sábado, 3 de diciembre de 2016

Los más altos

Según el Libro Guiness de los récords, el hombre más alto del que se tiene constancia documental fue Robert Waklow, un americano que midió 2,72 m. Wadlow murió a los 22 años.

Ilustración Yolanda González

   Un detalle común a muchas personas de gran tamaño es que mueren a edad muy temprana, aquejados de graves problemas de salud. Además, en muchos gigantes es difícil medir la altura exacta pues tienen una curvatura patológica de la columna vertebral que les impide ponerse bien erguidos.
   Los animales que más llaman la atención a los niños son los grandes mamíferos africanos: leones e hipopótamos, elefantes y jirafas, rinocerontes y gorilas. No obstante, a menudo olvidamos un detalle evidente en la naturaleza: que la inmensa mayoría de las especies animales son pequeñas, diminutas o microscópicas. Nosotros somos, por así decirlo, una de las excepciones. Y sin embargo, no es así en las plantas. Son muchas las plantas de gran tamaño, considerablemente mayor que el de los animales, y  las llamamos árboles. De hecho, los árboles tienen un patrón específico de ramificación y una altura mínima en su madurez entre tres y seis metros. 
    Los árboles más altos de la Tierra son las secuoyas de la costa del Pacífico, una de las cuales ocupa el centro del claustro del Edificio Histórico de la Universidad de Salamanca. Según la leyenda, el plantón original lo trajo de tierras americanas como obsequio uno de sus antiguos alumnos: Hernán Cortés.
   Las diez especies más altas, son especímenes en pie correctamente medidos son las siguientes:

Secuoya (Secuoya sempervirens): 115,56 m, Redwood National Park, California, Estados Unidos

Eucalipto australiano (Eucalyptus regnans): 99,6 m, sur de Hobart, Tasmania, Australia.

Abeto de Douglas (Psudotsuga menziesii): 99,4 m, Brummit Creek, Coos Couty, Oregón, Estados Unidos.

Palisandro filipino (Pteresianthus quadrialatus): 96,9 m, Ausan del Sur, Mindanao, Filipinas.

Pícea de Sitka (Pice sitchensis) : 96,7 m, Prairie Creek Redwoods State Park, California, Estados.
  Unidos.

Secuoya gigante (Seqoiadendron giganteum): 94,9 m, Redwood Mountain Grove, Kings Canyon National Park, California, Estados Unidos.

Eucalipto común (Eucalytus globolus): 90,7 m, Tasmania, Australia.

Gomero de Manna (Eucalyptus viminalis): 90,7 m, Tasmania, Australia.

Shorea Faguetiana: 883m  Tawan Hills National Park, Isla de Borneo.

Fresno alpino (Eucalytus elegatensis) : 87,9 m, Tasmania, Australia.

   Tenemos que imaginar lo que significa para estas plantas subir una gota de agua desde el suelo, donde la absorbe la raíz, hasta más de 100m de altura. Todos los seres vivos están formados por células y todos los organismos tienen un sistema de incrementar su tamaño: aumentar el número de células. Las células del hígado de un ratón tienen un tamaño parecido a las del hígado de un oso, solo que el hígado del oso tiene muchas más células. Pero las plantas tienen, además, otro sistema de crecimiento del organismo que consiste en aumentar el tamaño de sus células. Las células vegetales pueden expandirse y convertirse en mucho más grandes que las células animales, que no tienen esta posibilidad.
   La razón por la que las células vegetales pueden alcanzar esos tamaños es porque tienen una envuelta especial, que es la pared celular. La pared actúa como una envoltura más o menos rígida.
  La célula empuja su pared desde dentro; así hace que se expanda y que la planta crezca. Además, la célula vegetal puede presentar grandes vacuolas en el interior con lo que tampoco necesita gastar mucha energía para ocupar su volumen con estructuras celulares; puede rellenar gran parte de ese volumen con agua.
   Un árbol crece par alcanzar la mayor altura posible, es una forma de superar a otros árboles adyacentes y conseguir la mayor cantidad de luz solar pero hay un máximo teórico de la altura que puede lograr y está determinado por las columnas de savia bruta que suben por el xilema. Por un lado, la gravedad tira del agua hacia abajo; además, la resistencia del rozamiento con las canalizaciones también le afecta, mientras que, por otro, la capilaridad y la evaporación en las hojas tira de la columna de savia hacia arriba. Es fundamental que la columna no se rompa. Por otra parte, el balance energético hace que a cierta altura sea mayor el gasto necesario para levar el agua que los beneficios de medir un poco más y tener hojas allí arriba. Se ha calculado que la longitud máxima está entre 122 y 130 m; ningún árbol puede alcanzar mayor altura, aunque algunos en zonas templadas y con alta cantidad e humedad, como los bosques de secuoyas de California, se acercan a esa altura máxima.
   Es difícil imaginar cómo seríamos los animales si nuestras células tuvieran pared. Perderíamos muchas funciones importantísimas, las neuronas no podrían funcionar si estuvieran envueltas por una pared, pero es posible que pudiéramos medir, nosotros también, 100 m de altura.
  




Botánica Insólita
José Ramón Alonso
Ilustraciones: Yolanda González

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