Cerca de 1.500 profesores
universitarios, fundamentalmente de Turquía, han salido al paso del
silencio existente sobre las operaciones militares del Ejército y la
Policía turca en varias ciudades kurdas con un llamamiento internacional
para detener lo que consideran una “masacre deliberadamente
planificada” por el Gobierno de Ankara contra la población civil.
Tres personas muertas durante los combates de Cizre (Turquía) que no pudieron se retiradas. / bestanuce1.com |
El dramático llamamiento apareció hace
una semana con 500 firmas que en la actualidad se han triplicado,
incluyendo ahora 400 profesores pertenecientes a universidades de otros
países. “Nosotros no vamos a formar parte de esta masacre permaneciendo
en silencio y exigimos el cese inmediato de la violencia perpetrada por
el Estado”, dicen los firmantes respondiendo a una iniciativa de la
asociación Profesores por la Paz.
En su comunicado, afirman que la
actuación del Ejército en las ciudades de Diyarbakir, Cizre, Silopi,
Nusaybin, Silvan “y muchas otras ciudades y barrios de las provincias
kurdas” supone “una violación de las leyes turcas y de los tratados
internacionales de los que Turquía forma parte”, e insisten en que se
trata de una masacre “deliberada y planificada” por el Gobierno.
A este llamamiento se ha sumado la Coalición contra la Impunidad,
integrada en las principales organizaciones de Derechos Humanos de
Turquía y las asociaciones de abogados de Batman, Sirnak y Diyarbakir,
que acusan al Ejército de actuar con total impunidad y de utilizar
contra la población civil armamento pesado y francotiradores.
Según estas asociaciones, al menos
habrían muerto en la campaña de ‘limpieza de terroristas’ que se lleva a
cabo desde el pasado verano 150 civiles, más de la mitad mujeres, niños
y ancianos, es decir segmentos de población que, en principio, no
estarían implicados directamente en los combates.
Entre las numerosas denuncias, figuran las de Osman Tekin, discapacitado físico de 50 años, muerto por un disparo en Cizre, y el caso de Hasan Yagmur,
discapacitado psíquico, de 42 años en Nusaybin. También se han
presentado denuncias por no haber permitido retirar los cuerpos de los
fallecidos para realizar las correspondientes autopsias y las familias
pudieran darles sepultura. Igualmente, confirman que al menos 1.300.000
personas se habrían visto afectadas por los sucesivos toques de queda y
que varios cientos de miles habrían tenido que abandonar sus hogares y
buscar refugio en otras zonas de Turquía.
Anuncio del manifiesto internacional de los Profesores por la Paz denunciando la masacre deliberada de civiles. / bianet.org |
La Asociación turca de Derechos Humanos,
la Fundación de Derechos Humanos de Turquía, el Centro por la Verdad,
la Memoria y la Justicia y el Encuentro Helsinki-Turquía, además de las
citadas agrupaciones de abogados, exigen al Gobierno el fin de la
impunidad, el castigo a quienes hayan violado los derechos elementales,
que se informe de lo que está ocurriendo a la comunidad internacional y
que se retomen las negociaciones para encontrar una salida al conflicto
kurdo.
La Coalición contra la Impunidad
coincide con los Profesores por la Paz en que, durante los periodos de
toque de queda, se impide el suministro a la población de los servicios y
alimentos básicos, lo que está haciendo aparecer el fantasma del
hambre. Igualmente se denuncia que las personas heridas no son atendidas
con la rapidez suficiente para salvar sus vidas.
Esto es lo que habría ocurrido con Seve Demir, Pakize Nayir y Fatma Uyar,
tres jóvenes activistas kurdas que el 4 de enero intentaban escapar de
la zona de combates en la ciudad de Silopi cuando fueron alcanzadas por
disparos de los militares que se enfrentaban a las autodefensas
vinculadas al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). De
acuerdo con los testimonios existentes, una vez heridas consiguieron
llamar por teléfono para que les recogieran en ambulancia, advirtiendo
que estaban perdiendo mucha sangre. Sin embargo, la ambulancia no fue
autorizada a entrar en esa zona y cuando los cuerpos fueron finalmente
llevados a la morgue, no se les podía identificar porque literalmente
habían sido acribilladas a balazos.
Este hecho y el de los 12 jóvenes
muertos el pasado domingo en la localidad de Edremit, cerca de la ciudad
de Van, han aumentado la sospecha de que se están produciendo
ejecuciones sumarias en vez de intentar apresar vivos a los supuestos
guerrilleros. Según las denuncias realizadas por el Partido de la
Democracia del Pueblo (HDP), varios de estos jóvenes tendrían un disparo
en la cabeza, lo que indicaría que su muerte no habría ocurrido durante
los combates sino tras el asalto a la casa donde se encontraban, tres
de ellos cuando intentaban huir del lugar, quedando tendidos sus cuerpos
en la nieve.
También considera que la muerte de estos
jóvenes se trató, en realidad, de una ejecución sumaria, el grupo
‘Madres por la Paz de Van’, que se ha dirigido al primer ministro, Tayip Erdogán, a su mujer, Emine Erdogán, y al primer ministro, Ahmet Davutoglu,
pidiéndoles que detengan esta cadena de muertes de soldados, policías
y guerrilleros, además de realizar un llamamiento a las madres turcas y
kurdas para romper el silencio ante esta barbarie. Pero Davatoglu ya les
ha respondido, asegurando que las operaciones continuarán hasta acabar
con todos los focos de resistencia.
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