lunes, 5 de enero de 2015

Uruguay, el pequeño país que está liderando una gran revolución energética

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Los proyectos de infraestructura no convencional de energía renovable son sólo la punta del iceberg de la revolución de la matriz energética uruguaya. ¿Cómo están consiguiendo transformar su modelo energético?

Históricamente, muchos países que dependen de la generación hidroeléctrica necesitan acudir a otras fuentes en época de sequía. Ese fue el caso de Uruguay, o al menos lo fue hasta hace poco. Todo comenzó a cambiar cuando a fines de la década pasada el país lanzó una nueva política energética que obtuvo el apoyo de los principales partidos políticos. Desde entonces, Uruguay ha avanzado enormemente hacia la meta de convertirse en un país en el que el 50% de la energía global primaria utilizada sea renovable.
Con este objetivo en mente, se fueron implementando una serie de acciones para ir modificando la matriz eléctrica y promover el uso de energía eficiente en el país. Éstas incluyeron la promoción de energía renovable no convencional, la incorporación de generación de energía eléctrica a partir de biomasa, mejoras en eficiencia energética y el apoyo a la energía solar.

Uruguay cuenta en la actualidad con un 43% de la energía proveniente de fuentes hidroeléctricas, un 36% térmica, mientras que el 21% restante proviene de fuentes de energías renovables varias y se encuentra en rápida expansión. Con 340MW instalado, la capacidad eólica está creciendo a gran velocidad: si bien hace pocos años era de tan sólo 40MW, en solo dos años más podría superar los 1000MW.

Esta transformación responde al conocimiento y a las obras de infraestructura que el país ha venido desarrollando, entre otros, con apoyo financiero del BID.  También se han apoyado una serie de estudios, incluidos algunos relacionados con el potencial de las mini-centrales hidroeléctricas, consultorías sobre eficiencia energética, potencial de co-generación, así como también estudios para la modernización de la enorme planta hidroeléctrica binacional de Salto Grande.

Además de apoyar en forma integral esta revolución del sector energético del país, el BID también está financiando con operaciones sin garantía soberana, varios parques eólicos que suman una capacidad combinada de más de 200MW y considerando el apoyo financiero para varios proyectos fotovoltaicos y para una importante planta de regasificación de GNL.

En tres años se espera que dos tercios de la capacidad instalada de generación eléctrica del Uruguay provengan de fuentes renovables y más de la mitad de ésta sean de fuentes renovables no convencionales. Esto no sólo beneficiará al usuario con precios más bajos, sino que también tendrá un impacto positivo sobre el medio ambiente.

Todos estos esfuerzos apuntan hacia la diversificación efectiva de la matriz eléctrica de Uruguay, una realidad que contribuirá a reducir las emisiones de CO2 a la vez que se mitiga la vulnerabilidad del sector eléctrico del país frente a las condiciones hidrológicas y a la fluctuación de los precios internacionales del crudo. Esto también se traducirá en mayor seguridad eléctrica para el país y en un superávit en la capacidad de generación eléctrica que podrá ser potencialmente vendido a países vecinos.

Sin duda, Uruguay tiene mucho que enseñar al resto de América Latina (y del mundo) en lo que a energía limpia se refiere.

Fuente:  http://blogs.iadb.org/cambioclimatico/2014/11/25/uruguay-el-pequeno-pais-que-esta-liderando-una-gran-revolucion-energetica/

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