miércoles, 3 de junio de 2020

La geometría de Durero

Alberto Durero es una de las figuras más representativas del renacimiento. Famoso por la delicadeza y realismo de sus autorretratos, por sus complejos grabados, pero también por ser un gran teórico del arte. El autor alemán, además, es considerado como un experto en matemáticas, tanto que muchos expertos lo incluyen como uno de los matemáticos más relevantes de la época. 


 Este artículo habla de un artista itinerante, ya que, aunque tuvo su residencia en su Núrenberg natal, viajó por toda Europa. Muchos de sus viajes, como los realizados a Italia, fueron de aprendizaje y para conocer y relacionarse con famosos artistas. Durero también viajó para huir de la pandemia que azotaba Europa en esos días: la peste negra. Viajó  por trabajo e incluso para seguir a un recién coronado Carlos I desde Aquisgrán hasta los Países Bajos. Todos estos viajes influyeron de manera determinante en su obra.

De todas las versiones de Durero, una de las más interesantes es su perspectiva más científica y reflexiva. Desde sus inicios como artista, reflexionó mucho sobre el fin del arte, entendido como la función del mismo. Un ejemplo de esto es que el autor también entendía el arte como un medio para transmitir conocimiento e información. Es por eso que entre su obra destacan las representaciones relacionadas con la naturaleza, donde aplica su capacidad de plasmar detalles, creando obras absolutamente realistas. Estos documentos, que reproducen fielmente animales, fueron utilizados durante siglos como representaciones fiables de la naturaleza. Un ejemplo bien conocido es su representación de una liebre, con un elevado grado de detalle, que se puede ver en el Museo Albertina de Viena.


 Una de sus obras más destacadas en este sentido es la representación de un rinoceronte, que, sin embargo, puede que sea la obra natural menos fiable que el autor realizó. Se trata de un grabado xilográfico que fue reproducido y utilizado en toda Europa hasta el siglo XVIII. Durero se inspiró en un boceto y una descripción que un autor anónimo hizo de un rinoceronte indio en Lisboa, por lo que Durero nunca llegó a ver el rinoceronte con sus propios ojos. La obra es una exquisita representación con efectos tridimensionales y un gran nivel de detalle. Aun así, presenta algunos errores como un exceso de estructuras de blindaje o un cuerno mal situado.


 Durero, sin pretenderlo, también tiene alguna obra de interés médico. Entre las primeras xilografías del autor destaca la de un enfermo de sífilis. Esta es considerada la primera representación de la enfermedad conocida. Esta pequeña obra de 1496 ha sido muy estudiada no solo por su implicación artística, sino para tratar de conocer más sobre cómo se trasmitió la sífilis por Europa. El protagonista de esta pieza es un Lansquenete, un mercenario alemán que volvía de Italia hacia su Alemania o Suiza natal y confirma una de las posibles vías de expansión de la enfermedad 1.

 Pero si Alberto Durero destacó en algún ámbito científico fue en el de las matemáticas. Gracias a sus viajes aprendió conceptos de geometría y perspectiva que aplicaría posteriormente. Esta pasión y conocimiento matemático se puede observar implícito en toda su obra, pero también de forma mucho más explícita en algunos de sus grabados donde elementos matemáticos son protagonistas de la obra.

Su grabado Melancolía I es considerada su obra con mayor simbología y es una representación perfecta de la pasión del artista por las matemáticas. La figura protagonista de la obra tiene en sus manos un compás, que es uno de los muchos instrumentos matemáticos que se pueden observar. Una de las estructuras que llama la atención es un romboedro truncado que ha sido fuente de todo tipo de especulaciones, ya que en una de sus caras se observa un rostro difuminado. Al observar la obra, llama la atención la presencia de un cuadrado mágico, en el que todas las filas y columnas suman treinta y cuatro, así como los números que ocupan las cuatro esquinas. Otra de las curiosidades que incluye este cuadrado es que las dos cifras centrales de la última fila componen el año en el que se realizó la obra, 1514. La simbología de esta obra ha sido fuente de todo tipo de especulaciones, incluso en nuestros días, ya que aparece en uno de los libros de Dan Brown, quien la asocia con los masones (típico de Dan).

En sus últimos años de vida trabajó en una serie de tratados y escritos teóricos sobre el arte. Su tratado de geometría, conocido como Instrucción sobre la medida con regla y compás de figuras planas y sólidas, se publicó en 1525 y se convierte en uno de los primeros tratados sobre matemáticas publicados en Alemania. Se trata de una obra que busca enseñar y mostrar cómo realizar e incorporar diferentes elementos geométricos al arte. No se trata de un trabajo teórico sino de instrucciones para plasmar estructuras como cuerpos sólidos, cilindros, pirámides, etc., en el trabajo artístico. Aborda también el uso de las espirales geométricas y como realizarlas con regla y compás. Entre estas espirales, se encuentra la que pasará a la historia con su nombre: «Espiral de Durero».


 En estos años también recopiló y plasmó sus conocimientos anatómicos en la obra de anatomía Los Cuatro Libros de la proporción humana, donde profundiza en conceptos como la belleza ideal, la morfología del movimiento o los diferentes tipos de cuerpos.

Alberto Durero fue un artista singular, con una influencia e impacto esencial en la historia del arte. Merece la pena detenerse en alguna de sus obras y admirar su dominio técnico y la incorporación de conceptos matemáticos. Durero falleció el 6 de abril de 1528, en su localidad natal, Núremberg, Alemania.

Fuente: https://principia.io/2020/06/02/la-geometria-de-durero.IjExOTQi/

No hay comentarios:

Publicar un comentario