sábado, 15 de octubre de 2016

La Senda de los Cetáceos

Fuente: http://www.panoramio.com/photo/13432328

En el año 2000 un gigantesco rorcual común (Balaenoptera physalud), también llamado ballena de aleta, apareció muerto en Majanicho, un pequeño asentamiento de pescadores en el norte de Fuerteventura. Se trataba de una hembra de 19 m de longitud y un peso estimado de 15.000 kg que murió tras enredarse accidentalmente con un cabo de más de 300 m de longitud. Enrollada en su boca, la cuerda le impidió alimentarse con normalidad y murió de hambre. Cuando el cadáver arribó a las costas majoreras, aún mostraba en su piel las dentelladas de tiburones y orcas que intentaron aprovechar parte de sus despojos.

Hasta entonces todos los cetáceos varados eran trasladados al vertedero y enterrados allí, pero en esa ocasión el Cabildo de Fuerteventura aceptó la propuesta de los especialistas de convertirlo en una descomunal escultura. Enterrado para facilitar la limpieza natural de sus huesos, durante dos años los insectos hicieron la mayor parte del trabajo. Posteriormente, gracias a la habilidad de los técnicos de Canarias Conservación, su formidable osamenta ha quedado expuesta al aire libre en el Museo de la Sal de Antigua, integrada en un paisaje marino que le pertenece por derecho propio.

El éxito de la iniciativa ha propiciado que se cree en Fuerteventura una original Senda de los Cetáceos, a la que se suman el esqueleto de un cachalote de 15 m en Morro Jable (Saladar de Jandía), de un zifio de Cuvier en el Centro de Interpretación del Faro de Jandía, un rorcual tropical en Puerto del Rosario y un calderón tropical en la Casa de Los Rugama (Casilla del Ángel).




Más información:  http://espanabizarra.tumblr.com/post/93961938194/esqueleto-ballena-antigua

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