Esa es la descripción que hace Eduardo Galeano del día 12 de octubre en su libro Los hijos de los días de la fiesta qu celebra España este fin de semana, del antes llamado Día de la Hispanidad, otrora de la raza.
Se supone que la jornada que tuvo lugar
este sábado es el de la celebración de todos los españoles, que todos
deben sentirse concernidos por lo que representa este día. Un día que
gira en torno a una bandera que no todos sienten como propia, en torno
al ejército, a la virgen y a un proceso de colonización y barbarie de
hace cinco siglos. No importa que haya españoles que no se
sienten representados por los valores de esa bandera, el ejercito, el
catolicismo y el proceso de la efeméride. Es también su día, el que fue
también día de celebración y de “todos” los españoles, durante el
franquismo.
Del día de la raza al día de la hispanidad: la denominación franquista.
La fiesta española adquirió el nombre de “el Día de la Raza”,
para la que ahora es su fiesta nacional, en 1918, nombre que se usaba
en América Latina y que era fiesta nacional en muchos países del
continente. A partir de 1935 se empezó a usar el nombre de Día de la
Hispanidad a propuesta de Ramiro De Maeztu, denominación que fue
extendiéndose y conviviendo con el día de la raza.
Fue en 1958 cuando mediante un decreto
de presidencia del gobierno el 12 de octubre se declaró Día de la
Hispanidad y pasó a ser fiesta nacional. El día de la Hispanidad fue refrendado como fiesta nacional en 1982.
Pero esa denominación franquista desapareció como tal el 7 de octubre
de 1987 mediante la Ley 18/1987. En ella se establece el 12 de octubre
como fiesta nacional y elimina la denominación día de la Hispanidad. Así pues el día de la Hispanidad es una denominación franquista que no puede ni debe usarse. Por otro lado, la ley expone los motivos por los que declara este día fiesta de todos los españoles.
“La fecha elegida, el 12 de octubre,
simboliza la efeméride histórica en la que España, a punto de concluir
un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad
cultural y política, y la integración de los reinos de España en una
misma monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural
mas allá de los límites europeos”.
Uno de los motivos esgrimidos por la ley
para considerar este día de todos los españoles es la integración de
todos dentro de una misma monarquía. Difícil sentirse concernido
por la fiesta nacional para todos aquellos que no consideren la
monarquía como uno de los valores que les representa.
La celebración de 1943 fue uno de los
momentos históricos en los que el día de la hispanidad fue usado como
arma política de los vencedores contra los vencidos. El 12 de octubre de
1943 se inauguró la reconstruida ciudad universitaria que quedó
derruida por el ataque de las tropas nacionales durante la Guerra Civil
en su intento por entrar en Madrid. La portada de ABC de ese día
era explícita sobre lo señalado del día, en el que unía la conquista de
América con la reconstrucción de un símbolo de la conquista nacional en
la Guerra Civil.
No sólo los recuerdos a la guerra,
también el hecho de que coincida con la festividad de la Virgen del
Pilar, patrona de la Guardia Civil, ha convertido esta fiesta en un
recordatorio de las fuerzas vivas que durante los 40 años del franquismo
dominaron la vida pública con mano de hierro.
La espada era una cruz
La celebración del 12 de octubre no sólo
es excluyente para los españoles, como ya ha dejado en evidencia el
texto de Eduardo Galeano. En América Latina existe un sentimiento
anticolonialista hacía esta fecha. Por ello en países como Venezuela o
Nicaragua se celebra “El Día de la Resistencia Indígena”. En el año 2004
durante la marcha de los partidarios del gobierno de Hugo Chávez
celebrando el día se llegó a destruir una estatua de Cristobal Colón.
El hecho de que en España
celebremos un proceso histórico cruel e inhumano, que provocó por
ejemplo el genocidio del pueblo antillano en La Dominicana, no acaba de
ser bien visto en los pueblos de América Latina. Eduardo Galeano relata en su obra cumbre Las Venas Abiertas de América Latina
cómo el pueblo antillano era usado por los conquistadores españoles
para la extracción de oro. Los indígenas tenían que introducirse hasta
el pecho en los lavaderos para cribar las arenas auríferas, estas tareas
o la rotura del terreno con las pesadas herramientas de trabajo que les
proporcionaban los conquistadores españoles acabaron prácticamente con
la población autóctona. Los habitantes de La Dominicana, para no soportar este régimen de esclavitud, llegaban a matar a sus hijos y suicidarse después, como relata el cronista Fernández de Oviedo y recoge Galeano:
“Muchos dellos, por su pasatiempo, se mataron con ponzoña por no trabajar, y otros se ahorcaron con sus manos propias”
Es difícil comprender cómo un proceso
histórico que provocó tanta muerto y sufrimiento es motivo de orgullo y
celebración, en cambio sí es fácil entender que muchos ciudadanos de
este país y otros allende los mares no se sientan concernidos por el
“Día de la Fiesta Nacional de España”. Que no hispanidad.
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