O Couto está situado al sur de la provincia de Ourense a una altitud de 900 mts |
Todavía hoy, al recorrer sus caminos y callejuelas, uno tiene la sensación de estar adentrándose en una tierra enigmática y singular que observa en secreto al forastero, examinándolo a distancia, con recelo. "Es natural -me explica el senador y escritor Luis García Mañá-. Vas paseando por uno de sus pueblos creyendo que no hay nadie y, en cambio, miras atrás y notas cómo se mueve una contraventana. Sin embargo, se trata de una costumbre típica de las gentes de la frontera que no es distinta en pueblos vecinos, ya que parte de la cultura antropológica de los pueblos de A Raia, sobre todo los doscientos veinticinco kilómetros de la frontera ourensana, tiene que ver con el contrabando. Es un modo de ser que se hereda y genera esa extraña sensación de secretismo".
Luis García Mañá, autor de los ensayos La frontera hispano-lusa en la provincia de Ourense y Couto Mixto: una república esquecida, entre otros títulos, es el principal responsable de la recuperación y divulgación de la historia del Couto Mixto, así como uno de los mayores expertos en el tema. Por supuesto, conoce la leyenda de la princesa que huía de sus enemigos a través de los bosques y las montañas y fue ocultada y auxiliada por los habitantes del valle, lugar al que concedió su especial estatus cuando llegó a ser reina, en señal de agradecimiento. No obstante, no le otorga ningún valor: "La tradición oral siempre tiene algún fundamento histórico, pero en este caso se han mezclado demasiadas cosas. La base de esa leyenda está en la historia de una dama noble gallega, Inés de Castro, de la que se dice que reinó después de muerta, y que ha dado en provocar una nueva fábula que, además, estos últimos años alguien se ha encargado de difundir, pero no tiene fundamentos reales. Yo no la suscribo".
Los pueblos pertenecen a los minicipios de Calvos de Randín y Baltar |
En realidad, el origen del Couto Mixto es desconocido, aunque se cree que su condición de "tierra de nadie" pudo deberse, en un principio, a una descripción imprecisa de las fronteras en el Tratado de Zamora, documento resultante de la conferencia de paz por la que Portugal alcanzó su independencia en el año 1143. Bajo la protección del Castelo da Picoña, una fortificación situada en la orilla izquierda del río Salas y destinada a la defensa de las poblaciones fronterizas conocidas como Terras da Picoña, el Couto fue poco a poco adquiriendo una serie de privilegios relacionados con su naturaleza sui generis que se mantuvieron a lo largo de los siglos.Y ello a pesar de que la portuguesa Casa de Bragança reclamaba su titularidad, de que su amparo correspondía al conde de Monterrei desde 1518 y de que, en lo religioso, dependía de la diócesis de Ourense. O, tal vez precisamente por todo ello.
Fueron muchas las tentativas de acabar con el estado privilegiado del Couto Mixto. Su existencia molestaba a los gobiernos de España y Portugal |
Entre esos privilegios se hallaban algunos especialmente llamativos y, en su mayoría, derivaban todos del hecho de que sus habitantes no estuviesen obligados a adquirir la nacionalidad portuguesa o española. Figuraban sin más, como "ciudadanos del Couto", no siendo, por tanto ni españoles ni portugueses; no estaban obligados a pagar impuestos a España ni a Portugal, ni a usar papel sellado ni a pagar derechos al Registro de la Propiedad. No podían ser apresados dentro del Couto ni en una legua a la redonda. No tenían por qué aportar hombres a los ejércitos español y portugués. En sus tierras no podían entrar las autoridades españolas y portuguesas -salvo en caso de delitos graves- y se podía negar alojamiento a las fuerzas militares de ambos países. A pesar del estanco sobre el comercio de determinados productos como el tabaco, su cultivo y mercado en el Couto eran libres. Y gozaban de una capacidad de autogobierno casi absoluta. De hecho, el poder normativo, ejecutivo y judicial recaía sobre un solo hombre, conocido como o xuíz-el juez-, que era elegido democráticamente cada tres años y contaba con la asistencia de los tres homes de acordo -hombres de acuerdo-, que representaban a cada una de las tres aldeas.
O xúíz |
Bajo esas condiciones, la tesis de Sarria cobra aún más fuerza. Tal vez, de haber existido una fuerte de riqueza más allá del contrabando, hoy el Couto no solo mantendría sus privilegios, sino que habría alcanzado, como Andorra, el estatus de entidad soberana. La reivindicación de su titularidad por parte de las casas de Bragança en Portugal y Monterrei en España fue, quizá, clave para que las monarquías correspondientes nunca se aviniesen a reconocer la independencia del Couto. Sin embargo, como explica Mañá en sus ensayos, esa independencia sí fue reconcida de facto desde el instante en que, mediante conciertos, se le concedió al Couto Mixto el derecho de asilo, una facultad que solo corresponde a países soberanos y nunca a territorios dependientes. "Al reconocer el derecho de asilo del Couto -me explica el senador-, se le está reconociendo, indirectamente, cierta autonomía. Sin embargo, nunca llegó a consolidarse como nación ante los estados limítrofes porque nunca llegó a alcanzar la madurez como para defender su posición frente a España o Portugal".
