lunes, 14 de enero de 2013

La vida como propiedad emergente

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Para la mayoría de los biólogos, las propiedades emergentes sólo adquieren interés al nivel de la complejidad de los sistemas vivos (tejidos, órganos, autonomía biológica, autorreproducción, comportamiento de insectos sociales y demás). La biología ofrece incontables ejemplos donde el incremento de complejidad va acompañado del surgimiento de sofisticadas propiedades emergentes. Si consideramos un panal real, cada abeja parece comportarse como un elemento independiente, actuando aparentemente por su cuenta, pero el conjunto de la población de abejas compone una estructura colectiva altamente sofisticada. Lo mismo puede decirse de un hormiguero o cualquier otro tipo de sociedad de insectos. Otro ejemplo sería el vuelo en formación de las aves migratorias como ejemplo de "inteligencia colectiva". Otro fenómeno muy interesante, que pertenece a la autoorganización de sistemas vivos "más simples", es el "sentido de quórum". Se trata de un mecanismo de señalización dependiente de la densidad celular que emplean muchas especies bacterianas. Por encima de cierto umbral de concentración celular, aparecen nuevas propiedades colectivas en la colonia que no se manifestaban a densidades celulares menores. El sentido de quórum controla varias funciones importantes, incluyendo la producción de factores de virulencia o la formación de películas bacterianas, así como la capacidad de infectar organismos superiores, como en Pseudomonas aeruginosa, o la biolumniscencia, como en Vibrio fischeri. Básicamente es una señalización intercelular basada en la producción de moléculas especiales que activan genes, que a su vez producen ciertas proteínas.
En todos estos casos vamos a parar a una idea ya considerada, y es que las pautas regulares de autoorganización no obedecen a ninguna imposición de reglas externas. Se trata de patrones de autoorganización complejos, pero sin ningún centro organizador localizado.
De hecho, este concepto de la autoorganización y las propiedades emergentes como una colectividad conjuntada, sin un centro organizador localizado, está siendo objeto de escrutinio en las ciencias cognitivas: varios especialistas convienen ahora en que la misma noción del "yo" es una propiedad emergente que surge de la yuxtaposición de emociones, memoria, pensamientos, recuerdos, etcétera. De acuerdo con esta idea, el "yo" no está localizado en ninguna parte, sino que sería un patrón organizado sin centro.

....Lo que hay son las diferentes funciones y componentes que se combinan y juntos producen un ego transitorio, no localizable, que sin embargo, se manifiesta como una entidad percibible [..] nunca descubriremos una neurona, un alma o alguna esencia central que constituya el yo emergente de cualquier persona (Fancisco Varela)
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La vida emergente
Pier Luigi Luisi

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