El estigma que rodea a la menstruación existe y en algunas partes del
mundo impide que las mujeres sigan su rutina, hasta el punto de poner
en riesgo su salud.
Según la ONU, en algunas zonas de Nepal cuando una mujer o una chica tiene la regla
se la considera "impura".
Por lo tanto, las mujeres tienen prohibido realizar actividades
normales como, por ejemplo, comer con sus familias, entrar en un templo o
manipular alimentos. En algunas regiones, a las mujeres se les obliga a
vivir en establos mientras tienen el periodo.
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Uttara Saud, de 14 años, en un establo al oeste de Nepal. Las
tradiciones de algunas zonas de Nepal apartan a las mujeres de la
sociedad cuando tienen la regla. Tienen que dormir en establos, no
pueden entrar en otras casas o templos, no pueden utilizar los
suministros de agua públicos, no pueden ir a festivales ni tocar a
nadie. |
Estas costumbres no sólo afectan al bienestar emocional de las chicas
sino también a su salud física: según WaterAid, las mujeres que viven
en estas zonas
suelen tener menos acceso al agua cuando tienen la regla. Esto aumenta el riesgo de infección por culpa de la mala higiene durante la menstruación.
Además,
la falta de acceso a instalaciones sanitarias y a productos de higiene
femenina en los colegios provoca que muchas niñas
no vayan a clase durante esos días, o que incluso dejen el colegio.
Nepal no es el único lugar en el que se tiene esta actitud hacia la menstruación: muchos
países del mundo,
desde Malaui a Bolivia, tienen políticas o costumbres —como tratar a la
menstruación como un tema tabú— que discriminan a las mujeres por una
función corporal inevitable y completamente normal.
Por eso, un
grupo de niñas de Nepal ha decidido atraer la atención sobre este tema
con un proyecto junto a la ONG WaterAid. Tomaron fotos de todas las
situaciones en las que se las margina cuando tienen la regla, de objetos
que no pueden tocar o sitios en los que no pueden entrar, para
demostrar lo terrible de este rechazo.
Estas fotos muestran la discriminación hacia la mujer que causan los tabúes que rodean a la menstruación.
1. Manisha fotografía el agua que no puede tocar
"Hice esta foto mientras mi tía recogía agua. El agua es muy
importante para el cuerpo, para la vida y para la higiene. Si tenemos la
regla y alguien está cogiendo agua, no podemos tocarla. Tenemos que
esperar haciendo cola hasta que todo el mundo haya acabado. Cuando
volvemos a casa ya está oscuro y a veces es difícil acabar los deberes
sin luz. En estas situaciones siento impotencia y como si tuviera las
manos atadas porque lo único que puedo hacer es quedarme parada y mirar.
Durante esos días quiero rebelarme contra esas creencias tan sesgadas".
—Manisha Karki, 14 años.
2. Bandana fotografía a sus familiares, con quienes no puede comer
"Estas son mi madre y mi hermana. Mi madre le da de comer a mi
hermana con mucho cariño. A mí también me quiere mucho, pero cuando
tengo la regla me separan y tengo que comer apartada. Si nadie me toca,
siento que nadie me quiere. Necesitamos cariño y apoyo durante el
periodo pero, cuando me separan y me tratan como si no pudieran tocarme,
no siento cariño por parte de mis padres, sólo percibo odio. Me pone
triste". —Bandana Khadka, 15 años.
3. Sushma fotografía un espejo, donde a las chicas se les prohíbe mirarse
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En algunas regiones, las niñas no pueden mirarse en el espejo ni peinarse una vez que les viene la regla.
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"En esta foto hay un espejo y un peine. En nuestra sociedad, una vez
que las niñas tienen la regla, no pueden mirarse en el espejo ni
peinarse. Creo que no está bien. Mi familia no sigue esa tradición, pero
tengo amigas cuyas familias son muy estrictas, por lo que la mayoría de
ellas no pueden mirarse en un espejo. Si mis amigas pudieran vivir en
un entorno sin limitaciones relacionadas con la menstruación y
recibieran más apoyo por parte de sus familias, podrían ser más libres y
explorar más oportunidades". —Sushma Diyali, 15 años.
4. Manisha fotografía la comida que no puede cocinar
"Es una foto de mi cocina. Mi madre acaba de cocinar sel-roti.
Me encanta, pero cuando tengo la regla no puedo entrar en la cocina.
Tampoco puedo tocar nada relacionado con la cocina: ni los materiales,
ni la comida ni los utensilios. Tampoco puedo comer sel-roti.
El resto de los días, cuando no tengo el periodo, trabajo y como en la
misma cocina, por lo que me entristece comer separada. Siento que soy
una marginada, como una desconocida que no forma parte de la familia".
—Manisha Karki, 14 años.
5. Bisheshta fotografía el lugar en el que se lavó después de su primera menstruación, cuando la obligaron a irse de casa
"Este es el sitio en el que me lavé durante mi primera menstruación.
Tuve que quedarme en otra casa porque en esos días no podemos quedarnos
en la nuestra. Estaba a 15 minutos de mi casa. Las adolescentes están
más seguras con sus padres, independientemente del momento del ciclo
menstrual. Pero al seguir las tradiciones culturales, tenemos que
quedarnos en casas ajenas siete días cada mes, donde no estamos tan
seguras". —Bisheshta Bhandari, 15 años.
6. Manisha fotografía un ritual cultural al que se le ha prohibido asistir
"En nuestra sociedad, los rituales culturales y las costumbres son
muy importantes. Hice esta foto cuando mi padre y mis tíos realizaban el
Masik, un ritual que se lleva a cabo todos los meses para
recordar a un familiar fallecido. Si una mujer tiene la regla durante el
transcurso de estos rituales no puede entrar, ni tocar los materiales
que se utilizan ni ayudar. En el colegio se nos enseña que es un proceso
natural, pero me pregunto por qué sólo las mujeres tienen que
avergonzarse o soportar una carga por los cambios naturales que
experimentan. Los chicos también experimentan cambios, ¿no?" —Manisha
Karki, 14 años.
7. Sushma fotografía al director de su colegio, a
quien ha pedido que mejore las instalaciones sanitarias para que las
niñas vayan al colegio durante el periodo
"Este hombre es el director del colegio. Quiero hablar con él sobre las
situaciones a las que nos enfrentamos las chicas cuando tenemos la regla
por culpa de la falta de servicios de nuestro colegio. Tenemos muchos
problemas porque en el colegio no nos proporcionan compresas. No hay un
sitio en el que podamos cambiarnos de compresa y quemarlas después de
utilizarlas. Tampoco hay agua potable. Nos vemos obligadas a perdernos 3
o 4 días de clase cada mes y la gestión apropiada de estos servicios
cambiaría las cosas". —Sushma Diyali, 15 años.
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