jueves, 8 de junio de 2017

El descubrimiento del mulero


Milton Humason, codescubridor del universo en expansión en el observatorio del monte Wilson
La historia del Big Bang se ha contado muchas veces, y por lo general empieza con el astrónomo Edwin Hubble. Pero me parece que Hubble ya ha recibido muchos reconocimientos bien merecidos, entre ellos el nombre en el gran telescopio espacial, de manera que prefiero empezar la historia con otra persona: con un muchacho que dejó la escuela a los catorce años para conducir una recua de mulas y que no tenía otra educación formal.
   Su nombre era Milton Humason, y había nacido en Minnesota en 1891, solo dos años después del nacimiento de Edwin Hubble. Habiéndose quedado prendado del monte Wilson cuando participaba en un campamento de verano por encima del pueblecito de Los Ángeles, Humason abandonó el instituto y se fue a trabajar allí como mulero: conducía una recua de mulas en una época anterior a aquella en la que el transporte mediante camiones se hiciera importante.
   La inversión térmica atmosférica responsable hoy en día de la neblina fotoquímica de Los Ángeles hace que el aire por encima de la inversión sea particularmente estable e ideal para las observaciones mediante telescopios astronómicos, y el gran telescopio de cien pulgadas se estaba instalando en el monte Wilson, por encima de la inversión. Completado en 1917, sería el instrumento astronómico número uno durante los treinta años siguientes. Milton Humason fue contratado con sus mulas para contribuir a transportar madera para el observatorio hasta la cima de la montaña, y probablemente nunca imaginó lo que sucedería.
   Mientras transportaba madera, Humason se enamoró de Helen Dowd, la hija del ingeniero jefe del observatorio. Se casaron, y dos años más tarde Humason consiguió un trabajo modesto en la montaña como portero del observatorio. Fascinado por lo que los astrónomos hacían, se prestó voluntariamente a ayudar a los asistentes nocturnos a revelar las placas fotográficas hechas mediante el telescopio. Después, se convirtió en asistente nocturno. Humason adquirió pronto tal habilidad técnica que el director del observatorio, George Ellery Hale, lo hizo miembro permanente del personal en 1919, un éxito sin precedentes para alguien que había abandonado los estudios en el instituto, pero el criterio de Hale pronto se vería vindicado.
   En 1915, dos años antes de que el telescopio de cien pulgadas estuviera terminado, Einstein publicó su teoría general de la relatividad. El concepto de Einstein de que los cuerpos voluminosos como planetas, estrellas y galaxias distorsionan la geometría del espacio-tiempo sigue siendo la base para comprender la gravedad, pero no exactamente de la forma que él propuso. Aunque en la actualidad parece desconcertante, Einstein estaba convencido de que el universo es estático y ahistórico: no se expande ni se contrae, y las estrellas se hallan permanentemente fijas en su posición.
   Al ser el instrumento astronómico más potente de todos, capaz de ver más allá que ningún otro telescopio, el telescopio de cien pulgadas del monte Wilson era el lugar en el que poner a prueba si el universo es estático. Edwin Hubble era la persona adecuada para la tarea, pero según todos los testigos no era un observador hábil y no era capaz de hacer por sí mismo las mediciones necesarias. Afortunadamente, tenía a Milton Humason para trabajar conjuntamente.
   Lo que Humason y Hubble encontraron cambiaría radicalmente nuestra comprensión del universo. Una noche tras otra, Humason dirigía el gran telescopio a galaxias situadas más allá de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, y medía la rapidez con la que se movían hacia nosotros o alejándose de nosotros (empleando el "desplazamiento hacia el rojo" de las líneas de absorción en el espectro de su luz) y estimaba la distancia a la que se hallaban de nosotros, que era muy difícil de medir con precisión. Las líneas espectrales demostraban que todas las galaxias, excepto las más cercanas, se mueven alejándose de nosotros, y que más lejos se hallan, más rápidamente retroceden. Esto parecería indicar que nos hallamos en el centro de todo, pero en realidad cualquier astrónomo de cualquier galaxia vería lo mismo se el universo se expande, y esto es de hecho lo que ocurre.
   A este descubrimiento e le llama "expansión de Hubble", y a la relación entre la tasa de retroceso de la galxia y la distancia de la misma se la denomina "constante de Hubble", porque Hubble solo puso su nombre en el artículo de 1929 sobre el descubrimiento. Pero es evidente que era una colaboración, porque el artículo inmediatamente anterior al de Hubble en los Preceeding of the National Academy of Science, que se basaba en unas pocas galaxias cercanas, es de Humason, y en él se da la tasa de retroceso más elevada para una galaxia más distante. Me parece que los astrónomos debieran denominarlas "expansión de Hubble-Humason" y "constante de Hubble-Humason".
   En un universo en expansión, si pudiéramos retroceder en el tiempo las galaxias se acercarían cada vez más unas a otras, hasta que todas las galaxias y todo el espacio entre ellas quedarían confinadas a una bola diminuta, y esto fue el Big Bang, hace casi 14.000 millones de años. Por lo general se describe el Gran Estallido como una explosión, aunque no como aquellas con las que estamos familiarizados. No fue una explosión dentro del espacio, como la de un petardo, sino una explosión del espacio y de la materia e incluso del propio tiempo, ninguno de los cuales existía hasta que tuvo lugar la explosión [...]
   El universo en expansión fue sin lugar a dudas uno de los mayores descubrimientos científicos, de modo que ya es hora de dejar de pensar en Milton Humason como el mulero y el portero que abandonó los estudios de sus primero años y recordarlo en cambio como el científico realmente grande en que se convirtió. Y, de hecho, en 1950 se convirtió en el doctor Humason, cuando recibió un doctorado honoris causa por la Universidad de Lund, en Suecia. [...]. Un doctorado honorario reconoce toda una vida de gran trabajo efectuada por un científico maduro. Quizá ninguno era más merecido que el doctorado que recibió Milton Humason, porque fue su trabajo con Hubble el que, después de una larga controversia, acabó por establecer que el universo no es eterno: es de edad finita, y tiene una historia.


Walter Alvarez

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