viernes, 21 de julio de 2017

83 heridos, entre ellos uno en coma, en la manifestación del Rif prohibida por Marruecos

 La policía utilizó bombas de gas lacrimógeno contra la población durante siete horas
Un periodista de Rabat, detenido por "incitar a participar en la manifestación"
Los manifestantes pedían la liberación de los activistas encarcelados, la desmilitarización del Rif y derechos sociales

La policía lanza gas lacrimógeno durante una manifestación en la localidad de El Hoceima, Marruecos. Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes marroquíes dejaron al menos 83 personas heridas en nubes de gases lacrimógenos y enfrentamientos en una manifestación no autorizada contra la desigualdad y la corrupción. (
La policía lanza gas lacrimógeno durante una manifestación en la localidad de El Hoceima, Marruecos. Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes marroquíes dejaron al menos 83 personas heridas en nubes de gases lacrimógenos y enfrentamientos en una manifestación no autorizada contra la desigualdad y la corrupción. ( AP / Teresa Di Campo

"Esto lo vamos a llevar hasta el final, y si tenemos que llegar a la situación de Siria lo haremos", sentenció duramente Hamadi, uno de los manifestantes de la marcha de Alhucemas del 20 de julio cuando la policía arrojó la primera bomba de gas lacrimógeno en el centro de la ciudad.

El lanzamiento de gases se sucedió a lo largo de la tarde y noche. Los vecinos colaboraron desde sus casas lanzando cebollas por las ventanas o bajando coca-colas para combatir los efectos de los gases en la piel, ojos y fosas nasales. Una sociedad acostumbrada a lidiar con estas situaciones como recordaba Hamadi, "esto ya lo viví en la sublevación de 1958 y en la Revuelta del Pan".

Los manifestantes no se rindieron y continuaron en las calles tapados con pañuelos o mascarillas, bajo gritos que pedían la liberación de todos los presos y desmilitarización del Rif, criticando al Majzén -oligarquía cercana al monarca- y condenando la represión.

Alhucemas comenzó la tarde del jueves en calma tras el cierre de todos los negocios. En el centro algunos ciudadanos sentados en los cafés convivían con las fuerzas del orden. Cada esquina, se parapetaba policía nacional y antidisturbios. De repente grupos de jóvenes empezaron a bajar corriendo por distintas calles coreando las insignias del Movimiento Popular del Rif. La manifestación prohibida por las autoridades seguía adelante.

No habían pasado ni quince minutos y un oficial de policía llamó a dispersar la marcha y recordó con un altavoz los reglamentos que prohíben las manifestaciones y marchas no autorizadas. Tres recordatorios, y la policía intervino para dispersa la multitud. Los jóvenes se dividieron en grupos y siguieron adelante. A la salida de las mezquitas se unieron las personas que estaban rezando la oración de Al-Asr.

No hubo una única marcha el 20J porque los activistas no lograron reunirse en la plaza Mohamed VI, rebautizada como la plaza del pueblo o de los mártires, completamente sitiada por la policía. Las autoridades dificultaron también el acceso a internet, instrumento de comunicación de los activistas.

De hecho los miembros del Hirak habían hecho un llamamiento a la población para que dejaran abiertas las wifis y tener una mayor cobertura. Sin embargo, la red iba y venía, además en momentos de máxima tensión era imposible hablar incluso por teléfono.

Así que las protestas se celebraron en varios barrios a partir de las 16 horas con itinerarios improvisados y a medianoche seguía la nube de gas alrededor del hospital.

Un manifestante es ayudado durante una manifestación en la ciudad norteña de El Hoceima, Marruecos, el jueves 20 de julio de 2017. Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes marroquíes dejaron al menos 83 personas heridas en nubes de gas lacrimógeno y peleando en una manifestación no autorizada. Desigualdad y corrupción.
Una manifestante es ayudada durante la marcha en la ciudad norteña de Alhucemas, en Marruecos. Foto AP / Teresa Di Campo
"La policía actuó aplicando la ley"
En respuesta a las críticas en las redes sociales, fuentes cercanas al Gobierno respondieron, "la policía actuó aplicando la ley. La gente debería estar en casa en vez de salir a la calle en una manifestación".
Efectivamente, salir este jueves a la calle el jueves en Alhucemas parecía un delito. Las fuerzas del orden cargaron indiscriminadamente contra todas las personas que se manifestaron sin tener en cuenta la edad o su condición, si eran o no activistas.

