Idil Eser, directora de Amnistía Internacional, detenida en Turquía. EL MUNDO |
"Los fiscales turcos han tenido doce días para afirmar lo obvio: que estos diez activista son inocentes. La decisión que ha procedido demuestra que la verdad y la justicia se han vuelto completamente ajenas en Turquía", ha denunciado el secretario general de Amnistía, Salil Shetty, en un comunicado postrero a la decisión judicial, emitida en la madrugada del martes tras los interrogatorios. "No es una investigación legítima, sino una caza de brujas políticamente motivada que traza un futuro aterrador para los derechos en Turquía".
Amnistía Internacional cree que su directora local y su presidente en Turquía, Taner Kiliç - encarcelado desde el cinco de junio pasado acusado de pertenecer a la cofradía del predicador Fetüllah Gülen - están siendo procesados por los contactos establecidos durante su trabajo habitual en defensa de los derechos humanos. Según Amnistía, una de las liberadas bajo fianza, Ilknur Üstün, está acusada de haber pedido fondos "a una embajada" para un proyecto sobre "igualdad de género, participación en políticas y reporterismo".
"Lo que aprendemos hoy es que defender los derechos humanos se ha convertido en un crimen en Turquía", ha afirmado a la agencia AFP el investigador de Amnistía Andrew Gardner. En la redada del cinco de julio, en un hotel de la isla turística de Büyükada, los agentes detuvieron a los activistas y al responsable del establecimiento, liberado poco después. La Fiscalía relaciona a los encarcelados con tres organizaciones armadas sin relación entre ellas, una de las cuales es la acusada del golpe de Estado de hace un año.
Entre quienes seguirán en prisión, a la espera de juicio, están Günal Kursun y Veli Acu, de la Asociación de la Agenda de Derechos Humanos, Özlem Dalkiran, de la Asamblea de Ciudadanos y los extranjeros Ali Gharavi y Peter Seudtner, ambos consultores en seguridad de la información. Este tipo de oficios despiertan el recelo de las autoridades, quienes se han acostumbrado a señalar en público, como "espías" al servicio de intereses extranjeros, a periodistas o activistas foráneos. Cuatro activistas fueron liberados bajo fianza.
"Lo que es claro como el agua, cien por cien claro, es que se trataba de un taller sobre derechos humanos rutinario, el tipo de taller que se realiza por toda Turquía, de hecho un taller que se realiza por todo el mundo", ha asegurado Andrew Gardner, quien dice haber visto a su colega Idil Eser "en buen estado de ánimo". Amnistia ha instado este martes a los líderes mundiales a "dejar de morderse la lengua y actuar como si no pasara nada".
Fuente: http://www.elmundo.es/internacional/2017/07/18/596de9eb22601d12238b4615.html
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