martes, 10 de diciembre de 2019

Más de 500 periodistas de todo el mundo han firmado la declaración en defensa de Assange

La iniciativa internacional "Alza tu voz por Assange", impulsada por periodistas de investigación de Suiza, Nueva Zelanda y Croacia, cita al Relator Especial de la ONU sobre la Tortura, Nils Melzer: “Finalmente me di cuenta de que me había cegado la propaganda y de que Assange había sido sistemáticamente calumniado con el fin de desviar la atención de los crímenes que había denunciado" y "privarlo de sus derechos más fundamentales sin provocar la indignación de la opinión pública mundial".

Vergonzoso silencio en torno al calvario de Julian Assange
Julian Assange es sacado a rastras de la embajada de Ecuador en Londres por agentes británicos.
 Cientos de periodistas de todo el mundo –desde Estonia a Namibia y de Islandia a Bangladesh– han unido sus voces y sus plumas en una declaración internacional en defensa del fundador de Wikileaks, Julian Assange, quien lleva desde abril confinado en solitario en la cárcel de alta seguridad londinense de Belmarsh tras haber permanecido casi siete años recluido en la Embajada de Ecuador en Londres.

Assange está a la espera del juicio en febrero que debe decidir sobre la solicitud de extradición cursada por EEUU, donde es acusado de "conspiración" para infiltrarse en sistemas informáticos gubernamentales y podría ser condenado a 175 años de prisión, por haber difundido –a través de la plataforma de filtraciones Wikileaks– miles de documentos militares estadounidenses de Afganistán e Irak y cables diplomáticos del Departamento de Estado de EEUU. Los Diarios de la Guerra demostraron que el Gobierno de Estados Unidos había engañado a la opinión pública sobre sus actividades en Afganistán e Irak y había cometido crímenes de guerra.

WikiLeaks se asoció con un gran número de medios de comunicación de todo el mundo que reeditaron los Diarios de la guerra y los cables diplomáticos. Asimismo, Público participó como medio colaborador en las filtraciones de Wikileaks desde 2012 hasta 2016 en virtud de un M.O.U. de exclusividad rubricado entre Assange y el entonces director de este diario, Carlos Enrique Bayo, también firmante de la declaración internacional que ahora se difunde.

Las acciones legales en marcha contra Assange sientan un precedente extremadamente peligroso para periodistas y medios de comunicación y para la libertad de prensa. Así lo proclama esta declaración internacional, que incluye una cita del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la Tortura, Nils Melzer, quien investigó el caso:
"Finalmente me di cuenta de que me había cegado la propaganda y de que Assange había sido sistemáticamente calumniado con el fin de desviar la atención de los crímenes que había denunciado. Después de haber sido deshumanizado mediante el aislamiento, el ridículo y la vergüenza, al igual que las brujas que solíamos quemar en la hoguera, fue más fácil privarlo de sus derechos más fundamentales sin provocar la indignación de la opinión pública mundial. De este modo se está sentando un precedente legal por la puerta trasera de nuestra propia autocomplacencia, que en el futuro puede aplicarse y será aplicado también a las revelaciones que publiquen The Guardian, The New York Times y ABC News”.

Igual, claro está, que podrá ser aplicado a los medios de comunicación del mundo entero, que han reaccionado rápidamente sumando en este fin de semana al menos 509 firmas de los más prestigiosos reporteros, editores, directores y periodistas de investigación de todo el planeta; incluso de célebres whistleblowers (alertadores o denunciantes) como Daniel Ellsberg, quien fuera la fuente de la filtración a 17 periódicos de los Papeles del Pentágono, clasificados top secret.
Los impulsores de la iniciativa internacional se dirigen a sus colegas periodísticos de todo el mundo mediante una carta que comienza así:
 Julian Assange, editor de Wikileaks, ha sido acusado en virtud de la Ley de Espionaje de Estados Unidos por publicar los diarios de guerra de Afganistán e Irak y los cables del Departamento de Estado, documentos importantes que muchos de nosotros utilizamos y ayudamos a publicar en todo el mundo.

Este hecho sienta un precedente extremadamente peligroso para los periodistas, los medios de comunicación y la libertad de prensa. No queremos permanecer en silencio en este momento.

Invitamos a todos los periodistas y personas que desempeñan funciones relacionadas con el periodismo a ser parte de esta declaración global en defensa de Julian Assange. Por favor, lee la siguiente declaración, que explica por qué necesitamos pronunciarnos. Puedes firmarla aquí. (en inglés)

"En el núcleo del principio de la libertad de expresión"
En la declaración internacional por la defensa de Assange, los periodistas de decenas de países proclaman:
Nosotros, periodistas y organizaciones periodísticas de todo el mundo, expresamos nuestra profunda preocupación por el bienestar de Assange, por su detención continuada y por las draconianas acusaciones de espionaje contra él.

