ningún grupo (es decir los sionistas) debía dictar la
política de Estados Unidos y obligar al país a actuar en contra de sus
intereses vitales. Y aunque numerosos funcionarios de primer rango se
expresaron en ese sentido, la presión de los sionistas fue más fuerte y
el 11 de octubre Washington respaldó las conclusiones del comité del UNSCOP.
Todavía se hicieron algunas modificaciones al plan del UNSCOP, pero en la votación final se dio más tierra a los judíos que a los árabes, aunque el número de palestinos era significativamente mayor.
No obstante, algunos líderes sionistas dijeron o dejaron escrito en esa
época o un tiempo después que el plan de partición era solo un paso en
el camino hacia sus objetivos finales, unos objetivos que a juicio de numerosos sionistas todavía no se han completado setenta años después.
Fuente: http://www.publico.es/internacional/setenta-anos-resolucion-181-o.html
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