Franco Berardi (Bifo), nacido en Bolonia (Italia) en 1949
 Es una experiencia cotidiana: el trabajo en un contexto capitalista es  principalmente
 el medio para un fin (la ganancia). Un trabajo indiferente por tanto a 
su contenido, vaciado de significado, determinado primordialmente por el
 dinero. Mantequilla o misiles: lo mismo da, lo importante es que el 
producto-mercancía venda en el mercado. Marx lo llamó “trabajo 
abstracto” y a partir de él definió el modo de producción capitalista y 
su carácter destructivo.
 Según Franco Berardi  (Bifo)
 -filósofo italiano, teórico de los medios de comunicación y las 
transformaciones del trabajo, implicado en movimientos políticos desde 
los años setenta-, dos niveles más de abstracción se añaden en nuestros 
días a la abstracción del trabajo: el gobierno de las finanzas (un poder
 sin arraigo local alguno) y las redes virtuales de comunicación (un 
intercambio simbólico sin cuerpos). La financierización de la vida y la 
virtualización del contacto generan según Bifo nuevas formas de malestar
 social, nuevas patologías, nuevos tipos de sufrimiento.
 ¿Puede politizarse ese malestar? ¿Qué formas de acción colectiva pueden reconvertir el sufrimiento en fuerza transformadora?  La sublevación (edición española en  Artefakt, edición argentina en  Hehkt)
 reúne una serie de textos escritos por Bifo al calor de los movimientos
 de las plazas (primavera árabe, 15M, Occupy...). La sublevación, tal y 
como aparece pensada en el libro, es en primer lugar el levantamiento de
 los cuerpos explotados, estresados, deprimidos. El primer paso para la 
reconstrucción de un cuerpo social capaz de desafiar el dominio de la 
híper-abstracción digital y financiera.
 ***
  Abstracción financiera
  1. ¿En qué consiste la abstracción financiera?
  Bifo.
 Nombro así al conjunto de los automatismos financieros que subyuga la 
vida real y la producción, vaciándolas de energía y de poder político.
  2. ¿En qué sentido la abstracción financiera vacía el poder político?
  Bifo.
 Es algo muy obvio que todos hemos entendido en los últimos años: las 
instituciones de la democracia política no pueden nada frente a la 
prioridad de la abstracción financiera. La liquidación del primer 
ministro griego, Yorgos Papandreu, el día mismo que propuso un 
referéndum sobre el “plan de ayuda” del BCE al Estado griego en 2011 fue
 la declaración final de la anulación de la democracia en el continente 
europeo. Las tradiciones humanistas e ilustradas quedaron igualmente 
barridas de un plumazo ese mismo día.
  3. Explícate.
  Bifo.
 El humanismo es esencialmente el movimiento por el cual la voluntad 
humana se emancipa de la tutela divina. Por su lado, la Ilustración 
proclama la superioridad de la Razón y de la Ley sobre la fuerza de los  "animal spirits" del egoísmo económico. Pues bien,  God is back,
 la potencia superior de lo divino sobre la voluntad humana regresa, 
pero ahora con la forma del capital financiero. Las leyes no tienen hoy 
ninguna fuerza frente a la circulación global de los algoritmos 
financieros, ni ante la potencia desterritorializada de las empresas 
globales.
  4. ¿Pero no sido siempre así en la historia del capitalismo? ¿Por qué sería esto una novedad?
  Bifo.
 Creo que la clase financiera es distinta a la clase que en los siglos 
de la modernidad conocimos como burguesía. La burguesía se enriquecía 
gracias a la explotación de la clase obrera, pero también gracias a la 
producción de bienes útiles para la vida social. Es una clase que 
acumula plusvalía a través de un proceso de producción de bienes útiles.
 Sin embargo, la clase financiera -o, mejor dicho: el conjunto de los 
automatismos financieros- se enriquece a través de  la destrucción del valor producido, a través de la privatización de los bienes comunes. La plusvalía de las financias es una  minus-valía desde el punto de vista social.
 Por otro lado, la burguesía tenía una fuerte territorialización 
ciudadana y nacional, mientras que la clase financiera es una clase 
totalmente desterritorializada, incapaz de identificarse con ningún 
lugar específico.
  Malestar social
  5. ¿Qué efectos tiene la abstracción financiera sobre el cuerpo vivo de la sociedad?
  Bifo.
 Ya no hay continuidad en la experiencia del trabajo: no se llega cada 
día al mismo lugar, no se cumplen las mismas rutinas, no se encuentra a 
las mismas personas. El trabajador mismo ya no existe como persona, es 
el productor intercambiable de fragmentos de tiempo/trabajo conectados 
en una red global.
 El tiempo vivido por los trabajadores precarios se fragmenta -o, mejor dicho, se   fractaliza-
 al tener que adaptarse constantemente a los requerimientos de la 
producción. Pero tengamos en cuenta que el cuerpo vivo tiene sus 
pulsiones, su sensibilidad, su tiempo y sus deseos. La abstracción 
financiera superpone un tiempo espasmódico, en constante aceleración, a 
la sensibilidad del cuerpo individual y colectivo.
  6. Produciendo por tanto efectos a nivel individual y colectivo, ¿no? ¿Cuáles son?
  Bifo.
 Las patologías causadas por la aceleración y la competición agresiva se
 manifiestan a nivel individual como una verdadera epidemia de 
sufrimiento mental, psíquico, emocional. Las crisis de pánico, los 
problemas de atención, la soledad competitiva, la depresión... A nivel 
colectivo, la consecuencia es la crisis de la solidaridad social. Cada 
individuo percibe a los otros esencialmente como competidores y no como 
cuerpos afectivos.
  Abstracción digital
  7. A la abstracción financiera se le añade una abstracción digital, ¿en qué consiste, cómo opera?
  Bifo.
 La abstracción digital es el efecto de la aplicación de las tecnologías
 de virtualización a la comunicación entre los seres humanos y su 
operatividad se manifiesta como intercambio lingüístico sin cuerpo, como
 escisión entre palabra, cuerpo y afectividad.
  8. En el libro analizas los efectos “éticos” de la virtualización del contacto, ¿cuáles son?
  Bifo.
 Para mí, ética y estética están íntimamente relacionadas: la parálisis 
ética, la incapacidad de gobernar éticamente la vida individual y 
colectiva, proviene de una perturbación de la  estesia, es decir, de la percepción de la continuidad sensible del propio cuerpo en el cuerpo del otro. De una comprensión  erótica
 del otro. La virtualización del contacto produce un efecto de 
de-sensibilización emotiva, de soledad relacional, de fragilidad 
psicológica.
 