Este caso se sitúa en el núcleo del principio de la libertad de expresión. Si el Gobierno de Estados Unidos puede procesar a Julian Assange por publicar documentos clasificados, despejará el camino para que los gobiernos enjuicien a periodistas en cualquier parte del mundo, lo cual sentaría un peligroso precedente para la libertad de prensa a nivel mundial. Acusar de espionaje a quienes publican materiales proporcionados por filtradores es también una novedad que debería encender las alarmas de todos los periodistas y medios de comunicación.

En una democracia, deben poder revelar crímenes de guerra y casos de tortura y abuso sin tener que ir a la cárcel. Ése es, precisamente, el papel de la prensa en una democracia. A partir del momento en que los gobiernos tienen la capacidad de utilizar las leyes de espionaje contra periodistas y medios de comunicación, estos se ven privados de su forma tradicional y más importante de defenderse – de actuar en interés público –, que la Ley de Espionaje no permite ejercer.

Antes de ser trasladado a la prisión de Belmarsh, Assange pasó más de un año en arresto domiciliario y siete en la embajada de Ecuador en Londres, donde se le había concedido asilo político. En todo ese tiempo sufrió graves violaciones de sus derechos humanos, incluyendo el espionaje de sus conversaciones, protegidas por el secreto profesional, por parte de organizaciones a las órdenes directas de agencias estadounidenses. Los periodistas que le visitaban fueron sometidos a vigilancia constante. Se le restringió el acceso a la defensa legal y a atención médica, y se le privó de recibir la luz del sol y hacer ejercicio físico. En abril de 2019, el Gobierno de Lenín Moreno permitió a agentes de policía del Reino Unido entrar en la embajada y detener a Assange. Desde entonces se encuentra en aislamiento durante 23 horas al día y, según quienes lo han podido visitar, está “fuertemente medicado”. Su salud mental y física se ha deteriorado gravemente.

Ya en 2015 el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la ONU (ACNUDH) dictaminó que Assange había sido detenido de forma arbitraria y privado de su libertad, y exigió su liberación e indemnización. En mayo de 2019, el ACNUDH reiteró su preocupación y pidió que se le devolviera su libertad personal.

Hacemos responsables a los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido, Ecuador y Suecia de la violación de derechos humanos que ha sufrido el señor Assange.

Julian Assange ha hecho una destacada contribución al periodismo de interés público, la transparencia y la responsabilidad gubernamental en todo el mundo. Ha sido señalado y procesado por publicar información que nunca debería haberse ocultado a la opinión pública. Su trabajo fue reconocido en 2011 por el Premio Walkley por Contribución Destacada al Periodismo, el Premio Martha Gellhorn de Periodismo, el Premio Índice de Censura, el New Media Award de The Economist, el New Media Award de Amnistía Internacional y el Premio Gavin MacFayden de 2019, entre muchos otros. WikiLeaks también fue nominado en 2015 para el Premio Mandela de la ONU y siete veces para el Premio Nobel de la Paz (de 2010 a 2015 y en 2019).

La información sobre abusos y delitos proporcionada por Assange tiene una importancia histórica, como también la han tenido las contribuciones de informantes como Edward Snowden, Chelsea Manning y Reality Winner, que en la actualidad se encuentran en el exilio o en la cárcel. Todos ellos han sufrido implacables campañas de difamación emprendidas por sus adversarios, las cuales a menudo han conducido a la publicación de informaciones periodísticas erróneas y a la ausencia de atención y cobertura mediática sobre su difícil situación. La vulneración sistemática de los derechos de Julian Assange durante los últimos nueve años ha llamado la atención y activado las protestas del Comité para la Protección de los Periodistas, la Federación Internacional de Periodistas y las principales organizaciones de derechos humanos. Sin embargo, en el debate público se ha producido una normalización maliciosa de cómo ha sido tratado.

En el momento de escribir estas líneas, la declaración ya ha sido rubricada por eminentes personalidades mundiales de la comunicación como Noam Chomsky, del MIT; Mark Lee Hunter, fundador del Global Investigative Journalism Network; Giannina Segnini, directora de la Escuela de Periodismo de Columbia; Elena Vinogradova, directora de la plataforma rusa Open Media; Serena Tinari, presidenta de la plataforma suiza Investigativ.ch; Anthony Bellanger, secretario general de la Federación Internacional dee Periodistas (IFJ), y muchos más.

Igualmente, figuran entre sus firmantes los más destacados periodistas de investigación de muchos de los grandes medios de comunicación de los cinco continentes.

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