Siete migrantes subsaharianos sacan las manos por la ventana de una celda en el Centro de Detención de Garabuli, suplicando agua, cigarros, comida y su liberación /REUTERS. Narciso Contreras |
Libia se ha convertido en un mercado de esclavos contemporáneo,
con migrantes atrapados en una compleja red de tráfico ignorada en gran
medida por el mundo exterior, ha dicho este miércoles Narciso
Contreras, fotógrafo ganador de un Pulitzer.
Contreras, que habló con migrantes
convertidos en esclavos en Libia, ha afirmado que la atención se
concentra mayoritariamente en el país norteafricano como puerta de
acceso para los migrantes que tratan de llegar a Europa por el mar. "Lo
que descubrí es que es un mercado de esclavos, es como una industria,
pero el mundo ve Libia como un país de tránsito", ha relatado a Thomson
Reuters Foundation.
Seis años después de la caída de Muammar
Gaddafi, Libia sigue siendo un estado sin ley, donde los grupos armados
compiten por el territorio y los recursos mientras vastas redes de comercio de armas y contrabando de personas operan con impunidad.
Frustrado por la burocracia oficial, Contreras, ganador del Carmignac Photojournalism Award de 2016,
estableció sus propios contactos con migrantes, traficantes de personas
y miembros tribales mientras viajaba a través de Libia el año pasado
para un projecto de fotografía documental.
"La crisis humanitaria de los migrantes intentando alcanzar Europa está
bien documentada y es una historia que las autoridades libias quieren
que se cuente," ha dicho en una entrevista. "Pero ese vasto mercado de
seres humanos está prácticamente sin registrar," ha explicado. "Es una violación de derechos humanos que tiene que ser abordada por la comunidad internacional."
El fotógrafo ha hablado en la apertura de "Libia: Un mercado de seres humanos", una exhibición de sus fotografías en la galería londinense Saatchi.
Contreras conoció a dos migrantes de África
occidental que habían sido retenidos como esclavos. Uno de los
propietarios de los esclavos regentaba un centro de detención de
inmigrantes y el segundo era un líder de la milicia local, ha explicado.
"Estas parecen ser las historias típicas de la impunidad que encuentras en Libia", afirmó el fotógrafo de orígen mexicano, que ganó el Premio Pulitzer de 2013 por su trabajo en Siria.
Por un puñado de dólares
Estos testimonios de migrantes son
difíciles de verificar. Sin embargo, la agencia de migración de la ONU
(OIM) señaló el mes pasado que cada vez más migrantes africanos están siendo puestos a la venta
en lo que ellos llaman "mercados de esclavos", antes de exigir un
rescate o utilizarlos para trabajos forzados o explotación sexual.
21 mujeres migrantes hacen cola en el patio de la prisión para montar en autobuses que las transferirán a otro centro de detención, tras ser vendidas a la milicia armada que controla el centro de detención de Surman, al oeste de Libia /REUTERS. Narciso Contreras |
Los migrantes son vendidos por entre 200 y 500 dólares
y permanecen retenidos durante dos o tres meses de media, afirma la
OIM. Provenientes muchos de Nigeria, Senegal o Gambia, son capturados
mientras se dirigen al norte, hacia la costa mediterránea de Libia,
donde algunos tratan de coger barcos hacia Italia. Por el camino son
presa de un amplio despliegue de grupos armados y redes de contrabando
que frecuentemente intentan extorsionar dinero extra.
Muchos de ellos son utilizados como jornaleros en construcción o agricultura, dice la OIM. Sólo algunos reciben remuneración.
Contreras también tomó fotografías de los
centros de detención donde los migrantes sufren hacinamiento, falta de
higiene y palizas. "No hay humanidad en esos sitios," afirma.
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