 9. Quizá es algo que podemos entender mejor a partir de la diferencia 
que haces en el libro entre “lógica de conjunción” y “lógica de 
conexión”.
  Bifo.
 La conjunción es un intercambio en el cual los cuerpos se ponen en 
relación recíproca de manera tal que cada comunicación se manifiesta 
como singular, irrepetible. La simpatía, es decir, el sentir compartido  (sym-pathos), es la dimensión general del intercambio conjuntivo.
 Pero mientras que la lógica conjuntiva implica la interpretación de la 
dimensión gestual, corporal y de las implicaciones emocionales (con sus 
ambigüedades y matices), la lógica conectiva reduce la relación con el 
otro a pura descodificación de una sintaxis, a un contacto funcional 
dentro de estándares predeterminados. Es el caso de Facebook.
 El proceso de mutación que se desarrolla en nuestra época está centrado
 en el cambio de la conjunción a la conexión como paradigma del 
intercambio entre los organismos conscientes.
  La sublevación
 
 10. Entre 2010 y 2013 se activaron movilizaciones masivas en 
Inglaterra, Túnez, Egipto, España, Grecia, EEUU, más tarde en Brasil y 
Turquía, ahora en China... Las características y los objetivos de esas 
movilizaciones han sido muy diferentes, como diferentes son las 
condiciones políticas y culturales de los diferentes contextos. Pero tú 
consideras que esa serie de levantamientos forman parte de la misma 
onda, ¿por qué?
  Bifo.
 Creo que sí, porque todas esas movilizaciones, incluyendo las que se 
dieron en las ciudades árabes, tenían desde el comienzo una misma 
voluntad de reactivar la solidaridad y la dimensión física de la 
comunicación social. Los trabajadores y los estudiantes rebeldes 
intentaron en primer lugar crear condiciones de  conjunción directa, física y territorial para salir de la alienación virtual.
 ¿Por qué ocupar una plaza, una calle o un territorio cuando sabemos muy
 bien que allí no reside ningún poder político y que el sistema 
financiero no se localiza en una dimensión territorial? Porque la 
primera cosa que necesitan los trabajadores precarizados es la 
reactivación de una dimensión afectiva y territorial que permita 
reconstruir las condiciones emocionales de la solidaridad. Me parece que
 ese es el sentido de la toma de las plazas, de las acampadas. Una 
sublevación colectiva es en antes que nada un fenómeno físico, afectivo,
 erótico. La experiencia de una complicidad afectuosa entre los cuerpos.
  11. ¿Cómo se “organiza” una política así, mediante qué formas, instituciones, etc.?
  Bifo.
 Me gusta poner la imagen del mantra: el mantra es una respiración 
colectiva armónica, una metáfora de lo que en la dimensión política 
llamamos solidaridad. La organización que imagino no pasa a través de la
 democracia representativa, ni de una organización centralizada como fue
 el partido leninista del siglo XX. Tiene más que ver con el  ritmo de un mantra.
  12. ¿Qué balance haces de la onda de movimientos que se activó en 2011? ¿Qué potencias y límites ha encontrado?
  Bifo.
 El balance es ambivalente. Por un lado, podemos decir que los 
movimientos de las plazas no lograron frenar ni un ápice la explotación 
financiera, la imposición de la deuda, la destrucción y privatización de
 los bienes comunes. En ese sentido podemos hablar de fracaso. Pero creo
 que debemos valorarlos desde un punto de vista evolutivo más largo. 
Estos movimientos han revelado la dimensión afectiva de lo social. Es la
 condición necesaria para emprender un movimiento de recomposición de 
los saberes comunes -científicos, técnicos, afectivos, organizativos- 
por fuera de la explotación capitalista.
  13. ¿Cómo piensas una posible alianza entre lo digital y la dimensión “física” de la rebelión?
  Bifo.
 Las nuevas tecnologías han sido y siguen siendo herramientas para la 
ampliación de la comunidad, aunque sólo virtual, y para la coordinación 
de iniciativas y acciones a nivel global. Pero sólo la presencia física y
 territorial puede activar la empatía y la solidaridad. Al mismo tiempo,
 en términos de eficacia, las acciones más exitosas en términos de 
sabotaje del dominio imperial han sido acciones como las de Assange y 
Snowden que se desarrollan en la dimensión digital. La acción subversiva
 es muy eficaz cuando se desarrolla en la esfera digital, cuando se 
infiltra en el interior de la dimensión algorítmica del capitalismo.
 
