Conferencia por la independencia en Glasgow. Foto con copyright. / Craig MacLean |
Escocia ha sido por mucho tiempo un bastión de votos para el Partido Laborista. Solo muy recientemente –por primera vez en 2007–, los socialdemócratas independentistas del Scottish National Party (SNP) superaron en votos al Labour Party en elecciones al Parlamento Escocés. Desde el año 1964 y hasta el 7 de mayo de 2015, nunca los laboristas habían dejado de ser la fuerza más votada de Escocia en unas elecciones generales británicas.
Sin embargo, el sumatorio de fuerzas socialdemócratas –asumiendo el sesgo que impone la vaguedad del término–, contrasta claramente con el retroceso electoral generalizado de la socialdemocracia europea, tantas veces ya revisada y adaptada a los tiempos neoliberales desde que el Programa de Gotha viera la luz. Hoy, de incluir a los seisdiputados del Partido Verde, un total de 93 asientos de los 129 del Parlamento escocés están ocupados por miembros de partidos de corte socialdemócrata.
Según Cat Boyd, activista sindical y militante de la coalición de partidos RISE, la emergencia de un movimiento independentista en Escocia no se debe al SNP, sino a un país que ha estado durante mucho tiempo conducido por el Partido Laborista y sigue viendo cómo las privatizaciones avanzan. Boyd señala que el deseo de una Escocia independiente de Westminster tiene más que ver con decidir entre que “los bancos pertenezcan a la gente o que la gente pertenezca a los bancos”. Una oportunidad, en opinión de Boyd, para encender una luz democrática en un momento de oscuridad.
Eulalia Reguant, militante de las CUP, había abierto la jornada comentando la situación política en Cataluña. También coincide en que este tipo de procesos suponen “una oportunidad para poner a la gente en el centro del debate y romper con las estructuras basadas en las relaciones económicas actuales”.
Al mismo tiempo, una de las oposiciones semánticas que la plataforma RIC pretende establecer al añadir la palabra “radical” en la campaña por la independencia es la de repensar e introducir políticas de justicia social asociadas al movimiento de una manera mucho más profunda y decidida. En los últimos años, la emergencia del SNP –presentes en la convención–, no ha venido de la mano de políticas sociales a la altura de lo esperado por algunos. Es por esto que, aunque tibiamente de cara a la opinión pública, off the record se dejan caer críticas al SNP por la poca profundidad de la agenda social y por su débil cuestionamiento al establishment en los últimos años.
También estuvieron representados en la convención movimientos no independentistas. Momentum (London), que surgió como muestra de apoyo a Jeremy Corbyn ha conseguido movilizar a una parte importante del Partido Laborista en sus aspiraciones de devolver al partido a una agenda por la desprivatización, la clase trabajadora y la democratización interna. Quizá, todo ello, con la esperanza de recuperar el apoyo perdido en los últimos años.
Cuestiones más marcadamente de clase fueron discutidas por Gordon Martin, del sindicato nacional de transportes (RNT), que aprovechó para criticar a una mayoría de políticos más preocupados por representar a los consejos de administración de las empresas que a los intereses de los trabajadores.
La iniciativa, haciéndose eco de múltiples problemáticas sociales estructurales y/o emergentes, reunió también a diferentes representantes de movimientos sociales europeos. Grainne Griffin, de Repeal the 8th, intervino para pedir apoyo en la campaña por la abolición de la octava enmienda de la Constitución de la República de Irlanda, que prohíbe el aborto. Malika Salaun, del PIR movement, trató el tema del racismo y la estigmatización que diversos colectivos inmigrantes sufren en Francia. También intervino Aamer Anwar, abogado pro derechos humanos, para explicar algunos casos de violencia policial y abuso de poder por parte de las instituciones.
La conferencia, primera desde que se produjera el referéndum británico por el Brexit, apela a la diversidad para construir un movimiento transformador que comparta de manera radical una agenda de justicia social para Escocia, en un contexto político marcado por la hegemonía del SNP, pero integrado por una enorme variedad de aspiraciones políticas en forma de partidos, coaliciones y movimientos sociales.
Fuente: https://www.diagonalperiodico.net/global/31768-la-izquierda-escocesa-debate.html
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