Del recuento de 83 heridos oficiales, la prefectura local asegura que 72 de ellos son miembros de las fuerzas del orden "en grado más o menos grave". Según estos datos oficiales, solo once manifestantes están heridos, y ya pasaron por la comisaría. Todos recibieron el alta médica excepto dos heridos graves, un policía y un miembro de la Seguridad Nacional, según informa la agencia MAP.

Las autoridades locales justifican el uso de gas lacrimógeno porque los activistas "lanzaban piedras contra la policía". También denuncian desperfectos materiales, dos vehículos quemados en Adjir, un pueblo cercano a Alhucemas, según fuentes oficiales.

El bombardeo de gas se mantenía a medianoche cerca del Hospital Mohamed V de Alhucemas, a donde era imposible acceder. En este centro sanitario entró en coma un manifestante herido en la cabeza, supuestamente "de una pedrada", y posteriormente fue trasladado al aeropuerto de Rabat en helicóptero. Desde el Hirak aseguran que "ha fallecido por el impacto del casquete de una bomba de gas".

La mujer que tomó el relevó del líder Nasser Zafzafi tras su detención, Nawal Ben Aissa, también tuvo que ser atendida en urgencias tras recibir golpes en el estómago.

El número de detenidos es indeterminado, entre ellos está confirmado el arresto del periodista Hamid El Mahdaouri del portal de información baldi.info, acusado de haber "incitado supuestamente a asistir a la manifestación a pesar de haber sido prohibida por las autoridades". Sin embargo, la línea editorial de este medio marroquí es cercana al pueblo rifeño mostrándose muy critico con los ministros implicados en los sucesos y detenciones en Alhucemas desde la muerte del vendedor de pescado Mohcine Fikri.

El abogado de los detenidos del Hirak, Mohamed Ziani, considera que "en todo esto hay una falta de inteligencia política", y tiene claro que el único que lo puede parar es el monarca Mohamed VI. El letrado no pierde la esperanza de un indulto real con motivo de la Fiesta del Trono el 30 de julio. Sin embargo, fuentes cercanas a Interior niegan a este medio que se vaya a dar la gracia real a los presos del Hirak, aunque no descartan la liberación provisional por problemas de salud de la única mujer presa, Salima Ziani, más conocida como 'Silya'.

El miércoles el fiscal redujo la pena de los detenidos en la ciudad de Alhucemas de 18 a 7 meses con "un propósito político", aseguró el abogado en una entrevista telefónica con eldiario.es.

El casi medio centenar de presos en la cárcel de Oukacha en Casablanca abandonaron la huelga de hambre el martes, víspera de la marcha del 20J.

Alhucemas sobrevive acorralada
Acceder a la ciudad no resultó sencillo. A las obras en las carreteras y los controles habituales a las entradas y salidas de las poblaciones, se sumaron los controles extraordinarios de la policía, que sigue siendo numerosa en la región, para evitar la concentración en Alhucemas.

Los taxis se unieron al boicot y no aceptaron a viajeros que quisieran unirse a la marcha porque las autoridades les habían amenazado con retirarles la licencia. Para llegar desde Nador, a solo una hora y media, fue necesario pasar al menos 5 ó 6 controles donde había que identificarse, además de dejar los datos personales previamente en la prefectura de policía.

Desde Largüi, un pueblo cercano a Nador, se quejaron en un vídeo difundido en Facebook de no poder viajar para unirse a las protestas. Después de comprar el billete de autobús, la policía les retuvo el carnet de identidad, y quedaron "atrapados".

Los jóvenes se las ingeniaron para unirse a la protesta. Desde Tamsaman llegaron pateras al puerto de Alhucemas con activistas. Otros grupos lo hicieron a pie atravesando las montañas del Rif.

Rostros conocidos del mundo de la cultura, como el director de cine Kamal Hachkar, también respiraron los gases. El realizador se manifestó en el centro de la ciudad para expresar su "solidaridad con las reivindicaciones del Rif, que son las reivindicaciones de todos los marroquíes, una mejor justicia social, más educación, más cultura, e igual acceso para todo el mundo", explicó a eldiario.es.
Llegó desde Marrakech y se mostró solidario con las familias de todos los detenidos desde el 26 de mayo. "Espero que la manifestación permita hacer entender a las autoridades que hace falta que liberen a todos los prisioneros sin excepción porque Marruecos necesita a estos jóvenes".


No hay comentarios:

Publicar un comentario