Para poder determinar con exactitud cuál era exactamente el estatus del Couto habría que revisar los documentos que dieron lugar a su origen y regulación, pero, por desgracia, estos fueron destruidos por las tropas francesas de Soult durante la guerra de la Independencia española, en el año 1808, cuando el mariscal y su ejército atravesaron el Couto en su huida tras ser derrotados por Wellington en la campaña de Portugal. Los archivos se hallaban en el arca das tres chaves -arca de las tres llaves-, custodiada en la iglesia de Santiago, que solamente se abría mediante la celebración de una ceremonia en la que participaban doce hombres, cuatro por cada pueblo, más los guardianes de las tres llaves, los homes de acordo, que las introducían a la vez en las cerraduras del arca en presencia del xuíz. Ante la negativa de los vecinos a abrir el cofre, los franceses lo destruyeron con todo lo que contenía, privándonos de la posibilidad de acceder a cualquier información que hoy fuese útil en la determinación de alguna suerte de régimen jurídico singular para el Couto Mixto.
A Hucha se cerraba con tres llaves, cada una guardada por uno de los tres pueblos (Santiago, Meaus e Louras), o Xuíz poseía una de ellas |
Luis García Mañá ha venido solicitando desde hace tiempo la doble nacionalidad para los habitantes del Couto:"Aunque sus vecinos no estuvieron del todo orgullosos de su pasado hasta que empezamos a destacar su verdadera historia y se dieron cuenta de la importancia que tuvieron y las posibilidades que no llegaron a aprovechar, me parece justo que se le conceda la nacionalidad portuguesa y española, como en su día se les concedió a los ciudadanos de Olivenza, en Badajoz". Como contrapunto, Sarria apunta: "La diferencia es que Olivenza es una villa con una población importante y el Couto son tres aldeas con una población muy pequeña. Olivenza tiene calles nombradas en portugués y muchos de sus habitantes se expresan perfectamente en portugués". El Couto Mixto hoy está mucho más desligado de Portugal de lo que está Olivenza y no tiene ni la dimensión geográfica ni la población suficiente como para albergar una masa crítica que pueda reivindicar nada. Mientras no se realice allí una inversión seria de ocio, en turismo o en repoblación, lo del Couto Mixto es puro romanticismo. Maravilloso, pero romanticismo al fin y al cabo.
El antropólogo del CSIC y ex director del Instituto de Estudios Mandianes es natural de Loureses, una aldea muy próxima al Couto Mixto. Charlando con él sobre las razones por las que nuestra historiografía no le ha dedicado más atención a una realidad tan singular, que poco a poco ha ido cayendo en el olvido, me comenta que "es difícil que los demás nos fijemos en un lugar al que ni siquiera sus propios habitantes le otorgan importancia. La gente del Couto lo que quiere es vivir tranquila. Con el otro lado de la frontera se siguen manteniendo relaciones comerciales y personales, de hecho, hay matrimonios formados por españoles y portugueses, pero a nadie le preocupa que la historia del Couto conste en los archivos históricos. Porque en el fondo, en esa zona, durante la época en que se extinguió su estatus diferenciado, la mentalidad seguía siendo un poco feudal. Lo único que querían era vivir en paz. Y aún hoy es una historia que sus descendientes conocen, sí, pero no en profundidad. La gente conmemora el Couto Mixto, se reúnen, hacen fiestas, pero solo porque unos cuantos intelectuales que no tenemos otra cosa que hacer nos hemos propuesto rescatar su historia".
En términos similares, Paco Sarria opina que, en general, no le damos valor a nuestro propio pasado hasta que alguien empieza a otorgarle relevancia, como ha ocurrido con la Asociación de Amigos del Couto Mixto, pero añade que "en el caso de esa zona, además, siempre se ha producido muchísima emigración, de modo que la gente que podía contar o sostener su propia historia se ha ido a trabajar fuera. Aunque al final la mayoría suelen regresar, si los propios vecinos no están allí, nadie se va a preocupar de contar su historia, por mucho que se mantenga en la tradición oral".
Hoy en Couto Mixto está integrado en territorio español en su casi totalidad. En el año 1864, en la Comisión Mixta de Demarcación y Límites, el secretario portugués propuso hacer coincidir la frontera con el cauce del río Salas, por lo que Meaus quedaría en el lado español y Santiago y Rubiás en el portugués. Los representantes españoles alegaron que según eEl Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y posesiones de ultramar de Pascual Madoz, los tres pueblos pertenecían a los distritos de Xinzo de Limia y Baltar, por lo que debían seguir permaneciendo en España. Finalmente, se llegó a un acuerdo en virtud del cual los Pueblos Promiscuos pasaban a ser enteramente portugueses y el Couto Mixto español, salvo por una pequeña franja de terreno en su parte sur.
Sin embargo, a pesar de su adjudicación a España, todavía hoy se experimenta una sensación extraña, cuando uno se adentra en el Couto Mixto y recorre el camiño privilexiado desde Santiago hasta Tourém. Como si dos realidades distintas pero inescindibles como la española y la portuguesa se solapasen en algún punto del trayecto y la frontera que lo atraviesa tuviese, en cierta forma, algo de inexplicable y trascendental. Tal vez, como se ha dicho, esa atmósfera enigmática sea solo la herencia de los años de contrabando, adherida para siempre a antiguas sombras tras las ventanas. O tal vez se trate, sencillamente, de los ecos de viejas magias gallegas perdidas para siempre con el arca de las tres llaves.
Por Manuel de Lorenzo
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