jueves, 4 de junio de 2020

El sueño

Joven durmiendo. Josep de Togores
 
 Sueño, dulce sueño, suave nodriza de la naturaleza. 
William Shakespeare, 
Enrique IV, parte II


Dormir es lo más misterioso que hacemos. Sabemos que es vital; solo que ignoramos exactamente por qué. No podemos decir a ciencia cierta para qué sirve el sueño, cuál es la cantidad adecuada para obtener la máxima salud y felicidad, o por qué algunas personas caen en sus brazos con facilidad mientras otras luchan perpetuamente para alcanzarlo. Le dedicamos una tercera parte de nuestra vida. No hay ninguna parte del cuerpo que no se beneficie de él o sufra por su ausencia [...]
   El sueño es, obviamente, mucho más que un mero descanso. Un hecho curioso es que los animales que hibernan también tienen periodos de sueño. Puede que a la mayoría de nosotros eso nos resulte sorprendente, pero lo cierto es que la hibernación y el sueño no son lo mismo, al menos desde una perspectiva neurológica y metabólica. Hibernar es algo más parecido a estar conmocionado o anestesiado: el sujeto está inconsciente, pero no propiamente dormido. De modo que un aimal en hibernación necesita unas horas diarias de sueño convencional dentro de su estado general de inconsciencia. Otro hecho sorprendente para la mayoría de nosotros es que los osos -los más famosos dormilones invernales- en realidad no hibernan. La auténtica hibernación implica una profunda inconsciencia y un drástico descenso de la temperatura corporal, a menudo en torno a los 0ºC. Según esta definición, los osos no hibernan, puesto que su temperatura corporal se mantiene en niveles próximos a los normales y además se despiertan con facilidad. Resulta más adecuado calificar su sueño invernal como un estado de letargo.
   Sea lo que fuere lo que nos da el sueño, es algo más que un mero periodo de inactividad reparadora Tiene que haber algo que nos lleve a ansiar ardientemente quedar a merced de posibles ataques de bandidos o depredadores; sin embargo, que sepamos, dormir no hace nada por nosotros que no pudiera hacerse igualmente estando despiertos, pero en reposo.Tampoco sabemos por qué pasamos gran parte de la noche experimentando esas surrealista y a menudo inquietantes alucinaciones a las que llamamos sueños. [...]
   Y, sin embargo, existe la creencia universal de que el sueño debe responder a alguna profunda necesidad elemental. Lo observaba ya hace muchos años Alla Rechtschaffen: "Si el sueño no cumple una función absolutamente vital, entonces es el mayor error que ha cometido jamás el proceso evolutivo". No obstante, por lo que sabemos, lo único que hace el sueño es "prepararnos para estar despiertos"...

El cuerpo humano
Guía para ocupantes
Bill Bryson

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