Hay amores que matan y el de Lisboa es uno de ellos. El
turista quiere llevarse la ciudad en el corazón y de paso, si puede,
también en la maleta. A veces es el simple adoquín de alguna de sus
empinadas calles, pero otras van más allá y se llevan un azulejo de la
casa que les robó su alma.
Desde hace dos años se han duplicado las denuncias por robo
de azulejos en Lisboa, coincidiendo con un aumento espectacular de la
llegada de visitantes a la capital portuguesa. Leonor Sá, directora de SOS Azulejo,
se niega a atribuir esta lacra al turismo. “Creo que se empieza a
valorar lo que tenemos y, por tanto, se denuncia más. Si no apreciamos
la fachada de nuestra casa, tampoco la vamos a arreglar, y el deterioro
fomenta el vandalismo”.
Cada año se roban en Lisboa unos 10.000 azulejos; bien por
parte de individuos que luego los venden en mercadillos, bien por obra
de bandas organizadas que buscan paneles completos en iglesias o
palacios abandonados. Fue el caso reciente de la capilla de la Quinta da
Flamenga, que perdió todo su precioso revestimento de miles de piezas.
Aunque el precio depende del tamaño y de antigüedad, un buen panel vale
decenas de miles de euros.
Lisboa es la ciudad más azulejada del mundo. Los carteles o
anuncios luminosos de otros lugares, aquí eran paneles de cerámica que
lo mismo representaban a la lechería Camponeza,
los baños públicos o un humilde apeadero de tren. La belleza queda a la
vista de todos, en cualquier parte, y, por ello, aún es más difícil su
preservación. “El Gobierno pretende que las fachadas azulejadas de
Lisboa sean patrimonio de la humanidad, pero para eso antes hay que
dictar leyes protectoras”, reclama Leonor Sá.
SOS Azulejo nació hace ocho años para frenar el expolio de
la ciudad ladrillo a ladrillo. Nada más entrar en acción, las denuncias
descendieron un 80%. “Bastó con publicar en la web las imágenes de los
paneles robados para que se empezaran a recuperar. Aparecieron hasta en
museos nacionales”, recuerda Sá. Pero eso es el caso representaciones
figurativos; los geométricos son más fáciles de comercializar.
Entre 1980 y 2000, Lisboa perdió el 25% de los azulejos
artísticos, aunque no siempre por robo. La piqueta era la mayor amenaza
“a este patrimonio colectivo único”. Gracias a la insistencia de SOS
Azulejo, el ayuntamiento prohíbe, desde hace dos años, la demolición de
fachadas con azulejos, y también la retirada de la cerámica. “El cambio
es de 180º grados”, explica Sá, “pues pasamos de una situación en la que
los conservacionistas teníamos que probar el valor del edificio, a que
sean las constructoras quienes prueben su falta de valor”.
Pero la pequeña destrucción de paredes continúa. Donde
desaparece un azulejo, pronto cae el segundo y el tercero... “El gran
peligro es la falta de conservación de una propiedad que es privada,
aunque esté en espacio público. Algunos ayuntamientos, como los de
Aveiro y Oporto, advierten al dueño del deterioro de su propiedad,
incluso ofrecen su almacén de azulejos, por si hay iguales” .
La lucha contra el expolio depende de la sensibilidad de
los municipios. “Nosotros pretendemos una legislación nacional que
prohíba la retirada de azulejos, al margen de cualquier declaración de
patrimonio, siempre muy complicada”, dice Sá, que tiene un ingente
trabajo por delante.
Basta visitar la típica Feira da Ladra (el mercado de la
Ladrona), junto al Panteón Nacional, para hacerse por 10 euros con una
cerámica con siglos de historia; y si no entrar en Ebay, donde se
encuentran a cientos, o, si se quieren garantías, pasarse por la tienda
de Manuel Leitao y escoger entre sus más de 500.000 unidades.
“Hay quien propone que, como en el caso del marfil, se
prohíba el comercio del azulejo”, suelta Sá. “Nosotros no queremos ser
tan radicales, preferimos ir poco a poco removiendo conciencias”. La
palabra es la única arma de Leonor Sá. No tiene presupuesto para salvar
su ciudad, mientras asiste a la moda de los tuk tuk y las guías alternativas que recorren la ciudad en busca de los últimos grafitis y se olvidan del azulejo, el street art que hace de Lisboa una ciudad irrepetible.
Más información: http://www.sosazulejo.com/?page_id=48
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