jueves, 5 de noviembre de 2015

¡¡No!!, por favor aquí no

Los mosquitos son unos bichejos tremendamente irritantes y molestos, y desde luego el que además de chuparte la sangre encima te inoculen un parásito no contribuye en absoluto en hacerlos más agradables. Sin embargo cuando conozcamos el camino por el que la vinchuca transmite a los humanos los parásitos que porta en su interior, el que un molesto insecto zumbador nos atraviese la piel con su trompa nos parecerá algo casi romántico.
Triatoma infestans
    La vinchuca o Triatoma infestans es un insecto marrón de entre dos y tres centímetros, con la cabeza alargada y un pico largo con el que extrae fácilmente la sangre de sus víctimas. Este insecto también es conocido como chinche besucona debido a la graciosa y sensual costumbre que tiene de picar en la cara  a los humanos. La vinchuca habita en las grietas de las casas y en los tejados de paja de zonas cálidas y secas de Sudamérica. Centroamérica y el sur de los Estados Unidos. Como buen vampiro permanece escondida durante el día para al caer la noche abandonar su guarida en busca de alimento; y por desgracia los humanos ocupamos un puesto relevante en su menú. En principio el beso del insecto no pasaría de ser ligeramente molesto, casi anecdótico, lo que se dice un ligue de una noche, sino fuera porque en su intestino se encuentra agazapado un peligroso parásito humano llamado Trypanosoma cruzi. 
    En principio, hay algo que no cuadra del todo en este recorrido, pues la ruta del Trypanosoma al abandonar las tripas de la chinche debe ir en el sentido opuesto al tomado por la sangre que nos ha robado el insecto. Hay que recordar que el mosquito Anopheles transmite el Plasmodium a través de la picadura, algo muy coherente puesto que este se encuentra alojado en sus glándulas salivales. Pero en este caso el lugar que utiliza la vinchuca para extraernos la sangre y el sitio por el que desaloja a su huésped constituyen dos caminos opuestos que no se pueden encontrar. Así que ¿cómo narices la chinche es capaz de contagiarnos el parásito?
    ¡Ay!, la verdad es que la vinchuca es un animal tan especial, ya que no solo es una romántica que nos besa en la cara, sino que además es una simpática glotona que no puede parar de comer. Con la sangre que retira de su amantísimo humano, y como no puede ser de otra forma, el intestino comienza a llenársele, lo que provoca que nuestra amiga sienta unas irreprimibles ganas de defecar. ¡Qué aprieto! ¿Dónde voy? Pues nada, aquí mismo. Así de linda es nuestra amiga, no solo nos roba la sangre sino que además se nos caga encima. Con el pequeño detalle de que las heces vienen cargaditas con el parásito, y que además el picotazo escuece un montón, provocando que al rascarnos la picadura seamos nosotros mismos quienes facilitemos la penetración del parásito a través de la herida.
    Dentro del cuerpo de su hospedador humano el Trypanosoma cruzi consigue evadir el sistema inmune del enfermo abandonando el torrente sanguíneo para esconderse en el interior de las células; normalmente en las células musculares y con elevada frecuencia en las del corazón. La infección puede permanecer en estado latente durante muchos años, y mientras el parásito se divide constantemente en el interior de las células del corazón, el hospedador seguirá realizando una vida más o menos normal. Pero tarde o tremprano los daños que el patógeno está provocando en los tejido terminarán por manifestarse y con elevada frecuencia lo harán en forma de graves e irreversibles cardiopatías. Muchas de las muertes por problemas cardíacos que se producen cada año en zonas donde el parásito y el bichejo portador son endémicos no son sino el resultado de esa enfermedad conocida como Chagas.
    Podrá parecernos que se trata de una enfermedad extraña y poco habitual, pero nada más lejos de la realidad. Se estima que entre diez y doce millones de personas se encuentran actualmente infectadas por este parásito, a las que se suman otras quince mil cada año, lo que hace del Chagas un grave problema de salud pública en algunos países. Curiosamente se especula que hasta el propio Charles Darwin contrajo esta enfermedad durante su viaje por Sudamérica a bordo del Beagle. Y ya sabéis que no hay nada mejor que infectar a un famoso para que tus andanzas adquieran relevancia.



David G. Jara

2 comentarios:

  1. Hola, tengo un par de preguntas. ¿La vincuda adulta que aparece en la foto puede ser de tamaño más pequeño o puede ser otra especie de la misma familia?. ¿Cómo es la picadura? ¿ La inflamación puede durar un día?¿La inflamación q se produce es igual cuando te pica la vinchuda adulta y la de fases anteriores y menor tamaño?

    ResponderEliminar
  2. Tengo una pregunta, entonces que hacer para evitar que el parásito entre a la sangre después de una picadura, ayuda el uso de antibacteriales o lavarse con abundante agua y jabón para evitarlo o de todos modos el parásito va a entrar

    ResponderEliminar