Sobre la libertad de expresión y su instrumentalización política hemos conversado con el profesor de Periodismo en la Universitat de València, Guillermo López
Hoy se cumple una semana desde el atentado contra la revista satírica ‘Charlie Hebdo’ en el que murieron ocho de sus periodistas, entre ellos su director, Charb, y cuatro de los caricaturistas más conocidos de Francia. Tras la sacudida inicial han sido muchas las reacciones a escala mundial, algunas de ellas ciertamente desafortunadas. Aunque en la calle ha imperado, en líneas generales, la solidaridad y la defensa del derecho a la libertad de expresión.
En apenas siete días han corrido ríos de tinta en un sentido u otro. La responsabilidad de Europa como exportadora de terroristas, como aliada de países que financian el yihadismo a base petrodólares. La hipocresía de ciertos representantes políticos que no dudaron en salir en la foto mientras en sus respectivos estados se vulnera a diario el ‘sacrosanto’ derecho a expresarse libremente o las medida excepcionales dispuestas para prevenir ataques terroristas que se traducen, una vez más, en control y restricciones. Entre tanto, a muchos de nosotros nos han quedado algunas dudas. ¿Realmente alcanzamos a entender qué supone este derecho fundamental? ¿Está garantizado cómo tal en el estado español? Con Guillermo López, profesor de Periodismo de la Universidad de Valencia, hemos reflexionado sobre este tema y también hemos analizado el escenario político que nos espera este año.
Reflejabas en un artículo publicado el fin de semana la paradoja de enarbolar con una mano la bandera de la libertad mientras con la otra se han cerrado publicaciones como ‘Egin’ y ‘Egunkaria’. Actualmente, ¿quién coarta más la libertad de expresión, terroristas o gobernantes?
‘Charlie Hebdó’ es un semanario satírico que ha sido muy duro con el poder establecido, muy irreverente, con ataques que pueden ser excesivos o descarnados porque eso es ejercer la libertad de expresión también. Muchas de las cosas que decían los colaboradores del semanario sobre terrorismo o sobre el equivalente a la Familia Real (allí no hay) aquí se las habrían prohibido, hubieran generado verdaderos problemas de censura, como pasó en su día en Francia. De hecho así lo ha puesto de manifiesto un colaborador del semanario cuando explicaba que le hace vomitar ver el tipo de gente que se ha sumado ahora a los parabienes con la revista cuando esa misma gente les había ignorado durante décadas o había atacado a sus mismos principios. Estamos ante unos dirigentes que no entienden, o no quieren, que la libertad de expresión se ejerza con todas sus consecuencias sino que aprovechan cualquier excusa para limitarla. Es más, durante la manifestación en París teníamos a nuestro ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, abogando por reducir la capacidad de desplazamiento de las personas dentro de la Unión Europea. Desde el mismo momento en que se produce el atentado en Francia ya están intentando reducir las libertades en España. Aprovechan la coyuntura. Por eso, que se les llene la boca hablando de libertad de expresión me parece una desfachatez increíble, más cuando en España estamos sufriendo el endurecimiento de las leyes para limitar la libertad de expresión.
¿Te refieres a la Ley Mordaza?Me parece un caso emblemático y posiblemente inconstitucional en muchos de sus postulados. No poder fotografiar a policías en un espacio público, ¿eso dónde se ha visto?, o determinadas atribuciones otorgadas a la Policía para actuar contra las manifestantes. No es propio de un país democrático. Lo hacen ahora porque cuentan con el rodillo de la mayoría absoluta y porque saben que ningún gobierno de coalición lo permitiría a partir de noviembre, suponiendo que el PP siga. Un día después del atentado contra el semanario ‘Charlie Hebdo’ la Audiencia Nacional imputa al humorista Facu Díaz por un sketch donde se compara al PP con ETA. Estamos ante un caso que atañe directamente a la libertad de expresión. ¿Ese sketch sobrepasa los límites la libertad de expresión? Ni de lejos. Faltaría más que no se pueda hacer ningún tipo de comparación que sea hiriente con el poder. Pero en España citas la palabra terrorismo y todo es terrible. No puedes frivolizar ni mencionar a las víctimas aunque el poder sí puede ejercer el uso de la palabra terrorismo y atribuírselo a cualquiera. Recuerdo el caso de los terroristas de Twitter, capturaron a 25 personas que en teoría eran terroristas. Parece que aquí al final no vamos a poder decir nada. La libertad de expresión se ejerce utilizándola en ámbitos en los cuales molesta a muchas personas. Por eso tiene valor, si solo la ejerces cuando es una opinión dominante eso no es libertad de expresión, eso es una tiranía de la mayoría apelando a la libertad de expresión.
Aquí la ley antiterrorista que ha servido para cerrar publicaciones también se ha utilizado para que Arnaldo Otegui siga en la cárcel.Una vez leí en Twitter que ‘hace diez años decíamos que en democracia se puede defender todo, sin violencia’. Ahora no hay violencia en el País Vasco. ETA se rindió hace tres años, no hay violencia. Pero se sigue aplicando la ley antiterrorista contra los mismos, con más dureza si cabe. ¿Era un pretexto lo que se decía hace diez años? Pues eso parece, y es lo que tenemos ahora. Tenemos a un dirigente que ha formado parte del entorno de ETA, al que se puede asociar desde muchos puntos de vista al entorno de ETA, pero que también ha participado de un proceso de matización primero y después de rechazo de la violencia dentro del entorno terrorista. Un gobierno que quisiera arreglar el problema del terrorismo utilizaría a Arnaldo Otegui como interlocutor, como el Gerry Adams en el caso del País Vasco, pero aquí no. Aquí lo metemos en la cárcel durante años cuando muchos de los motivos por los cuales se le metió en prisión han sido tumbados.
Entre los líderes que asistieron a la manifestación del domingo en París estaba el primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. Durante las ofensivas en la Franja de Gaza del mes de julio murieron más de 10 periodistas.Así es. Había dos personas muy significativas. Una es Netayahu y la otra es el embajador de Arabia Saudí. El país que ha estado todos estos años financiando a los imanes en las Mezquitas que abogan por un tipo de Islam totalmente integrista y que al final propicia este tipo de terrorismo. Es delirante. Por un lado tienes a los defensores de la línea dura contra Palestina, que es el germen inicial del terrorismo islamista, entre otros factores. Y por el otro lado tienes a Arabia Saudí, y a otros países del Golfo Pérsico, cuyos fondos provienen de los pozos petrolíferos que desde hace décadas financian un modelo de Islam en Europa muy agresivo con occidente. Un modelo del que sale el caldo de cultivo en el que han crecido terroristas que han nacido en occidente. Y los tienes ahí defendiendo la libertad de expresión cuando son la antítesis de la libertad de expresión en todos sus efectos. En Arabia Saudí tenemos el caso de un periodista a quien se le está aplicando una condena de mil latigazos, a razón de 50 latigazos por semana, por ejercer la libertad de expresión a unos niveles que en Europa nos parecerían ridículos y el representante de este país participa en una manifestación por la libertad de expresión.
Más información: http://nonada.es/2015/01/guillermo-lopez-la-libertad-de-expresion-se-ejerce-utilizandola.html
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