 14. En España, varios dispositivos más o menos “partidarios” surgidos a
 partir del 15M apuntan a “tomar el poder político” en sus diferentes 
escalas (nacional, regional, municipal), aprovechando un vacío creado 
por la deslegitimación radical del sistema de partidos instalado en la 
Transición española, ¿qué papel crees o imaginas que pueden tener las 
instituciones estatales en la promoción del cambio social que proyectas 
en el libro?
  Bifo.
 Las nuevas organizaciones políticas, como Syriza y Podemos, pueden ser 
muy útiles para la resistencia de los trabajadores, para la 
supervivencia en condiciones de empobrecimiento y disgregación social. 
Pero no creo que puedan hacer mucho contra el poder financiero, ni para 
favorecer la liberación de las energías intelectuales del trabajo por 
fuera de la dominación capitalista.
 La frase  "yes, we can"
 de Obama fue más un exorcismo contra la impotencia de la política y de 
la voluntad que un programa. El hecho de que la máxima autoridad mundial
 diga “podemos” es el signo de que algo no funciona, un sentimiento de 
impotencia que la política no puede admitir pero que es evidente. Seis 
años después de su primera victoria, Obama tiene que reconocer que no 
puede salir de la “guerra infinita” bushista, que no puede parar la 
devastación del medio ambiente, que no puede modificar la tendencia 
hacia la concentración de la riqueza.
 No podemos, esa es la verdad. El tiempo de la voluntad y de la política
 se acabó. Tenemos que desplazar la energía social hacia una dimensión 
que no es ni la democracia representativa ni la subversión política, 
sino la imaginación de nuevas formas de organización del conocimiento y 
de la producción, la creación de una plataforma técnica y política para 
la auto-organización de la inteligencia colectiva (fuerza productiva 
principal del tiempo presente).
 
 15. Creo que para tí la política consiste en una “mutación 
antropológica” (como decía Pasolini, aunque él la temía). ¿Cómo se puede
 pensar esa “mutación antropológica” por fuera del esquema 
revolucionario tradicional del “Hombre nuevo” que ha causado tantos 
estragos en el siglo XX?
  Bifo.
 Pasolini temía justamente la mutación antropológica producida por el 
capitalismo tecnológico y global, y su miedo tenía buenas razones. Nos 
encontramos en la situación de uniformización y de violencia psíquica 
interindividual que él presagiaba hace cuarenta años. Tenemos que 
imaginar una salida antropológica de la mutación antropológica 
uniformizadora que impone el capitalismo global, pero una salida 
distinta a la del siglo XX.
 Las utopías de la modernidad se fundaron sobre la exaltación 
testosterónica de la juventud. Fueron utopías violentas y esperanzadas 
(esto es, en última instancia desilusionantes, consagradas al 
arrepentimiento). Nuestras fuerza ya no puede basarse en el ímpetu 
juvenil, la agresividad masculina, la batalla, la victoria o la 
apropiación violenta, sino en el gozo de la cooperación y el compartir. 
Reestructurar el campo del deseo, cambiar el orden de nuestras 
expectativas, redefinir la riqueza, es tal vez la más importante de 
todas las transformaciones sociales.
 
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