Varios activistas del sindicato comunista PAME corean consignas durante la huelga general de 24 horas contra los últimos recortes pactados con la UE. EFE/Alexandros Vlachos |
Grecia ha vivido este miércoles la primera
huelga general del año, convocada por los principales sindicatos en
contra del reciente acuerdo entre el Gobierno y los acreedores del país
(la UE, el FMI y el BCE) y las nuevas medidas de austeridad que incluye
en el llamado cuarto memorando.
La ley, que el martes fue aprobada en
comisión parlamentaria, incluye además medidas de recorte de pensiones a
partir de 2019 y aumentos de impuestos a partir de 2020 por un total de
4.900 millones de euros anuales.
Los sindicatos han bautizado estas medidas
como cuarto memorando por tratarse de ajustes adicionales no previstos
en el tercer rescate, que se aplicarán una vez vencido el programa
actual. Lo más grave, según los sindicatos y los partidos de la
oposición, es que esta vez Grecia debe cumplir sin recibir nada a
cambio.
Manifestantes marchan ´con una pancarta en la que se lee "Subversión" en la protesta convocada la huelga general contra los últimos recortes pactados con la UE. REUTERS/Alkis Konstantinidis |
La jornada de huelga, que en algunos
sectores como el naval, los médicos, los abogados o el transporte
público es de 48 o hasta de 72 horas, transcurrió como suele ser
habitual en Grecia, con un seguimiento muy desigual, imperceptible en el
comercio, pero con muchos trastornos en los servicios. El tráfico
ferroviario se detuvo por completo y en el transporte urbano, los
autobuses y tranvías pararon durante todo el turno de noche y lo
volverán a hacer a partir de las 21.00 hora local (18.00 GMT), mientras
que el metro funciona solamente desde las nueve de la mañana (06.00 GMT)
hasta las cuatro de la tarde (13.00 GMT).
En el paro participaron, por primera vez en
mucho tiempo, los controladores aéreos, por lo que 185 vuelos tuvieran
que ser cancelados o modificados, señaló una fuente del Aeropuerto
Internacional de Atenas. También fue novedosa la convocatoria de los
uniformados a una manifestación propia, que se desarrollará esta tarde.
La presencia policial en la manifestación era también menor que de
costumbre, a pesar de que les está prohibido hacer huelga.
El funcionamiento de los hospitales
públicos, así como de los ayuntamientos se ha visto afectado. Ni
siquiera en la administración pública el seguimiento fue abrumador, de
algo más del 50 %, según señaló un portavoz de Adedy, el sindicato del
sector público.
Varios activistas muestran una pancarta que reza "Nuestro baile de mayo" mientras participan en una manifestación durante la huelga general de 24 horas. EFE/Alexandros Vlachos |
El bajo seguimiento se ha convertido en
habitual en Grecia, porque muchos trabajadores no pueden permitirse
perder una jornada de salario o no le ven sentido a protestar solo un
día. "Yo hago huelga como un ejercicio rutinario, pero no creo que tenga
mucho sentido. Otra cosa sería una huelga indefinida", sostiene
Panayiotis, abogado en la cincuentena.
El ambiente que se palpaba en el centro de
Atenas era doblemente gris: un cielo encapotado enmarcaba el sentimiento
de desesperanza que se leía de los rostros de los manifestantes. "No
nos queda esperanza alguna. Ningún político puede ofrecerla. Lo que hace
falta es un líder que ame a la patria, diga basta ya y exija la quita
de toda la parte de la deuda que es ilícita".
Son palabras de Melina Kotsaki, azafata
retirada de 73 años que cuando se jubiló cobraba una pensión de 2.200
euros, de los que en estos momentos solo le quedan 750 euros y que con
el nuevo tijeretazo que entrará en vigor en 2019 cobrará hasta un 18%
menos.
Tampoco Kostas Kekas, camillero recién
jubilado con 700 euros, cree que haya actualmente un político capaz de
mejorar la situación en Grecia, a pesar de que las encuestas dan diez
puntos de ventaja a los conservadores frente a la gubernamental Syriza.
"Lo único que tendría sentido es un Gobierno que luche por que Grecia
salga de los memorandos y que no piense solo en sus intereses
partidistas sino, sobre todo, vele por el bien del pueblo", dice Kekas.
Grecia ha necesitado tres préstamos de
miles de millones desde 2010 y los recortes adicionales son una cuestión
polémica para el primer ministro Alexis Tsipras. "Nos han engañado.
Creímos en sus promesas", dice Nikos Moustakas, de 71 años, un mecánico
jubilado que trabajó 38 años. "Me han perdido como votante", dijo.
Varios activistas se enfrentan a la policía antidisturbios mientras participan en una manifestación durante la huelga general de 24 horas en Atenas (Grecia).EFE/Alexandros Vlachos |
Tsipras fue elegido por primera vez en 2015
con el compromiso de terminar con la austeridad pero fue obligado a
ceder meses más tarde para aceptar un nuevo paquete de rescate para
evitar la bancarrota. Tsipras permanece rezagado en las encuestas, pero
su coalición de Gobierno tiene una pequeña pero firme mayoría en el
Parlamento, que cuenta con 300 miembros.
Tsipras ha defendido los tijeretazos
adicionales con la promesa de que cada medida de recorte irá acompañada
de una contramedida de alivio y el argumento de que cerrar la segunda
evaluación del rescate permitirá que Grecia pueda entrar en un programa
de alivio de la deuda a partir de 2018, salir paulatinamente a los
mercados y dar definitivamente carpetazo a la era de rescates.
Fuente: http://www.publico.es/internacional/grecia-vive-primera-huelga-general.html
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