“Las esperanzas se habían centrado en la flota del año siguiente, 1702, confiando en que la parte correspondiente al Tesoro fuera esta vez importante. Los galeones españoles cargados con el mayor envío que se conocía de tesoros procedentes de América, estaban protegidos por los navíos franceses.”
“Hasta las Islas Azores el viaje transcurrió con normalidad, pero una vez allí y presumiblemente por los avisos enviados por el rey, Velasco y Chanteaurenaud son informados de las novedades que han ocurrido en su ausencia, en primer lugar la rotura de hostilidades entre las monarquías borbónicas y el imperio, Inglaterra y Holanda y, por otra parte, la posibilidad de que una armada enemiga estuviera al acecho de la flota. En efecto, esta armada, a las órdenes del almirante Sir Cloudesley Shovel, tenía instrucciones de localizar y atacar a los galeones españoles, pero no consiguió establecer contacto hasta las postrimerías del combate de Rande.”
“Reunidos en consejo los mandos de la flota hispano-francesa, Chateaurenaud propuso dirigirse al puerto de Brest o a otro de los puertos militares de Francia en el Atlántico, con el fin de resguardar el tesoro y reemplazar a buen número de tripulantes fallecidos durante la travesía por causa de la fiebre amarilla. Velasco se opuso a tal posibilidad por las instrucciones que tenía de recalar en un puerto español y que, seguramente, no incluían la llegada a un puerto francés en caso de necesidad. Por todo ello se decidió que los navíos se dirigieran al puerto de Vigo, evitando, con acertado criterio, los cabos de San Vicente y Finisterre donde podían estar los enemigos.”
“Los galeones españoles entraron en Vigo el día 22 de septiembre de 1702. Se refugiaron en el fondo de la ría, en la ensenada de San Simón, pasado ya el estrecho de Rande protegido por el castillo de Corbeiro al Norte, y el de Rande, al Sur, en lugar de dirigirse a Sevilla, el puerto que monopolizaba el comercio con el Nuevo Mundo.”
“El precioso cargamento no fue descargado, ya que los de Sevilla se oponían a ello alegando que era en Sevilla el único lugar donde tal maniobra se podía llevar a cabo. En esa espera, los anglo-holandeses descubrieron el escondite del preciado cargamento. Después de cuatro semanas de la llegada de los galeones a Vigo, estos mantenían su preciosa carga.”
“El cargamento de oro, plata y otras riquezas estaba embarcado en tres galeones de combate y de catorce comerciales. La mala disposición de las naves para una adecuada defensa y la superioridad anglo-holandesa hicieron que en menos de 10 horas de batalla se decidiera la misma en favor de los atacantes. Las defensas francesas cedieron, los navíos estaban en llamas dejando vía libre a los codiciados galeones cargados de riqueza. De Velasco ordenó, voz en grito, el hundimiento de los barcos, que según algunas versiones, habrían conservado parte de su carga.”
Una vez ganada la batalla, los atacantes saquearon Redondela y la isla de San Simón. Vigo quedó a salvo protegida por su muralla y defensas. El día 30 de octubre Rooke ordena partir a su armada, que abandona la ría de Vigo, aunque deja una guarnición de 27 buques de guerra junto a los apresados al mando del Almirante Shovel.
Hace pocos años, un equipo multidisciplinar dirigido por el arqueólogo Javier Luaces ha logrado fotografiar, por primera vez, quince de los veinticinco pecios de los galeones que fueron hundidos en 1702 durante la batalla de Rande.
Julio Verne habla de la batalla de Rande “en el capítulo octavo del libro Veinte mil leguas de viaje submarino(1866). El capitán Nemo le relata a Arronax el contexto de la Batalla de Rande. Le explica que hubo una guerra debido a la sucesión dinástica al trono español. Que una flota procedente de América transportaba un valioso cargamento y que, debido al sitio que al que estaba sometido Cádiz, se vio obligada a desviarse hacia Vigo, lugar donde tiempo después fue atrapada por un combinado anglo-holandés y destruida
El capitán Nemo acudía regularmente a la bahía de Vigo para saquear los supuestos tesoros hundidos durante la batalla. Era la forma de financiar sus expediciones libertarias.
“Hay muchas incógnitas sobre la importancia de lo que yace bajo esas aguas. Sobre todo cuando se trata de pecios antiguos, en especial de galeones, ni siquiera los expertos reconocen qué hay de leyenda y de realidad en los supuestos tesoros que esconden. Sí que a lo largo de estos años se han producido hallazgos relevantes: desde anillos de oro hasta lingotes de metales nobles, y a escasa profundidad y muy cerca de la costa.“
Espero que alguna vez “veamos” los galeones de Rande.
Una página muy interesante y recomendable de Rafael Ojea Pérez: aquí
La página De Verne a Vigo. Muy interesante y con mucha información.
Entrevista en el dirario.es con el periodista y escritor Eduardo Rolland, uno de los mayores expertos en Julio Verne.
Fuente: http://www.madrimasd.org/blogs/ciencia_marina/2018/06/29/135085
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